Capitulo 83

452 42 3
                                    


Alexei: Está detenida. -Kate tuvo un súbito alivio, pero no duró más de un segundo hasta que él terminó la frase- Liam... -miró hacia afuera desesperado- Liam... él... él se quitó la vida frente a ella.

...................

Horas antes.

Tras decir: "Voy a acabar como lo hice en el pasado con Kate Dickinson, lo siento tanto.", Levantó el revolver a la altura de sus labios, abrió su boca, pero justo cuando Yelena quería impedir cualquier movimiento, el turco apretó el gatillo y el disparo fue ejecutado. La enorme ventana de atrás se tiñó de sangre, la bala además de destruir el cráneo del muchacho, destruyó el vidrio por completo, los trozos cayeron a la calle y algunos transeúntes se dieron cuenta de ello.

Yelena tomó una breve bocanada de aire antes de hacerse hacia atrás contra una pared y gritar desesperada, como nunca antes lo había hecho. Cubrió su rostro con ambas manos, mientras se sacudía, gritaba, lloraba, mientras sentía que se estaba perdiendo. El disparo y los gritos de la ojiverde alertaron a los vecinos del edificio que se aglomeraron en los pasillos, muchos de ellos llamaron a la policía, otros con un poco más de valor subieron hasta el piso donde vivió Liam y asomaron su rostro. ¡La famosa Yelena Belova estaba aquí!

Yelena: ¡Liam! ¡Aaron! –No quería levantar la cabeza, ver la escena la iba a chocar más de lo que pudiese tolerar- Mierda... mierda. ¡Liam!

Al menos cuatro vehículos policiales se apostaron en toda la entrada del edificio, seis oficiales subieron por el elevador hasta donde les habían dicho que habían ocurrido los hechos. No fue necesario patear la puerta porque ya estaba abierta, entraron apuntando hacia todas partes por si alguien estaba allí preparado para atacar.

El llanto de la ojiverde llamó la atención de todos. Abrazada a sí misma con el rostro contra la pared se encontraba Yelena, unos metros más lejos de ella yacía en sangre el cuerpo del turco con una morfología totalmente distinta. Un oficial hizo una mueca y se alejó, mientras otro rodeaba dos metros alrededor del cadáver con una cinta amarilla para que ninguna pista vital se perdiera.

XX: ¡¿Puedes explicar que sucedió aquí?! –Le preguntó un policía.

Yelena: Se mató, se mató... por Dios, se mató. –Lloraba girando la cabeza de un lado a otro- Se mató. ¡Se mató!

XX: ¡De pie! –Como no tenía ánimos ni mucho menos fuerza, la subieron de golpe, la empujaron contra la pared, y sostuvieron sus muñecas para esposarla- Es la única persona en esta habitación en el momento de su muerte, ¿no? –Ella asentía llorando- No hay testigos de lo que usted dice, no hay cámaras aparentemente. Lo que vamos hacer ahora será lo siguiente, usted tiene que acompañarnos a la estación de policía, señorita Belova, sin testigos claros no es posible dejarla en libertad hasta aclarar el asunto. ¿Entendido?

...

Entrar a la estación fue caótico, la horda de cámaras y periodistas afuera era tanta que en un momento se vieron en la obligación de poner rejillas blancas que los separara. Los vecinos del turco fueron los que se encargaron de propagar la noticia por internet, escribiendo de inmediato que la única persona en ese lugar era Yelena Belova. "¿Suicidio o asesinato?" Se escribía en todas partes, aunque la mayoría no pensaba en Yelena como la autora del suceso.

Entre el amor y el tiempo | Kate & Yelena Donde viven las historias. Descúbrelo ahora