Capitulo 5

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El hermetismo se había vuelto el arma con que se defendía de todas y cada una de las personas que iban a verla a la habitación de la clínica. NecesitFaba tener una evidencia más clara de que estaba en el siglo 21 y para eso tenía que pensar en algo, si hablaba mucho podía decir incoherencias a los oídos de la gente contemporánea porque ¿Quién le creería que ella no pertenecía aquí? Habían pasado 5 días desde que estaba hospitalizada en este lugar y su sanidad mental no era buena, no cuando escuchaba conceptos que no podía entender, no cuando usaban materiales y artefactos que no sabía para qué servían o cómo los habían fabricado. ¿No tomaban la temperatura con la mano? ¿Qué era la presión arterial? ¿Qué era una radiografía? Pero una de las cosas que más le llamó la atención y le sorprendía era ¿Cómo habían logrado atrapar la luz para que la brindara desde el techo, sin necesidad de usar las velas y que sólo se encendiera con un botón en la pared?

Lloraba cada vez que estaba sola y cada vez que recordaba que no había forma de volver a donde pertenecía, nada de lo que aquí había podía entenderlo, además ¿Por qué ella no se había aparecido? Esa mujer de ojos verdes que se separó de ella como si fuera un pañuelo y la dejó tirada a su suerte afuera de "la torre" en donde vivía, no había vuelto a aparecer después de que le dijo que todo estaría bien. Tragó saliva, no sabía si quería irse de este lugar llamado "clínica" porque aquí dentro tenía comida segura y atención las 24 horas si lo deseaba, aunque sí, tenía un poco de miedo cuando hablaban de "darle el alta". ¿A qué se referían? Cuando se acomodó de lado dispuesta a descansar, sintió que la puerta de la habitación se abrió lentamente. Una persona normal reacciona de forma lenta y se voltea para ver quién entra, pero ella, Kate Dickinson, hija adoptiva del duque de Devonshire, reaccionó dando un brinco sobre el colchón antes de girar rápidamente la cabeza.

Liam: ¿Por qué se asusta señorita Dickinson? –el corazón dentro de su pecho latía rápido. Si supiera que le asustaba estar sola en un lugar con un hombre gracias a los abusos físicos de su padrastro, pero claro, no se lo mencionaría- Soy médico, bueno, casi uno ¿Cómo se siente? –su forma tan instruida para hablar le recordaba a su época, muy pocas personas se trataban de tú a tú- El equipo médico comenta la preocupación de su estado de salud y no se refieren al general, sino a esto –indicó su propia frente y el pecho- ¿Se encuentra triste?

Kate: Si tan sólo supiera usted como me siento, no me gusta saber que estoy aquí y que no existe un paradero donde pueda hospedarme, a veces siento que he perdido el uso de razón y que nadie creería las cosas en las que medito. Pensarían que divago de un pensamiento a otro. –Miró sus dedos y volvió a quedarse callada sin saber que Liam tenía los ojos entrecerrados. ¿A qué clase de escuela de señoritas había asistido? Hablaba como una damisela de novelas antiguas.

Liam: -se acercó a su cama y se sentó en una cómoda silla a su lado- Necesito que piense y me cuente una cosa ¿Ha tenido usted un accidente? ¿Recuerda a su familia? ¿Su fecha de nacimiento?

Kate: Nací el 3 de marzo de 1690, tengo 20 años y... -cerró la boca, por la cara sorpresa del hombre frente suyo, supo porque no debía hablar más de lo permitido. Pensó unos segundos en qué cosas podía decir sin delatarse a sí misma- Quiero decir, espero me disculpe por las cosas que he dicho, sólo recuerdo que tengo 20 años y sobre mi familia... –Liam esperó a que hablara antes de emitir algún juicio sobre ella- no recuerdo quienes son.

No sabía qué era mejor, decir la verdad o finalmente fingir por una de las teorías en las que ellos se inclinaban. Si ella estaba sorprendida, los demás también lo estarían ¿Era esa la razón por la que la mujer de ojos verdes le gritó tanto aquella noche? Cerró los ojos y fue en ese momento que se dio cuenta de que estaban llenos de lágrimas porque parte de ellas mojaron sus mejillas. ¿Cómo actuar para parecer una mujer de esta época si no lo era? ¿Qué tal si estaba realmente loca y en realidad la tenían amarrada a una cama de la mansión Dickinson creyendo que viajaba a través del tiempo?

Entre el amor y el tiempo | Kate & Yelena Donde viven las historias. Descúbrelo ahora