! ׅ࣪ alma de niebla ׅ ࣪ nomin ✶ drakis [2] ~ ࣪ ׅ

➶ ໑ 𝐂𝐚𝐩í𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟐 ᘒ ꒦ 🜸

El pueblo de nuestra manada se alza de un modo casi mágico en el nebuloso aire vespertino. El estrecho camino de tierra se ensancha entre los gigantescos árboles adornados con niebla, y de pronto ahí está. Johnny suspira a mi lado y la tensión de mi pecho se relaja un poco. Hemos llegado a casa. A primera vista parece una imponente maraña de enredaderas y zarzas, pero tras una inspección minuciosa, se aprecia que en realidad es un muro. Tras él, mi mundo se oculta sano y salvo. Es el único lugar en el que siempre pensé que podría vivir. Por lo menos antes de Jeno.

Hay un Draki montando guardia junto al arco de entrada. La niebla de Sunmi fluye a su alrededor en forma de denso vapor. Reconozco a Chanyeol al instante. Es uno de los lacayos de Sehun, un Draki ónix al que le gusta exhibir sus músculos. Se le salen los ojos de las órbitas al vernos. Sin pronunciar ni una palabra, desaparece corriendo en el interior del pueblo. Un guardia es una imagen insólita.

La casita de Sunmi está situada en la entrada con un propósito: para que ella pueda registrar la llegada y la partida de cualquiera. Tenemos a Sunmi y las torres de vigilancia. Un guardia es una precaución adicional, y me pregunto por la razón de su presencia. ¿Nosotros hemos provocado eso? ¿Acaso nuestra marcha no autorizada ha desencadenado una hipervigilancia?

Johnny se detiene delante de la casa de Sunmi. Ella ya está en la puerta, esperándonos, como si hubiera percibido nuestra llegada. Y supongo que así es. Después de todo, ese es su trabajo. Sunmi aguarda serenamente, abrazándose la cintura con las manos. La gruesa trenza de su cabello plateado desciende por uno de sus hombros. Es un cabello casi idéntico al de Haechan. Mi mirada se desvía involuntariamente hacia mi hermano, que sigue en el asiento de atrás; ahora también es un ocultador. Mi madre toca un mechón de su pelo como para comprobar que es real. La he visto hacerlo varias veces.

-Han vuelto a casa con nosotros. - Murmura Sunmi cuando salgo del coche. La sonrisa de sus labios no alcanza sus ojos, y yo recuerdo la noche en que huimos de la manada, recuerdo la sombra de Sunmi en la ventana y mi certeza de que nos había dejado ir, escapar.

-Sabía que volverísn. Sabía que, para poder quedarse, primero tendrín que irse y descubrir que este es el lugar al que pertenecen. - Yo absorbo todo lo que me rodea; mi piel saborea el aire húmedo... Y supongo que Sunmi tiene razón. Mi cuerpo vibra con la energizante sensación que me produce notar la tierra bajo mis pies. Este es mi hogar.

Examino las calles buscando a Renjun con la mirada, impaciente por ver a mi mejor amigo, pero no hay nadie. Mamá rodea con un brazo protector a Haechan mientras ambas salen del coche. Sunmi se acerca para ayudar, pues mi hermano, que apenas puede caminar, va arrastrando los pies.

-Así que por fin has decidido manifestarte, ¿eh? - Sunmi retira dulcemente un mechón de pelo plateado de la pálida mejilla de Haechan. -Yo sabía que sólo era cuestión de tiempo. Los gemelos son toda una rareza entre los de nuestra especie... Sabía que era imposible que Jaemin tuviese un talento y tú no.

Johnny lanza una mirada valorativa a mi hermano, al chico que él -y la manada al completo- habían despreciado por inútil. Puedo imaginarme sus pensamientos. Ahora, al poseer uno de los talentos más poderosos y codiciados en nuestra especie, Haechan representa la seguridad futura de la manada.

Como si hubiera notado que lo observo, Johnny me mira, pero yo devuelvo mi atención a los chicos y los sigo al interior. Dentro de la casita, los familiares olores me envuelven. El persistente aroma a pescado salteado se mezcla con el reconfortante olor a hierbas puestas a secar en la ventana de la cocina. Me invade una calidez relajante, aunque me sacudo de encima esa sensación, recordándome que esta es una vuelta a casa complicada. Todavía he de enfrentarme a Sehun y los veteranos. Cuando hui de aquí, estaban a punto de ordenar que me cortasen las alas. Eso es algo que no puedo permitirme olvidar.