La lluvia cesa por fin al cabo de tres días. A solas en el porche delantero de mi casa, levanto la vista de mi almuerzo cuando el ondeante velo gris desaparece de pronto. Casi instantáneamente, se materializa la niebla de Sunmi, como si fuera algo vivo y latiente. Cubre el pueblo de inmediato. El paraguas que he usado para volver a casa del colegio gira sobre sí mismo en el porche por el repentino cambio en el aire.
Acabo de regresar de Maniobras Evasivas y las pautas de vuelo danzan en mi cabeza como constelaciones mientras mordisqueo una rebanada de pan de bayas verdas. Dentro de poco he de volver a las clases de la tarde, pero de momento disfruto de la tranquilidad. Me quito los zapatos sin usar las manos, y dejo que la bruma se deslice por mis pies desnudos.
Mi madre está trabajando. Siguen adjudicándole muchas horas, dándole turnos consecutivos. A propósito, por supuesto. La veo muy poco. Y Haechan, como vive con Sunmi, lo ve todavía menos. Ellos lo quieren así. Sin el repiqueteo de la lluvia, el abrupto silencio resulta inquietante, como si el mundo estuviera conteniendo la respiración a mi alrededor.
Dejo el plato y cojo el chal del respaldo del banco. El calor seco de Chaparral es un recuerdo lejano cuando me acurruco bajo la lana. Al otro lado de la calle, la difusa figura de Jaehyun sale de su casa. Mis ojos se posan en su brazalete azul y se me contrae el estómago. Su mirada me encuentra enseguida. Saludándome con la mano, cruza la calle despacio y se detiene en el peldaño inferior de mi porche. Alzando una mano como para agarrar el aire, sonríe.
-Supongo que esta noche volaremos. - Dice. Yo esbozo una sonrisa forzada. Jaehyun es mi vecino: no va a irse a otro sitio, y yo tampoco. Por muy desagradable que lo encuentre, debo tolerarlo.
-Sí. - Contesto. -Por fin ha parado la lluvia.
-Entonces, ¿vas a unirte a nosotros? - Yo asiento. Prometí que lo haría... Y quiero hacerlo. Necesito volar de nuevo. Especialmente con el hermano con la que jamás pensé que podría volar. Finalmente podremos compartir el firmamento.
-Sí. - Respondo.
-Genial. - Tonos de negro purpúreo relucen en el cabello de Jaehyun cuando mueve la cabeza. -Me alegra verte más animado, Jaemin.
Eso no puedo dejarlo pasar, así que replico: -No estoy más animada por ti.
-Pero lo estás. - Afirma, frunciendo los labios. Entonces desvía la vista hacia la calle y se queda mirándola un largo rato, como si viera venir a alguien entre el frío vapor. -Esta mañana he visto a tu hermano. -Dice al cabo. Yo lo miro con cara inexpresiva, aunque me invade el recelo. Jaehyun ya me reveló cuáles son sus intenciones. Quiere a uno de nosotros... Está decidido a tener a uno de los dos. -Haechan y Johnny iban con otros hacia los huertos de árboles frutales. El parecía... Feliz.
-Lo es. - Replico. ¿Y por qué no iba a serlo? Tiene lo que siempre ha querido. Amistad, aceptación entre los de su especie... A Johnny. Si yo no le estropeo eso, claro. Una espantosa culpabilidad ha estado corroyéndome durante los tres últimos días, desde aquel beso con Johnny, y ahora aguijonea de nuevo mi conciencia.
-Pasaré por aquí cuando termine mi turno para que vayamos juntos al campo de vuelo. - Anuncia Jaehyun. Me irrito. Este es el Jaehyun que recuerdo. El chico arrogante que jamás pregunta, el que se limita a coger.
-Ya tengo planes para reunirme con Haechan. - Él tuerce la boca.
-No podrás esconderte detrás de tu hermano para siempre. - Se da la vuelta y se aleja por el sendero. -Nos vemos esta noche. - Añade por encima del hombro. Veo cómo desaparece en la temblorosa niebla, y me pregunto qué hará falta para conseguir que se olvide de mí de una vez por todas.
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! ׅ࣪ alma de niebla ׅ ࣪ nomin ✶ drakis [2] ~ ࣪ ׅ
Science Fiction▸ 𖥻 no + min = ♡ ˑ 𖦹 ⊹ ᨘ໑ ¡ para salvar a jeno, jaemin hizo lo impensable: reveló su secreto a los humanos, y por eso él, su hermano y su madre deben volver a la seguridad de la manada. Sin embargo, allí las cosas ya no son lo que eran. Mientras a...