➶ ໑ 𝐂𝐚𝐩í𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟏𝟓 ᘒ ꒦ 🜸

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Cuando Haechan se va, me doy una ducha y me pongo unos pantalones de pijama y una camiseta de tirantes. La parpadeante luz azul del televisor se cuela por el pasillo desde la habitación de mi madre. Al recorrer el pasillo en penumbra, el suelo cruje bajo mis pies. De pronto me recuerdo a mí mismo hace años, avanzando de puntillas por este mismo pasillo en dirección al dormitorio de mis padres. Nunca Haechan. Sólo yo. Me deslizaba sigilosamente entre las frescas sábanas de la cama de mis padres y quedaba emparedado entre ambos, sintiéndome muy seguro y querido rodeada por sus brazos. Al despertar, por la mañana, me soltaban un discurso sobre la necesidad de comportarme como un niño mayor y dormir en mi propia cama, pero al cabo de unos pocos días, regresaba a la habitación de mis padres. Ellos jamás me echaron de allí.

Ahora lanzo una mirada hacia ese dormitorio. Mi madre está sola en esa enorme cama. Yo siempre me sentía en paz allí, acostado con ellos. Entonces, nada podía tocarme.

Me acerco con la intención de apagar el televisor y de pronto oigo: -Todo es culpa mía. - Me quedo helado al oír la voz de mi madre. Su tono es tan dulce que me aproximo a la cama.

-¿El qué, mamá?

-Nada de esto habría sucedido de no ser por mí. - Sus ojos están clavados ciegamente en el televisor, no se vuelven hacia mí. -Debería haberte llevado a cualquier lugar, pero te llevé allí.

Al principio no comprendo. -¿A dónde?

-Porque fui egoísta y quería recordar...

-¿Recordar el qué?

-A tu padre. - Entonces gira la cara hacia la almohada, sofocando el sonido de lo que sospecho que es llanto. Eso me impresiona. No recuerdo a mi madre llorando. Ni siquiera cuando desapareció mi padre. -Chaparral. Era el único sitio que tu padre y yo habíamos tenido juntos. Aunque sólo fue durante unos días, antes de que él me convenciera de que regresara aquí. Estábamos solos él y yo. Sin la manada. Sólo nosotros dos y el cielo del desierto.

No le digo que no pasaron inadvertidos. Al menos ella. La avistaron volando. Esa fue la razón de que Jeno y su familia se trasladaran allí. Mientras la mayoría de la gente interpretaba la visión de un Draki como una especie de ave rara o una clase de artefacto -un supuesto ovni-, otros tomaban nota. Los cazadores prestaban atención a esas noticias. Pero no puedo culparla. Yo comprendo lo que es correr riesgos por alguien a quien amas... Quebrantar normas por estar con alguien a quien amas. Ladeo la cabeza observando a mi madre. Yo siempre había pensado que me parecía a mi padre, pero quizá me parezca a mi madre más de lo que suponía.

-No es culpa tuya. - Replico, apagando el televisor y arropándola con las mantas que ella había apartado con los pies. Mi madre se acomoda para dormir sin el menor sonido. Tras un momento observando su figura en penumbra, me meto en la cama a su lado, bajo las frescas y familiares sábanas. Me coloco cerca de ella para poder notar su calor. Deslizo una mano entre mi mejilla y la almohada, cierro los ojos, y busco la paz que antes encontraba aquí.

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