➶ ໑ 𝐂𝐚𝐩í𝐭𝐮𝐥𝐨 𝟏𝟏 ᘒ ꒦ 🜸

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Tomo silenciosas bocanadas de aire mientras espero en mi escondrijo, en lo alto de un pino. La áspera corteza me araña las piernas desnudas y las agujas se me clavan por todas partes mientras observo el lugar en que siempre dejan a los intrusos después de borrarles la memoria. No está lejos de la carretera pública excavada en la montaña, el único camino oficial que hay en estas alturas.

El corazón sigue retumbándome en los oídos tras mi desesperada carrera por llegar aquí primero. La patrulla avanza sigilosamente por el bosque, pero, aun así, oigo el leve susurro cuando se acercan. Chanyeol aparece entre los árboles con Jeno cargado al hombro, seguido de Xiumin. Hago una mueca al ver cómo Chanyeol deja caer a Jeno al duro suelo sin el menor miramiento. Eso ha tenido que dolerle. Tanto si Jeno finge estar inconsciente como si en realidad está despierto, como yo sospecho, ha sabido disimular cualquier reacción a ese trato tan duro.

Los dos Drakis se quedan mirándolo un momento y luego Xiumin le da un empujón brusco con una bota.

-Vamos. - Dice entonces. -Tengo hambre.

Yo espero unos instantes después de que se vayan, inspeccionando los árboles, asegurándome de que nada se mueve y de que ellos se han marchado de verdad.

Jeno yace en el suelo muy quieto, inmóvil como un muerto, y ya no puedo esperar más. Bajo del árbol y corro hacia él. A lo mejor me equivoco. A lo mejor no está fingiendo. A lo mejor pueden borrarle la memoria. Me detengo junto a él, con las manos extendidas, sin saber dónde tocar.

-Jeno.

Su nombre se me escapa en un susurro, como si tuviera miedo de decirlo alto. Como si al dar voz a su nombre, su presencia aquí pudiera volverse irreal... Y él pudiera desvanecerse en una nube de humo, transformándose en la niebla que nos rodea, al igual que una gran parte de mí ha desaparecido tras regresar aquí.

En la penumbra, sus ojos se abren de golpe y yo retrocedo con un respingo, sobresaltado. Él me sonríe con esos labios tan bien dibujados, esos labios cuya forma y textura están grabados para siempre en mi recuerdo. Yo suelto un grito ahogado y pronuncio su nombre de nuevo, con más firmeza esta vez.

-Jeno.

Él se pone en pie con un movimiento fluido, sin ninguno de los efectos secundarios que debería sufrir alguien sometido al talento de Sunmi, lo cual me confirma que tengo razón. Su sangre Draki lo ha inmunizado. Se mueve hacia mí y me reúno con él a mitad del camino... Pero luego me acuerdo de lo que debo hacer. Enseguida doy un paso atrás, antes de que estemos juntos.

Levanto una mano para detenerlo y le pregunto en un susurro: -¿Qué estás haciendo aquí?

-Buscarte.

El sonido de su voz me estremece. Esa voz profunda y aterciopelada me provoca un escalofrío por toda la piel y me repite todo lo que ya sé. Jeno no me ha olvidado. Todavía me quiere. Trago saliva para deshacer el nudo que tengo en la garganta. Es lo mismo. Igual que ha sido siempre con él. La idea de olvidarlo y sacarlo de mi vida resulta muchísimo más fácil cuando no lo tengo delante.

-No deberías haber venido. - Replico. -Es demasiado peligroso para ti.

-Jaemin... - Me mira como si yo hubiera perdido el juicio. -Soy yo. - Me coge la mano y tira de ella, y yo no puedo prescindir de esto. Sea lo correcto o no, sea egoísta o no, lo tomaré. Robaré un momento con Jeno. Aunque sólo sea eso. Haré que dure, que sea suficiente.

Él me atrae a sus brazos y me estrecha con tanta fuerza que temo que me rompa una costilla. Observo su rostro en sombras y me muero de ganas por ver más, más de lo que me permite esta velada luz de luna. Pero no puedo. Esto tendrá que bastarme. Pego una palma a su mejilla, saboreando el roce de su barba incipiente. Mi corazón se dilata al sentir a Jeno, el simple contacto de su piel contra mi mano. Era algo que no pensaba volver a sentir jamás.

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