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Eda ha visto el cuarto secreto de Serkan, lleno de fotos de los dos, las esposas, tarjetas de todos los restaurantes donde fueron juntos... cosas que probablemente se dejaría en casa de Serkan cuando se fue, su mundo... y esas cinco cajas.... Antes de darse cuenta nota su presencia...
Eda le mira, preguntando y sonriendo....
Si, he guardado todas tus cosas.... — le dice Serkan
Ella siente que su mundo se tambalea, su determinación flaquea, cuando ha visto a Serkan en la puerta, sin esconderse, sin enfadarse...
Ya lo veo — dice ella mientras el se acerca. — ¿y esas tarjetas?
Son de todos los restaurantes a los que hemos ido.... —
¡Aquel donde comimos sopa en tu cumpleaños! — le sonríe ella.
Al principio no sabia porque las guardaba... pero luego si....— cada tarjeta era un recuerdo mas para atesorar momentos...
¿Y que hay en estas cajas? — le pregunta ella...
Emhhhhh regalos de cumpleaños que no te pude dar — le mira, no le ha desviado ni un momento la mirada — ¿quieres abrirlos?
Mnnmhhh — le dice ella que no puede aguantar mas la tensión del momento.... Cinco años separados, cinco regalos no entregados...
Entonces dame cinco minutos y los llevo afuera — le hace espacio para que ella salga, el tiempo parece no correr... —¿vale? Venga — ve como va a salir — cinco minutos...
Cuando Eda sale del cuarto nota como ese cuarto tiene magia, tantos momentos compartidos, tantos sentimientos, tanto amor, tanto miedo... — no te ilusiones Eda, no te ilusiones — piensa ella en alto...
Ella le espera sentada en el sofá, El llega con las cajas y algo escondido. Le enciende una vela en una magdalena, a ella le parece un detalle precioso que la lleva al primer cumpleaños que pasaron juntos, aquel en el que ella le dio a él el pastelito y ella le dijo que debía pedir un deseo.
¿Estas preparada?¡venga, tienes que pedir un deseo!— le sonrie él
Primero dime tu que pediste hace años...— le pregunta ella preguntándose que habría pedido....
Pedí que encontraras un hombre digno de ti... pero desgraciadamente no se cumplió.— le dice él melancólico... — venga, pide algo hermoso....
Ella le mira, Ojalá él se diera cuenta de que si es digno de ella, como tantas veces, su deseo vuelve a ser él... — muchas gracias.
¿Abres los regalos?— le sonríe Serkan. — venga, empieza por este.
Ella es como una niña, lo primero que abre son unas chanclas que los lleva a los dos a aquel viaje a Antalya, fueron tan felices.... — me gustan las chanclas
Si, te encantan — le sonrie él.
Ella abre un traje precioso, blanco, — es un vestido precioso
Lo compre en Paris — ojalá pudiera decirle que le habria gustado ir con ella y que sigue sin conocer Montmatre.... — el blanco te sienta bien...
