Un día más...
Centro de entrenamiento Jack.
Habían pasado quizás unas tres o cuatro horas desde que la princesa Alena me había dado el día libre. Estaba tan frustrado y enojado porque no podía creer que en mis casi 13 años siendo guardaespaldas, mi custodiada me dé un día libre sin ser el correspondiente.
¿Qué le pasaba? Ella no me podía hacer eso.
Pero si pudo...
Suspiro nuevamente cansado del entrenamiento al que me había obligado a tener. Estaba tan indignado y sí, es probable que también sea mi culpa el enojo de dicha princesa, pero deben tener conciencia y saber que ella también se equivocó. Veo a Kyle por el espejo del salón que se acerca con cara de pocos amigos.
Ay, hombre, querer a alguien no es una tarea sencilla.
—Se enojó, hermano —se tira en el suelo indignado también—. Se enojó porque no supe cuando era su cumpleaños.
Me río, sentándome para poder disfrutar de la desgracia ajena.
—Tenemos 5 meses saliendo y en ningún momento me habló de su cumpleaños. De hecho, ella dijo que no le gustaba celebrarlo, pero nunca me dijo una fecha con exactitud —me mira serio—. Ahora resulta que soy el malo de la historia porque no sé el cumpleaños de Hilary.
—¿En qué época del mes se encuentra? —pregunto mientras tomo un poco de agua.
—Ahora tiene sentido —se sienta—. Ella está llegando a sus días. No estoy diciendo que sea una loca hormonal, pero cuando se acerca su fecha siempre se enoja por cosas que anteriormente le dieron igual.
Por lo menos Hilary se enoja cuando le va a llegar su período, Alena se enoja porque yo respiro. Chasqueo mi boca y me levanto del suelo más cabreado que antes.
—Soy un inútil en mi trabajo —Kyle abre los ojos con sorpresa—. No me mires así porque me siento un inútil. La verdad que soy un increíble custodio, pero cuando se trata de ella no sé por qué razón me convierto en un incompetente.
—Explícate mejor para ver si te puedo entender —se levanta del suelo y camina a donde yo me encontraba—. Honestamente pareces hormonal también. Creo que deberíamos hacer una cita en un endocrino para que los revisen —lo miro mal—. Todos cambian de humor de una manera brutal. Me siento indefenso en este mundo corrupto.
Nos empezamos a reír, él es mi mejor amigo de toda la vida y sabe realmente calmar o entender un poco mejor mis sentimientos. Siempre me ayuda cuando estoy al borde de explotar y también siempre he querido encontrar una chica que canalice mis emociones y juntos salgamos o encontremos una solución a lo que nos pasa, como él lo hace.
Alena...
—Ella se tiene que ir de regreso a su país y el problema es que he metido la pata...
—¿Cuándo no, Zervas? —me interrumpe entre risas.
—Kyle... —mi voz es de advertencia, él alza las manos en son de paz—. Como te estaba diciendo antes de que me interrumpieras —muere por reírse—. Eres un imbécil.
Suelta una carcajada.
—No te enojes, hermano. Lo más probable es que le dijiste algo sobre el trabajo en vez de decirle que la ibas a extrañar o que la amabas —niega con la cabeza—. Eres un adicto al trabajo y lo pones en primer lugar antes de lo que sientes. Así que no me sorprende que metieras tu trabajo primero en vez de preguntarle otra cosa.
—No me gusta que me conozcas tanto —nos empezamos a reír—. Después de eso me dieron el día libre porque ella está enojada conmigo. Me sustituyó con otro tipo y está tan cabreada que le escribí para saber cómo iba su vida en el orfanato, y no me respondió.
ESTÁS LEYENDO
La Princesa y su Guardián #PGP2023
RomanceLibro #2 Saga Princesas. Se metió en mis entrañas, se robó mi corazón y amarla fue lo más fácil. Ella es tan bella, tan libre, tan perfecta y yo la quería para mí. ¿Lo difícil? Ella siendo una monarca no podría amarla. ¿El reto? Conquistarla y de...