Capítulo 9

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Algunos días después...

Departamento de Bastian.

Princesa Alena.

Sé que esto es un error y voy a meter en problemas graves a mi custodio, pero es que no tengo a nadie con quien hablar y me siento sola. Hilary está con su novio haciendo cualquier cosa que hacen dos personas que se aman y honestamente, Jay es demasiado aburrido. Además, a mí me gusta muchísimo Bastian, pero él solamente piensa en el trabajo y su novia. Tenemos una relación de amigos con derecho porque yo se lo pedí. No puedo decir que estoy enamorada de él porque es muy ponto, pero si me gusta más que cualquier chico de este mundo. No soy buena expresando mis sentimientos y en el momento que lo conocí, sentí que era para mí y perderlo no quería, así que se me ocurrió la brillante idea de ofrecerle sexo sin compromiso.

Pero es que es la primera vez que hago esto.

Solo tuve un novio en mi vida y terminamos en mi último año de universidad. Nunca fue un amor recíproco y sufrí demasiado por él. Solo salía conmigo porque soy princesa y me enteré de todo esto unas semanas antes de nuestro aniversario número 4. Él tenía otra chica y salía al mismo tiempo con las dos, solo que yo era la otra. Desde esa vez juré no volver a enamorarme o que alguien jugara con mis sentimientos. Lo mejor siempre es tener una relación carnal sin ataduras y a lo mero sexual.

Y aquí estoy... me gusta una persona que tiene una prometida y me encuentro babeada por él a tal punto que estoy aquí afuera de su...

—¿Viniste sola? —me pregunta Bastian sorprendido, al abrir la puerta de su casa.

—No, me están esperando y puedo irme en cualquier segundo —siento tanta vergüenza por haber venido aquí.

—Me vas a matar un día de estos —murmura, pero lo logro escuchar—. Pasa, sé que viniste sola.

—Gracias —entré a su departamento.

Honestamente estaba asustada de venir hasta aquí. Los custodios en la agencia no se preocupan como tal por uno. Cada uno tiene a alguien a quien cuidar y si uno de ellos no está, pues nadie te cuida. Solo te llenan la casa de mucha comida hasta que tu guardaespaldas regrese de hacer sus diligencias.

Es una casa pequeña y acogedora... muy ordenada y limpia. Supongo que no tiene mucho tiempo para estar aquí si se la pasa cuidándome.

—No debes esforzarte y caminar —me entrega un vaso de agua—. El médico claramente dijo que debías guardar reposo, Alena —se sienta en un sillón—. ¿Por qué te cuesta seguir las normas que te dan?

—Soy bastante obediente —respondo, sentándome en el sofá frente a él.

—Pero no conmigo. Conmigo todo tiene una respuesta y no siempre es positiva —se queja, tomo un sorbo de agua bajo su atenta y seria mirada—. ¿Sabes el peligro que corriste por venir aquí a verme sola? Alguien pudo secuestrarte, la prensa pudo seguirte hasta aquí o simplemente atacarte al estar sola y sin seguridad. Alena, salir para ti puede ser una actividad de riesgo. No es seguro ni siquiera estar en esta casa que no tiene ningún tipo de protección en caso de un atentado.

Suspiro y me siento tan culpable de venir aquí. Es simplemente horrible lo que estoy sintiendo en este momento.

Solo quería verlo...

—Está bien, me iré ahora mismo y así te puedes quedar tranquilo —me levanto del sofá y coloco el vaso en una mesita de café—. Fue un error venir aquí.

—¡Yo no... joder, Alena, no me la estás poniendo fácil! —me giro a verlo—. Estoy preocupado por ti como un idiota todo el tiempo. Simplemente no lo ves y sigues con tu vida como si nada te importara. ¿No puedes pensar un momento en mí? Tal vez de las tantas veces que te digo que tengas cuidado es porque verdaderamente puede pasarte algo. No estoy paranoico. ¡Mi trabajo es cuidarte y fui suspendido por obsesionarme con tu seguridad y a ti ni siquiera te importa estar segura!

La Princesa y su Guardián #PGP2023Donde viven las historias. Descúbrelo ahora