Una verdad que no quería saber

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Digan holaaaaaaaaaa queridos habitantes

Ashley

—¿No le parece que esta no es hora de llegar? —inquirió el maestro Brown, en un tono de molestia.

—Lo siento, es que me quede estudiando toda la noche y mi alarma no sonó —me excuse.

Realmente estaba siendo sincera mi alarma no había sonado y me la había desvelado estudiando, necesitaba pasar este examen porque suspender esta materia significaba que llamaran a mis padres y verlos no era algo que quería realmente me había esforzado mucho para aprobar, además solo eran 5 minutos tarde.

—No es su primera vez llegando tarde a mi clase —afirmo.

—Le juro que no volverá a pasar, pero déjeme pasar he estudiado mucho para el examen —suplique.

—Está bien, pero tiene 30 minutos menos que sus compañeros —suspiro, finalmente se quitó de la puerta.

Me adentré dirigiéndome al fondo del aula sentándome en la última fila junto a la ventana al lado de Hanna, saben que es lo más irónico que el examen ni siquiera había empezado y yo ya tenía media hora menos.

<<Genial.

Maravilloso, como siempre yo empezando el día tan bonito>>.

—¿Estudiaste? —susurro Hanna.

—Si ¿y tú? —susurre mirando a la ventana.

—No mucho, salí con Mía ayer además no entendía muy bien este tema—intento quitarle importancia al tema.

El maestro Brown dejó las hojas de los exámenes en cada puesto y nos indicó que ya podíamos empezar, tome el lápiz y solo me concentré en las fórmulas entendí bastante rápido, cada cosa Jack me había explicado me ayudó a entender muy bien el examen tanto así que termine antes del tiempo estimado.

Deje el examen sobre el escritorio del profesor y volví a mi lugar hoy únicamente había silencio, no había voces ruidosas preguntando cosas o burlas en aquella clase, solo silencio podía sentirme en paz no necesitaba escuchar voces que me irritaran me sentía realmente bien con que todos por primera vez en un día se callarán, estaba realmente feliz, tranquila aunque soy cociente que toda esa felicidad no era producto del silencio, quizás había algo más.

Quizás todo se lo debía a Jack quizás desde que él llegó no estaba sola, quizás las cosas podían cambiar, quizás aún había persona que valían la pena conocer, quizás yo podía ser feliz.

En el receso busqué a Hanna, ya que Luke estaba en el entrenamiento para su próximo partido, al llegar a la cafetería me encontré la figura de Hanna sentada al fondo del lugar.

Me dirigí hacia ella, al llegar a su mesa me senté junto a ella.

–Te compré una botella de agua y una manzana –las acerco a mí–. Ya sé que tú no comes mucho, pero es comida saludable así que no hay problema ¿verdad?.

—Claro que no lo hay, muchas gracias —sonreí ampliamente.

Sentí una mirada penetrarte en mí, creo que hubiera sido mejor si no hubiera volteado, quizás no haber vivido ese día, quizás no ser escrita en algo triste por primera vez en mi vida.

Me giré un poco y lo primero que vi fue a Haile a Jack viniendo hacia nosotros, corrijo !!A Jack y Haile tomados de la mano viniendo hacia acá¡¡.

Me giré nuevamente mirando a Hanna, mi sonrisa ya se había esfumado.

—Parece que hubieras visto un fantasma —bromeo.

—¿Qué hacen Jack y Haile juntos? —pregunte, dándolo un sorbo a mi botella de agua.

Al final no sabemos decir adiósDonde viven las historias. Descúbrelo ahora