Dejate querer

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Digan holaaaaaaaaaa queridos habitantes


Holaa :D

Me tarde mucho en publicar lo sé, quizás me quieran matar soy consiente. Pero los quiero mucho, pido perdón por no haber publicado antes, tenía muchas cosas en la cabeza la universidad me ha consumido totalmente. Pero nunca los he olvidado, se que aman a Ash como yo, sin mas que decir disfruten un nuevo capitulo de su humilde servidora =)♡

Son los mejores, un abrazo para todo, les envío buenas vibras a todos <3

Ashley

El momento era perfecto, como si hubiese sido sacado de una película, nuevamente estamos juntos, mi cabeza reposaba en su hombro escuchando el son de aquella melodía, aquel estribillo de Home, encajando perfectamente en cómo me sentía, algo más allá de lo físico, como si tuviese la capacidad de trasportarme a otro lugar, como si la vida no fuese tan mala siempre que permaneciese a su lado, como si lo que había pasado en las últimas semanas no importase, como si se desvaneciese como un eco en las corrientes de aire. En ese momento no había nada más, solo éramos Jack y yo, mi Jack, uno que no era tan mío, pero que mi se anhelaba que, si lo fuese.

Nuestras piernas permanecían descolgadas mientras ambos contemplábamos aquel océano azul, tan profundo, tan puro, mientras las olas a su paso arrastraban secretos, anhelos o quizás melancolías atrayéndolas a lo profundo, revolcándolas hacia donde nadie puede verlas, mucho menos tocarlas. Ladee la cabeza, mientras levantaba la mirada para de una manera magnética su rostro me atrajera, logrando que me quedara perpleja contemplándolo, para aquella mirada que era tan profunda, tan inigualable, aquella que podía decir todo y a la vez nada, me cautivara una vez más. Entonces lo supe, supe que lo quería, pero querer a alguien no es suficiente y si esta sería mi última noche a su lado, entonces esta sería la mejor noche de mi vida.

Nuestras miradas se cruzaron, la suya tan única, inigualable. Que transmitía tanta paz, toda la que no había tenido nunca, aquella me había sido arrebatada.

—Sea lo que sea que estés pensando, me gustas mucho y eso no cambiara —cada palabra sonó tan dulce, tan honesta—. Así que déjate querer.

Acerco su mano a mi rostro, quitando un mechón de cabello el cual poso detrás de mi oreja. Quería que creer cada palabra, pero lo cierto es que no era mío y nunca iba a serlo.

—Me dejo querer —susurré, sin poder evitarlo, una sonrisa genuina se plasmó en su rostro.

Con uno de sus brazos me acerco a él, para finalmente rodearme con ambos. Todo su cuerpo emanaba calor, haciéndome sentir en el paraíso, ese abrazo trasmitió más que cualquier palabra, su aroma me envolvió. Haciéndome sentir en casa, como una persona jodidamente afortunada. Pero las palabras son solo eso palabras, no puede permitirte aferrarte a ellas, porque de lo único que yo tenía certeza es que yo lo quería y que él estaba con otra chica.

Supe que lo quería, con cada fibra de mi cuerpo, con todo el aliento que me quedaba, con cada gota de mi alma. Lo quería para ir a un parque y tomarle de la mano, lo quería incluso por encima de mis ideales, por encima de lo que no debes permitirle a una persona, con cada fuerza de mi cuerpo.

Me sentía en tanta paz, tan vulnerable, como si quisiese quedarme el resto de mi vida, como si todo lo malo pudiese desaparecer si permanecía en sus brazos.

—Te quiero Cooper, lamento haberte herido. Gracias por estar aquí, gracias por ser —se acercó aún más y beso mi frente—. Sé que todo ha sido una mierda y mi vida realmente es un caos. Pero tenerte es lo único que mi corazón anhela, cuando te conocí no concebí lo importante que llegarías a ser para mí. Sin darme cuenta me fui involucrando en tu vida, dándome cuenta de que tu color favorito combinaba con tus ojos y que la lluvia te pone triste, te quiero tanto que ya no me interesa pensar en nadie más. Que lo único que quiero tener es a la pelirroja malhumorada que me vuelve loco. Entre tanta gente que hay en el mundo fuiste la única capaz de ver a través de mí, la única que realmente me importa y si tuviese que caminar en un laberinto lleno de fantasmas, para al final encontrarme con tu rostro salpicado de constelaciones marrones, no haría sin pensarlo dos veces, porque nada en el mundo me parece más insoportable que tu ausencia.

Las lágrimas de manera involuntaria recorrieron mis mejillas, haciéndome sentir vulnerable, Jack acerco su mano a mi rostro para limpiar mis lágrimas.

—No llores, nadie merece tus lágrimas. Mucho menos yo, bonita. Mi bonita —paso las manos por mi cabello para luego posar un beso en mi frente—. Nadie nunca va a poder cambiar lo que siento por ti. Ahora si levántate, no creas que eso es lo único que vinimos a hacer por aquí, ¿o sí?

—Te quiero mucho, aunque a veces seas un gruñón, mi señor gruñón —una sonrisa genuina se plasmó en mi rostro.

Ambos nos levantamos y empezamos a caminar por las calles de aquella ciudad, tomados de la mano, como si fuéramos una pareja convencional, como si él no estuviese con alguien más. Pero realmente en este momento no me importaba, era como si todo aquello estuviera en el pasado. Uno que era muy ajeno y quizás muy lejano.

Lo primero que logre visualizar, fue una rueda de la fortuna. Dios este día simplemente iba a ser perfecto, amo las atracciones y él lo sabía, Jack sabía tanto de mí que me sorprendía la capacidad de memorizar cada pequeña cosa que le decía. El lugar estaba lleno de atracciones.

Jack le mostró los boletos al guardia desde su teléfono, ambos ingresamos al lugar, mi cara de emoción era evidente, estaba muy feliz, no solo por el lugar, sino por él, con él podía estar en el lugar más horripilante del planeta y tendría certeza que junto a él podríamos convertirlo en el lugar más magnífico, él estaba marcando un antes y después en mi vida, en mi alma.

—¿Qué es lo primero que quieres hacer, bonita? —exclamo emocionado.

—¿Podemos subir en la montaña rusa?, por favor —hice un puchero.

—Claro que sí, bonita.

Hicimos la fila, hasta que logramos subirnos juntos, nos abrocharon los cinturones y el recorrido empezó. Jack estaba bástate tranquilo, mientras las demás personas gritaban. Una mezcla de euforia y valentía recorrió mi cuerpo, me sentí vida, jodidamente viva.

Una ráfaga de agua nos cubrió, no pude evitar reír, Jack jadeo mientras maldijo muy bajito, damos vueltas, mientras el carrito ascendía y parecía salirse de los carriles en cada curva, eso sí me asustaba, así que me aferré a Jack con todas mis fuerzas. Su rostro quedo frente al mío, aquel aro de metal que reposaba su labio inferior, roso el mío, nuestras respiraciones en unísono, como si fuéramos parte el uno del otro, deseaba quitar ese medio centímetro que nos quedaba y besarle, ese jodido maldito centímetro...

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⏰ Última actualización: Jun 21, 2023 ⏰

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Al final no sabemos decir adiósDonde viven las historias. Descúbrelo ahora