Capítulo 19 - Merece la pena correr el riesgo

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El ruido de unas piedras chocando en mi ventana hacen que me despierte así que decido asomarme y para mi sorpresa veo a Toni.

— Buenos días dormilona. — está guapísimo lleva una sudadera roja y unos pantalones cortos.
— Buenos días bandolero. — pueden verte ¿lo sabes?
— Merece la pena correr el riesgo. ¿Bajas o subo?
— Estás loco.
— Tú me tienes así. — me responde sonriendo.
Y mi corazón no puede estar más feliz.
- No, espera ya bajo. No hagas ruido.

Salgo por la puerta trasera y nada más verlo salto a sus brazos para besarle.
— Hola guapo, ¿qué te trae por aquí? — le susurro.
— No podía estar un minuto más sin verte. ¿Te apetece que vayamos a la playa?
— Espera, ¿no trabajas?
— A partir de ahora no, los fines de semana tengo fiesta. Nuevo horario.
— ¿A la playa? No sabes que hacer para volver a verme en bikini.
— Me has pillado. Te espero en la moto coge lo que necesites.

Rápidamente subo a mi habitación y me pongo el bikini, cojo una toalla enorme y una muda. Quien sabe quizás paso la noche fuera.
Cuando me dispongo a salir por la puerta trasera me cruzo a Dani.
— ¿Dónde vas hermanita?
— A la playa con Toni ¿me cubres?
— Está bien, pero a la noche me acompañas a Lilium.
— ¿Es enserio?
— Sí.
— De acuerdo, a las 23:00h salimos.

Llegamos a una Cala preciosa, el agua está cristalina y no hay nadie, supongo que será porque está un poco escondida.

Llegamos a una Cala preciosa, el agua está cristalina y no hay nadie, supongo que será porque está un poco escondida

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— ¿Te gusta el sitio?
— Me encanta.
— Sabía que sería así.
— ¿A que cambio de opinión?
Me coge de la cintura y me levanta.
— No serás capaz.

Después de estirar la toalla nos metemos en el agua.
Al principio está un poco fría, pero a medida que pasa el tiempo la temperatura va mejorando.
Empiezo a tiritar.
— Ey, ¿estás bien?
— ¡Sí! Es que tengo un poco de frío. A quién se le ocurre venir a la playa a las 7:00h de la mañana.
— Bueno, no se quien está peor si yo por proponerlo o tú por aceptar.
Nos empezamos a reír. Y me acerco a él nadando.
— Gracias por todo. — le digo seria mirándolo a los ojos.
— No me las des aún, quien sabe si acabamos en el hospital con hipotermia. — empieza a reírse.
— Que exagerado eres. Ahora enserio, hace unas semanas no me imaginaba estar así. Gracias por devolverme la ilusión, no se que somos ni es necesario que lo aclaremos ahora, pero quiero que sepas que me haces feliz.
Me coge de la cintura y me acerca a él mientras me besa.
— Eres increíble.
— Bueno puede que lo sea. — me río.

Después de un rato en el agua nos tumbamos en la toalla uno al lado del otro. Saco la crema solar y le pongo por el tatuaje.
— Me toca. — Me dice con la media sonrisa que le caracteriza.
Le paso el bote de crema y empieza a esparcirla por mi espalda y continúa por mi culo.
— Como te gusta. — le digo riéndome.
— ¿Tú? Me encantas.
No puedo evitar ponerme roja, siempre hace que mis mofletes se tiñan.
— Ya está. — se levanta y vuelve al agua.
Durante un rato lo observo como nada. Si las vistas son preciosas él lo es mucho más. Vuelvo al agua y me acerco a él.

Hasta que me quierasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora