Capítulo 4 - La mañana siguiente

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Las 7:00 am de la mañana llegan pronto, noto como la luz entra por mi ventana y decido abrirla.
Que paz, los pájaros, el ruido que hace el aire al chocar con la hierba, huele a tierra mojada y flores.

— ¡Martín no pises ahí!
No reconozco la voz así que lo más seguro es que el grito sea de uno de los trabajadores de la abuela. No puede ser que ya esté haciendo de las suyas.
— Señorita Gala, tendrá queja de los buenos días que le acaban de dar.
— Rosa no me trate de usted hace que me sienta una extraña y me conoce desde que nací.
— Está bien, prometo no volverlo a hacer siempre y cuando hagas lo mismo.
— ¡Me parece genial! — Organizo la mañana en mi mente empezando por una ducha fría para luego bajar a desayunar.
— ¡Gala, Gala, Gala! Ábreme la puerta de la habitación no vas a creer lo que ha pasado. Jajajaj, estaba, jajajaja, en el jardín... ¡ábreme y te lo cuento! ¡Va Gala por fa abre la puerta!
— Voy Martín, un segundo que termino de vestirme.
Abro la puerta y veo a Martín empapado de agua y barro.
— Martín estás sucísimo y hueles fatal.
— Jajaja, ya lo sé, me ha costado un montón que la abuela me dejara entrar así, ni te imaginas la cara que ha puesto cuando me ha visto.
Por un segundo me la imagino y se me escapa la risa.
— Va entra y me lo explicas.
— Vale, te cuento. Como ayer me dormí toda la tarde esta mañana me he despertado muy temprano, eran las 6:00 am, total que no había nadie más despierto. Así que me puse a ver la televisión en el comedor, pero como me aburría decidí salir al jardín que comunica con la piscina. Mientras estaba paseando, escuché la voz de un hombre, al parecer los jardineros vienen a las 7:00 am, algo que yo no sabía, así que salí corriendo para que no me viesen y me tropecé, será porqué la tierra estaba húmeda.
— Martín como se te ocurre. — solo imaginarme el escenario hace que se me escape la rise.
— No no Gala, aún no te he contado lo mejor.
— Ah, ¿qué hay más?
— Por supuesto jajajaja, adivina quién se ha desplazado 5 metros con el culo y se ha cargado 5 metros de narcisos.
— ¡Martín, la abuela!
— ¿La abuela? La abuela, los jardineros y Rosa. No veas la bronca que me ha caído y no te lo pierdas... dicen que voy a tener que trabajar lo que queda de verano en las flores de la abuela de lunes a viernes. Gala que queda un mes todavía.
— Jajaja, te lo mereces por culo inquieto.
— Gala a mí no me hace gracia, no creo que sea necesario llegar a ese extremo, y menos porque según ellos soy un irresponsable que no tiene cuidado con lo ajeno.
— Pues que quieres que te diga Martín a mí me parece que te va a venir muy bien saber lo que cuestan las cosas y así la próxima vez tendrás más cuidado. — Alguien golpea a la puerta.
— Adelante. — Por un momento creo que es la abuela.
— Martín dúchate, cámbiate y baja a desayunar, date prisa que vuestra abuela os está esperando en la mesa. — le ordena Rosa.

Estamos desayunando cuando viene Rosa con el teléfono fijo y se lo da a la abuela.
Buenos días, de acuerdo, me parece bien y adiós son las únicas palabras que la abuela pronuncia.

— Cariños acabo de hablar con Aurora, en media hora llegará Toni, no os preocupéis por la muda de ayer, Matilde se encargará de lavarla y si os parece bien la dejaremos aquí por si otro día la necesitáis.
— Pero abuela si aquí tenemos un montón de ropa. — le contesta Martín.
— Bueno pues una muda más cariño.

Me parece increíble que ni papá ni mamá vengan a recogernos, en su lugar deciden mandar a Toni. Toni es el nuevo chofer de papá, normalmente no podría venir a recogernos, pero como papá decidió tomarse este fin de semana de fiesta habrá decidido enviarlo a él, parece que esto va en serio, no tiene ganas ni de verme.

Recibo un nuevo mensaje que miro al momento.

Mensaje de WhatsApp:
Nena, que vuelvo una semana antes de lo previsto en nada nos vemos.
¡Aguanta 7 días más! ¡encima cae en sábado!¡resérvamelo que nos iremos de fiesta!
No te cuento nada que prefiero explicártelo en persona, no te muerdas mucho las uñas jajaja.

¡Jimena viene ya! Me muero de ganas por abrazarla y volver a la rutina de vernos cada día. Al fin una buena noticia menos mal, porque no abundan últimamente.

— Gala cariño, ten paciencia con tus padres y recuerda lo que hablamos ayer.
— ¿Qué hablasteis abuela?
— Martín, es entre tu hermana y yo cariño.
— Siempre igual abuela. — Le contesta Martín.
— Martín cómete los cereales que Toni tiene que estar por llegar. — Antes lo digo, antes pasa.

Al cabo de 5 minutos se escucha el timbre. Rosa viene hacía nosotros y nos comunica que el coche ya ha llegado. Decido subir a por mis nuevos zapatos y me despido de la abuela con un abrazo y un beso además de darle las gracias por todo, Martín ya está en el coche así que supongo que él ya se ha despedido.

Durante el trayecto de vuelta a casa voy contemplando el paisaje, Toni ha puesto la playlist que Martín le ha dicho, suena Fiebre - de Bad Gyal y me acuerdo del mensaje de Jime y que antes no le he contestado, decido responderle y después escribir a mi hermano.

Mensaje de WhatsApp:
Dani, ¿cómo están mamá y papá? ¿Han comentado algo?

Dani no me contesta, y me desespero, pero una pequeña parte de mi piensa que es mejor así, no me apetece escuchar nada de lo que puedan haber dicho sobre mis estudios, seguro que sea lo que sea no es bueno.

Pruebo con Alan. ¿Se acordará que tiene novia y ayer la dejó en visto?

Mensaje de WhatsApp:

Hola, ¿estás en casa? ¿Te apetece que nos veamos? Si no recuerdo mal ayer era tu último día en el concesionario de tu padre.

Tampoco me contesta, se puede saber que les pasa a los hombres hoy. Ni una respuesta. Miro el móvil unas diez veces más y continua sin dar señales.

Cuando estamos entrando al recinto de mi casa le digo a Toni que deje a Martín en casa y me acerque a casa de Alan.
Toni acepta sin pedirme explicación alguna, lo cual me sorprende ya que lo más seguro es que mi padre le dijese que nos trajese directamente a casa.
Son las 11 de la mañana así que no creo que haya problema alguno en presentarme en casa de Alan sin avisar, su madre me adora y su padrastro casi nunca está en casa. Además, si no he avisado es porqué su hijo no es capaz de cogerme el teléfono.

Tardamos unos 20 minutos en llegar, la casa de Alan está relativamente cerca de la mía, pero ahora en verano hay muchos coches y peatones paseando, lo cual hace que sea imposible llegar rápido, lo que en invierno son 10 minutos ahora es el doble.
La casa de él es igual de grande que la mía, con la diferencia de que casi nunca hay nadie, a ver no me quejo, tiene sus ventajas, casi siempre estamos solos, y cuando está su madre es como si no estuviera porqué siempre va hasta arriba de antidepresivos y su padrastro siempre está viajando por negocios, no es lo que llamaríamos un hogar ideal, pero es la familia que tiene. Papá y mamá nunca han puesto ningún inconveniente a nuestra relación, supongo que el hecho de que estudie medicina y tenga una buena posición económica son requisitos suficientes para cumplir con sus expectativas. Da igual que tenga una familia desestructurada, total de puertas para fuera eso no se ve y cara a la sociedad es una familia más asquerosamente rica del mejor barrio de la ciudad.

Llegamos y nadie abre la puerta, escucho unos gritos provenientes de su jardín trasero así que decido dar la vuelta para ver si es él.
Cuando giro la esquina veo a Alan con una chica rubia, no doy crédito de lo que veo. Me quedo inmóvil durante un segundo, sin saber muy bien cómo reaccionar, por unos segundos es como si el tiempo se hubiese detenido, me imagino unos cinco posibles escenarios que pueden darse a continuación y en todos ellos los arrastro a ambos, respiro profundamente y contengo mis celos, con todas las fuerzas que logro reunir en ese momento y me digo a mí misma que yo tengo más clase que todo eso. Automáticamente decido volver al coche corriendo.

— Arranca Toni.

Hasta que me quierasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora