Hasta que me quieras

Capítulo 7 - Sábado noche

Son las 16:30h y hace una hora que estoy en el aeropuerto. El vuelo de Jime llega a la hora prevista no ha habido turbulencias.

A mi lado se encuentran los tíos de ella que han venido a recoger a sus padres. He estado hablando con ellos un rato, los conocí el año pasado en su 18 cumpleaños.

Empieza a salir gente por la puerta de desembarque, y ahí está Jimena. Nada más verme sale corriendo con la maleta hacía donde estoy.

Nos abrazamos y por un segundo siento que todo vuelve a estar bien.

— ¿Me has echado de menos italiana?
— ¿Y tú a mi?

Las dos nos reímos. Se despide de su familia y nos subimos al coche.

— Al centro por favor.
No puede ser, acaba de llegar y ya tiene ganas de ir de compras.

—¿Es en serio? — Revoloteo los ojos.
— Claro que sí. Tú y yo tenemos una fiesta esta noche y tenemos que comprarnos ropa para la ocasión.

Llegamos al centro y nos recorremos diez tiendas hasta encontrar los "modelitos" perfectos.

Empezamos a arreglarnos a las 21:00h. Y nos ponemos al día, le explico lo de Alan y ella me cuenta que el chico del helado se quedó en un buen amigo, pero no llegaron a nada más.

Jimena se ha comprado un pantalón negro y un top de lentejuelas lila a juego con unos taconazos. Se ha maquillado los ojos y lleva un pintalabios rosa. Lleva una coleta alta la cual le favorece mucho.
Ella es castaña y tiene los ojos marrones.

Yo me he decidido por un vestido corto plateado y unos tacones azul eléctrico, me he maquillado los ojos y me he pintado los labios de color marrón. Jimena insistió en ondularme el pelo y que me lo dejara suelto.

Las dos cenamos en mi casa. Al salir por la puerta llega el coche de mi padre. Toni se baja para abrirle la puerta y noto como su mirada se fija sobre mi, Jimena se percata de la situación y al parecer no es la única.

— ¿Vais a salir? — Es la primera frase que me dice mi padre desde lo que pasó en casa de mi abuela.
— Sí.
— ¿Toni puedes acercarlas? No hace falta que las esperes luego las recogerá Alfonso.
— Por supuesto señor.

Una vez en el coche, Jime le dice a Toni que nos acerque a Lilium.
Durante el trayecto Toni y yo no hablamos y se me hace muy raro a pesar de que solo hayamos hablado una vez.
Llegamos a la puerta de la discoteca, nos bajamos del coche y le doy las gracias por acercarnos.

— ¿Has visto la cola que había? ¿Cómo lo has hecho?
— Aunque haya estado en Italia nosotras somos vip, empieza a creértelo Gala.

Noto como todas las miradas caen sobre nosotras.
Nos dirigimos a la barra y pedimos unos chupitos de tequila rosa. Después nos pedimos dos cubatas.
La discoteca está llena y reconozco algunos de mis excompañeros, saludamos a un grupo de chicas que iban con nosotras a clase. Decidimos subir al reservado de arriba y una vez arriba nos sentamos en los sillones rojos. Un grupo de universitarios se nos acerca y Jime y las demás empiezan a hablar con ellos. Desde donde estamos se ve la pista de baile de abajo, se nota la euforia de los chavales disfrutando de lo que queda de verano. Cada vez que ponen una canción nueva sale una especie de humo del techo. He perdido la cuenta de los cubatas que llevo, todo me da vueltas.

- ¿Ese de allí no es Alan? — Dice una de mis excompañeras.
Me giro y efectivamente Alan con la rubia.
Me levanto dispuesta a enfrentarlo cuando Jime me coge de la mano.

- Gala no. Para. Siéntate.
- No. Ahora vengo. Tranquila. — me suelto.

Ellos no me han visto, están en la barra de espaldas a nosotros.

- Hola, ¿interrumpo algo? — Las palabras salen solas de mi boca.
- Gala mi amor, ¿que haces aquí?
- ¿Y tú eres?
- Yo soy su novia, Gala. Encantada.
- Ah, sí me ha hablado de ti. — Me da dos besos.
- Esto... ¿podemos hablar?
Ahora si que quiere hablar. Me aguanto las ganas de girarle la cara y le suelto un "por supuesto". Me explica que es su hermanastra que acaba de llegar de un internado de Suecia y que lleva toda la semana con ella para que se sienta integrada.

- ¿El untarle crema solar en bikini es parte de la integración social o es por algún otro motivo que desconozco?
- ¿Perdona? — Se ha quedado blanco.
Y encima se hace el tonto.
- No, que si quieres que te perdone el haberme ignorado y no haberme hablado durante una semana o que te perdone el tonteo con la rubia.
- ¿Gala no sé de qué estás hablando?
- Me llamo Ivonne.
- ¡Ah!, ¿sí? Me importa una mierda.
- Gala no te pases.
- ¿Pero tú eres tonto? — de repente me entran muchas ganas de vaciarle el cubata en la cabeza.
Ella se empieza a reír y le dice algo al oído.

— Has bebido mucho, cuando estés más tranquila hablamos.
Me da la espalda, está a punto de irse y le tiro el cubata por la espalda.
— ¡Qué te den! — me grita y se van.

Jime estaba en la terraza fumando y ha visto como se subían los dos a un coche.

— ¿Gala qué ha pasado? Corre el rumor que has empapado al tonto de Alan. No me digas qué... No te creo jajajaja, bien hecho se lo merecía.

Nos empezamos a reír, en otras condiciones estaría llorando, pero el alcohol hace que me sienta viva, tengo mucho calor y lo único que me apetece es bajar a la planta de abajo y notar el vapor. Así que bajo las escaleras y voy hacia la barra. La camarera está hablando con uno que está en la otra punta.

— Ey, perdona, ¿me pones un cubata?
— ¿No crees que llevas muchos?
Esa voz tan seria y sexy solo puede ser de una persona. Me doy la vuelta y lo veo. Es Toni se ha quitado el traje y lleva una camisa azul cielo y unas bermudas blancas. Está guapísimo.
— ¿Ahora además de tutearme me dices lo que tengo que hacer? Uf... no te pega nada, ¿no crees? Además, ¿sabes que pueden despedirte?
Le quito el cubata y le doy un trago.
— ¡Puaj! Está muy amargo.
— ¿Esto de que me quites cosas se va a convertir en tradición? — Se acerca a mi.
— Más quisieras que te quitara algo a ti. Pero te vas a quedar con las ganas. — Mierda, ¿acabo de contestarle eso?
Otra vez su media sonrisa. Se acerca lentamente.
—¿No será al revés? Me quita el cubata y le da un sorbo.
— ¡Toni! Ey, te estaba buscando.
Una chica morena se mete entre medio nuestro y le da un morreo. Él la aparta.
— Gala, ella es...
— Espera, no me lo digas María. — le interrumpo.
— María vuelve con los demás ahora voy.
Ella me sonríe, le tira un beso con la mano a Toni y se va.
— No es lo que parece. — Me responde seco.
— No me debes ninguna explicación.

Lo dejo solo en la barra y me voy al medio de la pista. Menuda noche llevo, primero Alan y la petarda y ahora Toni, se que lo acabo de conocer, pero no puedo evitar sentir un nudo en la garganta. Necesito desfogarme, necesito bailar, sudar y dejar que la música se lleve todo lo que me ha estado atormentando estos días.
Bajan la intensidad de las luces y sueltan el vapor, está sonando Hotline Bling - Drake.
Me dejo llevar y empiezo a bailar, me paso las manos por el pelo, me muevo, como si nadie más estuviera, noto como unas manos rodean mi cintura, no me importa, sigo bailando, me giro y es un chico muy guapo castaño con el pelo rizado. Pasa poco más de un minuto y noto como tiran de mi mano.

— Ay ¿Qué haces?
— Has bebido mucho te llevo a casa.
— No soy una niña, déjame tranquila.
— No lo parece.

Jimena aparece y pregunta que qué está pasando.
Toni habla con ella, no escucho nada de la conversación, pero parece convencerle, me dice que me vaya con él que después la acercan a mi casa. Me da un beso en la frente y se va.

Voy de copiloto en el coche de Toni. Bueno, no se si será suyo. Nada más sentarme me entra el bajón, tengo mucho sueño y no paro de bostezar.
Me coge en brazos y me entra a mi casa, cuando abro los ojos veo las escaleras, pero me pesan mucho los párpados y vuelvo a cerrarlos.
Noto como alguien se mete en mi cama.

— Gala, soy yo Jimena no te asustes. Acabo de llegar, perdona por haber venido más tarde. Mañana hablamos.

Tengo tanto sueño que no soy capaz de contestarle.