Es sábado y huele a chocolate y churros. Acabo de despertarme y para mi sorpresa está nevando. Me asomo por la ventana para contemplar el paisaje blanco y sereno. Me pongo mi bata y mis chanclas de andar por casa y salgo de mi habitación.
— Guau. — mi asombro se refleja en mi cara al ver los adornos de navidad del pasillo.
— Buenos días, señorita. — me saludan algunas de las mujeres del servicio.
— Buenos días, llamadme, Gala. — no me siento cómoda cuando me tratan de usted. Yo no soy mis padres.
Están decorando la casa y la verdad es que está todo precioso, los adornos son rojos y dorados y no me pueden encantar más. La escalera está quedando de cuento.
—¡Buenos días Rori! ¡Qué bien huele!
— En la mesa hay más cosas. — me sonríe.
— Pues sintiéndolo mucho, allá voy. — le devuelvo la sonrisa.
— Dios, está buenísimo. — Martín solo tiene ojos para su magdalena de chocolate.
— Martín no hables con la boca llena.
Mi padre está leyendo el periódico y mi madre está con la Tablet, Martín está arrasando con los dulces y Dani acaba de bajar igual que yo.
— ¿Respecto lo que acordamos, sigue en pie?
— Sí cariño. — le responde papá.
— ¿Mamá de que habláis? — le pregunto.
— De la fiesta del día 21 para celebrar el inicio del invierno.
— Yo prefiero irme con mis amigos. — contesta Martín.
— Tú harás lo que nosotros digamos. — le responde mi padre.
Martín resopla y no le contesta. A pesar de que se lo haya dicho a él va dirigido para los tres. Lo más seguro es que nos seleccionen hasta el vestuario, no sería la primera vez ni la última.
— Pero si el 21 es mañana.
— Así es Gala, he reservado cita en el Salón de belleza Fleurs Blanches.
Dani me mira y se ríe.
— ¿Es necesario que vaya? No me apetece nada.
— Hija mía nos vendrá bien pasar tiempo juntas.
Muy a mi pesar acepto, es más no tengo otra alternativa. No me malinterpretéis, pero ir a un salón de belleza no entra dentro de mis 10 planes preferidos y no es que no me guste pasar tiempo con mi madre es que las veces que hemos ido cada vez que intento conversar con ella me suelta un "Gala por favor necesito desconectar" y procede a hablar con alguna de sus amigas. Entraría a debatir el porqué debo ir yo y mis dos hermanos no, pero supondría tener que escuchar razones retrogradas que no quiero oír.
Al finalizar el desayuno mi madre me recuerda la cita de hoy, así que me visto y una vez estamos listas Alfonso nos recoge para dejarnos en el Salón.
— Alfonso recójanos a las 19:00h.
— Son las 11:00h tanto tiempo vamos a estar.
Mi madre no me contesta, así que me coge del brazo y entramos. No es la primera vez que venimos, somos asiduas, toda mujer que pertenezca a la élite conoce el salón. A pesar de la apariencia refinada, elegante y distinguida que posee el establecimiento es el único lugar en el que las señoras pueden y se sueltan el pelo. Todo aquel que ha venido sabe que no hay mejor lugar que este para enterarse de los cotilleos, escándalos, herencias, negocios ilícitos y romances prohibidos de la alta sociedad.
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Hasta que me quieras
Ficção AdolescenteGala siempre ha tenido las cosas muy claras pero una serie de acontecimientos inesperados le dará mucho que pensar. ¿Quién es? ¿Por qué a ella? ¿Qué quiere? Cuantos de nosotros vivimos en nuestra zona de comfort y nos da miedo salir de ella, pero d...