Hasta que me quieras

Capítulo 17 - Cumpleaños de María

Jueves por la tarde.
Llega Dani a casa después de pasar la noche fuera.

— Hola desaparecido, ¿cómo estás?
— Bien Gala, he estado con Alana.
— ¿Ah sí? Habéis congeniado mucho. ¿Y qué tal la noche? — me alegro mucho por ellos, Dani se merece ser feliz y últimamente no lo he percibido así.
— No es lo que crees. Es una amiga, Alana es como un rayo de luz entre toda la tormenta.

No entiendo porqué lo dice, pero me da la sensación de que algo no va bien. Antes nos lo contábamos todo así que espero que esta vez no sea diferente.

— Llevo semanas observándote y algo no va bien, estás distante, no compartes tiempo con la familia, no me cuentas como te va todo, ¿sabes que me tienes para lo que necesites, ¿verdad?
— Lo sé. — su respuesta es seca.
— Pues dime entonces por qué has estado así, estoy preocupada.

Se va hacía el jardín y me deja en el recibidor con la palabra en la boca. Odio que me hagan eso, tanto cuesta responder. Esto no se va a quedar así, mi hermano está mal, lo conozco y no voy a parar hasta saber qué le pasa. Le sigo hasta el césped y me siento a su lado en silencio. Permanecemos callados durante cinco minutos hasta que finalmente rompe a llorar, instintivamente lo abrazo todo lo fuerte que puedo.

— Gala no puedo más.
— Está bien, no pasa nada, llora lo que necesites. No me voy a ir de aquí. Estoy contigo, ¿sí?
Él se limita a asentir.
— Llevo años enamorado de una chica que iba a mi clase y lo he llevado bien hasta ahora, nunca le dije nada, iba a mi rollo y todo estaba genial. Además, ella tenía novio y yo paso de meterme en líos. Pero hace tres semanas me la crucé en una fiesta, estaba llorando y me acerqué para saber si necesitaba algo. Estuvimos hablando toda la noche y conectamos o eso creí yo.
La cosa es que consiguió mi número y empezamos a quedar como amigos, disfrutábamos el tiempo juntos y no me había sentido tan bien des de hacía mucho tiempo. En cuestión de una semana se lanzó y me besó, nos enrollamos...
— Espera, entonces ¿El chupetón era de ella?
— Así es. Ella me dijo que su novio la había dejado y aunque yo sabía que todo era muy reciente decidí seguir con ella en ese plan, nada formal, ella lo estaba pasando mal y lo último que quería era presionarla o que se sintiese así. Fuimos a varias fiestas y en ellas conmigo era súper cariñosa, pero por la mañana volvía a estar distante. Entiéndeme llevo enamorada de ella prácticamente toda la vida.

— ¿Entiendo, pero crees que merece la pena?

— Me hace sentir vivo.
— ¿Y ahora cómo estáis?
— Pues la última vez que estuve con ella fue en la fiesta de la piscina. La vi hablando con su exnovio y fue cuando me presentaste a Alana. La verdad es que Alana aparte de ser preciosa es una chica muy divertida y me lo pasé bien con ella. Antes de que nos fuéramos la otra se puso celosa, me cogió de la mano me llevó a la cocina y me dijo de todo. Ella estaba hablando con su exnovio y yo no me iba a quedar llorando por las esquinas. Ayer me dijeron que han vuelto y decidí llamar a Alana y quedar, necesitaba despejarme.
— Dani, no tenías que pasar por eso tu solo. Me tienes a mi incondicionalmente. Cuando y como sea. — nos abrazamos.
— Ya lo sé, perdona. Prometo no volver a ocultarte nada. No sabía como gestionarlo. — se seca las lágrimas, se levanta y me tiende la mano para ayudarme a levantarme.
— Te quiero mucho.
—Y yo a ti hermanita.
— Dani una última cosa, Alana es una buena chica y no se merece sufrir. ¿Ella sabe todo esto?
— No. Solo lo sabes tú y de momento quiero que sea así. Me cae muy bien y aunque ella no lo sepa me está ayudando mucho. Cuando estoy con ella me evado de todo.
— Está bien, solo te pido que no juegues con ella, ni la utilices para olvidarte de la otra chica.
— No lo haré, yo no soy así. Estate tranquila. Gala no le digas a nadie ni una palabra de esto.
— Confía.

Se escucha el motor de un coche.

— Ahí tienes a tu caballero andante.
— Que tonto eres.
— Ya recibo yo a papá y me lo llevo dentro. — me guiña un ojo.