Dani y yo somos los últimos en subir al coche.
Mamá y papá van hablando de como el sector turístico este año está en uno de los mejores momentos de la última década.Martín como no, tiene los cascos puestos y parece ser que está haciendo videollamada con uno de sus amigos.
Mientras yo decido acercarme a Dani y hacerle mi famoso interrogatorio. Así lo bautizó Jime y es que cuando quiero saber algo no paro hasta averiguarlo de ahí lo de famoso.
Me dirijo a él en voz baja no vaya a ser que alguien nos escuche, aunque lo dudo mucho porque todos están inmersos en sus respectivas conversaciones.
— Dani, ¿me vas a decir al menos dónde has pasado la noche?
— Fuera de casa. — Me responde súper borde y seco.
— Va por fa, no diré nada lo prometo.
— Hemos quedado que no hablaríamos del tema Gala vale ya.
— Bueno, no me digas con quien has estado ni dónde... ¿pero la conozco?
— No, no la conoces.Me pregunto con quién habrá pasado la noche, no es propio de él, de Martín me lo espero, pero Dani, es muy raro. Y que no me lo cuente todavía más, siempre nos lo contamos todo, desde niños hemos estado muy unidos. Martín llegó más tarde, nosotros dos ya éramos un equipo y además él es más independiente suele ir por libre y hace lo que le da la gana, siempre que no están nuestros padres evidentemente.
— Gala puedes parar de darme toquecitos con el pie.
— Martín pero que guapo y que simpático eres. — Le doy un beso en la mejilla mientras le pellizco la otra.
— Papa, Gala no para de molestarme. — Grita Martín.
— Solo le he dado un beso papá. — suspiro profundamente,
Como de costumbre nuestro padre nos ignora, sin embargo mamá se gira y nos lanza que dice parad ya.Nada más girar a la derecha papá nos dice que ya hemos llegado y que hagamos el favor de comportarnos.
Segunda vez en un día que nos dirige la palabra, estoy por marcarlo en el calendario.
Mamá y papá van súper elegantes, lo cual no es algo que me sorprenda ya que siempre van de punta en blanco.
Él lleva una americana color beige, una camisa blanca y unos vaqueros. Ella lleva un vestido amarillo ceñido que le marca mucho la figura. La verdad es que están guapísimos.Por un momento me quedo contemplándolos y pensando en lo afortunados que son por haberse conocido.
Una voz muy tierna hace que deje esos pensamientos atrás.
— Cariños míos que guapos estáis y que grandes.
— Abuela solo hace una semana que no nos vemos. — Le responde Martín.
— Y te parecerá poco granuja. — Le contesta ella mientras lo abraza.
— Hola abuela que guapa estás. — dice Dani.
— Muchas gracias, cariño tú lo estás más.La verdad es que la camisa verde oliva que lleva Dani le hace juego con el color de sus ojos.
— Hola yayi te he echado de menos — le contesto mientras le abrazo todo lo fuerte que puedo.
— Mi niña yo también a ti, estás espectacular cada día te pareces más a tu madre cuando era jovencita.
— Mamá sigo siéndolo.
— Bueno ya me entiendes cuando lo eras más. — Le da un apretón de manos a mi padre.La verdad es que me parezco mucho a mi madre físicamente, tenemos el mismo color de ojos, bueno, para ser honestos es algo que compartimos Dani, ella y yo, incluso nuestro pelo es del mismo color, color negro como el carbón. Martín y papá a diferencia de nosotros tres tienen los ojos azules y el pelo rubio color oro.
— ¿Qué os parece si vamos a dentro? El almuerzo está servido. — dice mi abuela mientras nos sonríe.
Entramos y lo primero que veo es una mesa llena de fruta, hay sandía, melocotones, peras, manzanas, plátanos, albaricoques. La fruta reluce de lo fresca que está, la presentación es inmaculada.
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Hasta que me quieras
Ficção AdolescenteGala siempre ha tenido las cosas muy claras pero una serie de acontecimientos inesperados le dará mucho que pensar. ¿Quién es? ¿Por qué a ella? ¿Qué quiere? Cuantos de nosotros vivimos en nuestra zona de comfort y nos da miedo salir de ella, pero d...