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POV Camila

Su presencia hacia que cada músculo de mi cuerpo temblara de una manera incontrolable.

-Te deje sin habla?- pregunto ella en un modo sarcástico.

-Nada de eso- conteste evitando el tema.

-Si tu lo dices- concluyo ella con una sonrisa en su maldita cara.

-Ya puedes irte- le comunique mientras caminaba hacia la puerta de la enfermería para así llamar al guardia.

-Antes de irme- hablo acercándose a mi rápidamente para luego quedar frente a frente- me alegro de conocerte lindura- dijo por ultimo abriendo la puerta de la enfermería.

Minutos después el guardia apareció para llevarla a su celda, ante su presencia mi corazón latía fuertemente, esa sensación jamas la he sentido en mi vida, ni siquiera con Shawn.

Tengo que dejar de pensar en ese idiota.

Aunque intento no pensar en el, todos los malditos recuerdos aparecen en mi como un tipo de película depresiva.

Todo había cambiado repentinamente como si nada, sabia que este trabajo iba a cambiar mi vida de cierto modo pero hoy es mi primer día y con tan solo establecer una conversación con aquella reclusa mi corazón comenzó a latir con demasiada fuerza.

Sus malditos ojos esmeralda me dejaron tonta, lo peor de todo este problema es que sabia lo que ocasionaba en mi y no lo desaprovecho para nada.

-Maldita idiota, quien se cree?- hable en voz baja.

-Señorita, usted es enfermera de este lugar?- pregunto una voz femenina sacándome de mis pensamientos.

Al darme la vuelta me encuentro con una joven mas o menos de mi estatura de pelo rubio con unos hermosos ojos color marrones.

-Si- me limite a responder.

-Soy Ally Brooke, su ayudante- se presento ella con una hermosa sonrisa en su perfecto rostro.

-Un gusto Ally, por cierto, limítate a decir tu nombre ya que la información personal de las personas que trabajan aquí es confidencial. Es por su seguridad- respondí de buena manera.

-Gracias por mencionarlo.

Según el director de este centro de detención una vez a la semana tenemos que hacer chequeos médicos a todos los reclusos, son demasiados, no se como nosotras dos podremos con todos ellos.

-Hoy toca hacer revisiones medicas a todos los reclusos, así que nos repartiremos las listas para dividir trabajo- comente mientras le entregaba una lista con los números correspondientes de cada recluso.

-Como usted ordene señorita- contesto Ally para luego tomar la lista entre sus manos.

Pocos minutos después todos los reclusos se encontraban haciendo fila en el patio, eran demasiados pero sabia que este trabajo tenia desafíos y al parecer este seria uno de ellos, Ally ya había comenzado hacer las revisiones, pero yo tenia pánico así que tarde un poco mas.

El primer numero que se encontraba en mi lista era el 593, si ni siquiera sabia a que recluso le pertenecía aquel numero pero solo me limite a decir el numero en voz alta.

-El recluso 593 por favor pase a mi sala- nombre sin mirar quien era la que se encontraba detrás mio siguiendo mis pasos como un soldado.

-Por favor, tome asiento- dije mientras tomaba su historia clínica.

-Me alegra verla otra vez.

Aquella voz se me hacia conocida, lentamente me di la vuelta.

Para luego encontrarme con esos ojos verdes que me tenían hipnotizada.

-Dos veces en un mismo día? Esto no parece coincidencia- comente de manera irónica.

-Tal vez el universo quiere que ambas estemos juntas- dedujo mirando de arriba abajo.

-Al parecer el universo me odia- comente tratando de evitar su mirada.

-Que necesita que haga doctora?- pregunta ella con una mirada pícara.

-Necesito que te quites la camiseta- respondí mientras arreglaba la balanza para poder pesarla y tomar sus medidas.

-Hubieras empezado por ahí lindura- hablo para luego quitarse la camiseta, dejando al descubierto todo su maldito hermoso cuerpo.

-Sube a la balanza por favor- le ordene sin siquiera mirarla a los ojos.

Una vez subió encima de la balanza comencé a tomar nota de su peso y altura, me encontraba a pocos centímetros de ella ya que era necesario para ver los resultados de la báscula.

-Soy yo o tu corazón latiendo muy fuerte?- pregunto riéndose bajo.

-Por si no es obvio, hoy es mi primer día de trabajo aquí- conteste perdiendo un poco mi paciencia.

-Eres una chica fácil de enojar- comento ella mientras se bajaba de la balanza.

-Puedes ponerte la camiseta- le pedí ignorando su comentario anterior.

-Tienes una gran sonrisa en sus labios pero aun así veo tristeza en tus ojos- comento mirándome fijamente.

-Tienes algún tipo de enfermedad que tenga que saber?- pregunte con mi libreta en manos.

-Estar interesada en ti, es una enfermedad?- pregunto ella sin quitarme los ojos de encima.

-Si, puede ser llamada, psicopata o obsesión- respondí seria.

-Yo solo diría que es curiosidad de como una chica como tu termina en este horrible lugar.

-Mi ex futuro marido me engaño con mi hermana, por eso estoy aquí- respondí algo alterada.

-Lo siento mucho- contesto ella mirándome con una cara de pena total.

-No necesito tu lastima, pero me imagino que ya estarás contenta- declare dejando mi libreta sobre la mesa.

-Por que lo estaría?- pregunto confundida.

-Por que ahora sabes por que estoy aquí - respondí sin ganas.

-Hay que ser muy hijo de puta como para querer romperle el corazón a alguien que se atrevió a amar tu desastre- comento ella intentando conectar mi mirada con la suya.

-En realidad es mi culpa - articule intentando no llorar.

-Por que serias tu la culpable?

-Por que me enamore de un corazón vacío y fracase al intentar llenarlo con el mio- hable sin ganas.

-No tienes que echarte la culpa por lo que hizo ese idiota, ahora me tienes a mi- me aseguro tomando suavemente mi mano.

-Recién me conoces- hable algo obvia.

-Y con eso me basta.

-Para que?

-Para decirte que honestamente, eres la única persona a la que he dedicado tanto tiempo y esfuerzo- manifestó ella para luego soltar mi mano delicadamente.

-593 ya termine con tu chequeo, el guardia la esperaba en la salida y gracias por escucharme- anuncie con una sonrisa en mis labios.

-Hasta pronto preciosa- se despidió ella antes de retirarse.

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Celda 593Donde viven las historias. Descúbrelo ahora