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POV Camila

Black tenia su mirada fija en mi y yo no sabia que diablos contestarle.

-Vas a decirme?- volvio a preguntar.

-Sinu se llamaba mi mama y Zayn es mi hermano- respondí intentando no llorar.

-Los extrañas?

-Como nunca- conteste dejando salir todas mis lagrimas.

-Ven aquí- Ordeno acercándome a ella para así poder abrazarme, era algo difícil de describir en palabras paro ella tenia algo que me hacia sentir completamente segura.

La fiebre no había bajado del todo pero aun así me sentía un poco mejor que antes, pero el hecho de que Black tenia que irse me tenia algo nerviosa.

-Me voy al taller- confeso acercándose a mi para dejar un beso en mi frente- Te veo mas tarde- hablo por ultimo antes de irse.

Me acorde que la anciana de la tienda tenia un pequeño trabajo para mi así que tome mis cosas y salí caminando a la tienda pero mientras caminaba hacia ella sentía una extraña sensación de que toda mi maldita vida cambiara por completo y tendré que arreglármelas sola.

Cuando llegue la anciana no se encontraba en la tienda pero aun así llame.

-Hola, hay alguien aquí?- pregunte levantando un poco la voz pero nadie contesto, decidí acercarme aun mas hacia el lugar donde se encuentra la mercadería que al parecer recién llegaba para así poder ver si lograba encontrar a alguien.

Me lleve una gran sorpresa cuando me encontré con su nieto Austin el cual estaba guardando la mercancía en sus lugares correspondientes.

-Hola- saludo sorprendido.

-Llame pero nadie me respondió- conteste nerviosa.

-Lo lamento mucho, estaba ocupado y al parecer no logre escucharte.

-Se encuentra tu abuela?

-Ella esta en su casa descansando- dijo el sin quitar su mirada de los enormes estantes de la tienda.

-Vendré mas tarde entonces- asegure mientras caminaba hacia la puerta pero sus manos impidieron que me fuera.

-Si vienes por el trabajo, puedes empezar hoy- hablo con una sonrisa en sus labios.

-Mejor entonces- exprese emocionada dejando las llaves de la casa encima de una repisa- por donde empiezo?- pregunte emocionada.

-Ayúdame a guardar estas cosas- pidió el señalando algunos juguetes para niños.

Austin era bastante simpático y aunque intentaba quedarme callada el siempre sacaba algún tema para poder establecer una conversación, eso era muy tierno de su parte.

-Como es que terminaste aquí ?- pregunto el de la nada.

-Circunstancias de la vida.

-Mi abuela me contó que hace años que estas con tu pareja- comento dejando de hacer lo que se encontraba haciendo para mirarme fijamente.

-Nunca terminas de conocer a una persona- intente cambiar de tema sonriendo tímidamente.

-En eso te doy toda la razón- respondió el con una sonrisa de oreja a oreja.

[.........]

Luego de estar un buen rato guardando y ordenando algunas cosas ambos nos sentamos en una pequeña habitación que se encontraba detrás de la tienda para así poder descansar un poco, esta tenia una tele en la cual podía verse el noticiero.

Una alarmante noticia salió y mi corazón se paralizo en ese mismísimo instante.

Han pasado varios días y las búsquedas por encontrar a la señorita Camila Cabello y a la reclusa 593 siguen sin parar.

La familia de la joven doctora esta muy desesperada por hallarla, pero queda mencionar que ella es la hija menor del mismísimo ministro de seguridad.

Austin no dejaba de mirarme fijamente como si estuviera viendo un fantasma, el intento correr hasta la puerta pero llegue antes que el para pararme enfrente de ella y así impedir su paso.

-Ella te tiene secuestrada- aseguro asombrado.

-Austin ella me salvo- hable intentando controlar mis lagrimas.

-Te ha secuestrado, de que diablos te salvo Camila?- pregunto el enojado.

-Trabajaba en un centro de detención y hubo un motín- le expliqué deslizando me hasta llegar al suelo.

-Que paso luego?

-Uno de ellos intento matarme y ella me salvo, ambas caimos hacia el arroyo y este nos trajo hasta aquí- respondí tomando mi cabello en mis manos de desesperación.

-Acaso crees que es seguro estar con ella?- pregunto volviéndose a sentar en su asiento- Diablos Camila, ella puede matarte cuando le de la gana- intento hacerme entrar en razón bastante enojado.

-Créeme que tuvo bastante oportunidades y no hizo nada- le intente explicar levantándome del suelo.

-Cual es su nombre en realidad?

-No lo se.

-Como que no sabes su nombre?- pregunto el obvio.

-El centro tiene prohibido compartir algún tipo de información con los reclusos- le explique.

-No puedes volver con ella- me ordeno acercándose a mi para luego tomar mis manos entre las suyas- puedes quedarte en mi casa hasta que el tren salga a New York- sugirió el sincero.

-Austin, agradezco todo esto pero me siento segura con ella- conteste soltando sus manos para luego acercarme hacia la puerta para irme pero el volvió a tomar mis manos para así acercarme a su cuerpo.

-Que haces?- pregunte confundida, pero el no respondió, solo se digno a deshacer la poca distancia que compartían nuestros labios para fundirnos en un beso.

Sus labios no eran para nada parecidos a los de Black pero eran únicos, sus manos se posaron en mis muslos para así subirme encima de el y llevarme hasta la mesa.

Me tiro encima de esta para luego quitarse la camisa para así dejarme ver lo que esa maldita camisa escondía y su cuerpo estaba muy bien cuidado.

Sus besos comenzaron a deslizarse por todo mi cuerpo generando una nueva sensación para mi cuerpo.

-Austin- articule sin poder controlar mis gemidos pero el no me escucho, solo se limito a quitarme mi blusa y mi brasier dejándome expuesta ante el.

No sabia muy bien que diablos estábamos por hacer pero sus manos viajaban por cada maldita parte de mi cuerpo haciendo difícil el poder controlar mis ganas de gemir abiertamente.

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Celda 593Donde viven las historias. Descúbrelo ahora