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POV Camila

Mientras me miraba en el espejo no podía dejar de mirar como mi vientre poco a poco iba creciendo.

Hoy seria el día en el que volvería a trabajar en el centro de detención y aunque muchas personas no lo recomendaban sabía perfectamente que necesitaba el dinero para criar a mis hijos así que respondí con agradecimiento aquella carta que me mandaron del centro de detención.

En espejo podía observar a una mujer fuerte y decidida a seguir adelante sin importar cuantas veces la vida me tire abajo.

Luego de media hora de viaje hacia el centro me encontraba frente la puerta que llevaba a donde se encontraban todos los reclusos, cuando pise firme aquel suelo de cemento mis tacones resonaron en el llamando la atención de todos los hombres que se encontraban allí.

Para mi sorpresa ninguno dijo nada pero sus miradas eran aun peor, al pasar por la celda 593 fue donde nuestras miradas se cruzaron y al hacerlo una chispa prendió de nuevo las esperanzas de un nuevo amor.

Ella solo mi miro algo confundida, intente ponerme algo que no hiciera muy visible el crecimiento de mi vientre pero fue imposible ya que sus ojos cayeron sobre ella inmediatamente.

Al llegar a la pequeña habitación de enfermería respire aquel olor a pureza y tranquilidad, me acerque a la ventana que esta tenia y se me hizo imposible no pensar en aquel momento en el que Lauren y yo la saltamos para salvar nuestras vidas del terrible motín que había.

Ahora que lo pienso tal vez fue el maldito destino el que quiso encontrarme con ella y lo peor de todo esto es que aquellos momentos que compartimos juntas habían quedado tatuados en mi piel.

La puerta de la enfermería sonó dejándome ver a uno de los guardias que estarían a cargo de mi seguridad durante mi estadía en el centro.

-Señorita tenemos un problema- me comunicó el guardia algo serio.

-Que sucede?- pregunte preocupada.

-La reclusa 593 tuvo una pelea en el patio y tiene que ser atendida- concluyo el con su mirada agachada.

-No hay problema, pueden traerla, la atenderé- afirme mientras sentía como mi cuerpo temblaba.

Minutos después ella aprecio cruzando por la puerta llena de confianza en cada paso que hacia en mi dirección, era inútil negar que su presencia provocaba que cada nervio de mi cuerpo se tensara pero atender a los reclusos de este centro de detención era mi trabajo y no pienso poner en duda mi profesión por una mujer.

Lauren se sentó sobre la camilla con su mirada fija en mi haciéndome sentir mas culpable de lo que ya me sentía.

-Por que estas aquí ?- pregunto ella seria mientras que yo luchaba para no cruzar miradas.

-Necesito dinero- conteste mientras ponía levemente ponía desinfectante sobre su pequeño corte en la mejilla.

-Tu padre es el ministro de seguridad y necesitas dinero?

-Acaso piensas que vivo del dinero de mi padre?- pregunte intentando ocultar mi enojo- tengo dos...-pare de hablar antes de meter la pata.

-Tienes dos...?

-Dos objetivos firmes- mentí mientras cubría su herida con una pequeña gasa.

-Cuando mientras arrugas la nariz, lo sabias?- pregunto sonriendo de lado.

-Ya estas lista- cambie de tema para luego buscar su historial medico en los grandes estantes que colgaban de las paredes blancas de la habitación.

Cuando lo encontré anote en ella las heridas que había curado y luego lo cerré volviéndolo a poner en su lugar, uno de los guardias que esperaban en la puerta de la enfermería entro para así llevarse a la reclusa que aun descansaba en la camilla con su mirada fija en mi analizando cada movimiento que realizaba.

-Es hora de irnos- anuncio el guardia mientras tomaba con fuerza a Lauren de los brazos para llevársela delante de mi.

Al sentir la soledad de la habitación respire hondo maldiciendo interiormente por casi meter la pata de esa forma, si le hubiese dicho a Lauren que tengo a sus hijos en mi vientre todos mis planes se acabarían y no deseo eso.

La idea de ser madre soltera nunca estuvo en mi mente pero viendo las circunstancias no tengo otra opción, mi familia me dio la espalda queriendo que abortara a mis hijos aunque siempre me la han dado esperaba que ellos fueran más comprensivos con este tema.

Nunca tuve una buena relación con ellos pero al menos esperaba que mis hermanos tuvieran algo de consideración pero prefirieron pensar que por la madre de mis hijos ser una reclusa con cargo de homicidio no eran aptos para vivir una vida normal.

No tuve una madre a mi lado así que no creo ser una madre para ellos pero haré mi mayor esfuerzo por serlo.

La hora de volver a mi casa llego, tome mis cosas y luego cerré con llave la enfermería, mientras caminaba mis tacones resonaban en el suelo haciendo evidente que me acercaba hacia las celdas de los reclusos.

Cuando por fin salí subí rápidamente a mi auto, pero mientras manejaba no podía quitarme de la mente los hermosos ojos esmeraldas de Lauren fijos en mi, su mirada era mi maldita debilidad y lo peor de esta situación era que ella lo sabia y usaba eso a su favor.

Una vez en la tranquilidad de mi departamento respire hondo para luego dejar las cosas sobre el sofá.

Camine con total tranquilidad hasta la cocina para prepararme algo para la cena ya que no había comido nada en todo el día de los nervios.

Un fuerte ruido se escucho desde la puerta principal, alce mi vista y fue cuando vi a dos hombres entrar por la puerta, ambos vestían de negro, sus caras iban cubiertas y venían cargados.

Me tire en el suelo ocultando me pero era obvio que ellos me encontrarían pero solo quería hacer tiempo para poder llamar a emergencias, pude escuchar una breve conversación que ellos tenían mientras revolvían toda la casa en busca de algo desconocido.

-Estas seguro que es ella?- pregunto uno de ellos.

-Ella dijo que la mujer vivía acá- respondió el otro con seguridad.

-Que se supone que tenemos que hacer?

-Torturarla hasta que decida alejarse de Lauren- comento el otro hombre acercándose hacia la cocina.

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Si llega a 30 estrellitas actualizó....🙃

Celda 593Donde viven las historias. Descúbrelo ahora