04

911 70 1
                                    

POV Lauren

Ya han pasado demasiados años desde que me encuentro en este maldito centro de detención, en estos años ya he tenido múltiples peleas con los demás reclusos.

Es como un tipo de bienvenida al centro comenzar a pelear sin sentido, aunque intente no seguirles el juego no me quedaría de brazos cruzados mientras me atacan.

-Hey amiga, en que piensas?- pregunto mi compañero de celda, el único con el que había podido establecer una relación sin golpes o amenazas.

-En cosas de la vida- conteste mientras me recostaba en mi dura y no muy cómoda cama.

-Cosas de la vida, como la hermosa doctora nueva no?- pregunto el riendo.

-No se de que estas hablando- respondí intentando evadir el tema.

-Vamos amiga, me di cuenta de como la miras.

-Es una mujer, que puede tener de especial?- manifesté tratando de poner en mi cabeza que ella estaba totalmente fuera de mi alcance, a fuera la estaría esperando alguien mucho mejor que yo.

-No es la primera mujer que viene para el puesto de doctora del centro y sin embargo es la única que te a cautivado-comento muy seguro de sus palabras.

-No puedo confiar en las mujeres y lo sabes- le recordé dandole la espalda.

-No todas las mujeres son Keana, cuando entenderás eso?

-Troy se que estas muerto por aquella ayudante de enfermería, pero no puedes tratar que ame a alguien que no quiero- grite enojada.

-No te estoy imponiendo nada, solo te digo que te des el gusto de conocerla- aclaro el cansado.

-Yo no le puedo ofrecer nada, no tengo absolutamente nada y me encuentro entre rejas por algo que volvería hacer sin pensarlo. Ella se merece otra clase de persona, una que la cuide como si fuera la reina del maldito mundo- respondí sin pensar en lo que estaba diciendo.

-Nadie dijo que tienes que ofrecerle cosas materiales, pero me he cansado de tratar de que confíes en una mujer- hablo el por ultimo antes de acostarse.

Esa noche no pude dormir bien, mi mente me torturaba con su imagen, su pelo castaño y sus ojos marrones se habían convertido en unas de mis debilidades. Mientras mas intentaba dormir mas complicado se volvía sacar su imagen de mi mente.

En ciertas ocasiones me pongo a pensar como llegue a este odioso lugar y recuerdo lo que hice.

Cuando sucedió todo este pésimo evento yo me encontraba en Miami junto a mi prometida Keana. Allí fue donde donde me entere que mi hermana menor Taylor fue violada por un pandillero en Rápidamente tome el primer vuelo hacia Miami para brindarle mi apoyo a mi hermana.

Mi mama denuncio al bastardo pero nadie hizo nada, la policía solo decía que hacían lo que estaba en sus manos pero mientras ellos no hacían nada mi pequeña princesa tenia miedo de salir a la calle, todo le daba pánico, incluso el contacto físico con los demás.

La ira se apodero de mi y en esos momentos no sabia lo que hacia ni mucho menos las consecuencias que tenían mis acciones.

Pero fui a buscar al bastardo y lo mate a sangre fría.

Meses después la policía llego a mi casa acusándome de su muerte y obviamente no me declare inocente, admití que yo había sido quien lo mato. Por eso me sentenciaron a 18 años de prisión, estoy aquí desde hace 10 años y siento que el tiempo pasa de una manera demasiado lenta.

Mi prometida Keana de alejo de mi cuando caí presa, me abandono en el momento en el que mas la necesitaba. Eso me llevo a creer que no todas las mujeres valen la pena, excepto la doctora.

Ella tiene una sonrisa de punta a punta pero en el fondo esta hecha pedazos, siempre intenta pensar en positivo aunque a veces eso no es lo mejor. Ella con su elegancia y su carácter provocador arregla todo.

-Acaso no puedes dormir?- pregunto Troy desde la cama de arriba.

-Cállate.

-Adivino? Estas pensando en la sexi doctora o no?- pregunto el riéndose.

-Si.

-Lo sabia.

-Que son esos ruidos?- pregunte levantándome de la cama para luego acercarme a la reja.

-Están planeando un motín- comento Troy seguro de sus palabras.

-Como lo sabes?

-Ayer mientras estabas muy acaramelada con la doctora se armo una pelea, los presos del sur contra los del norte- me contó el en voz baja.

-Esto será terrible, tengo que avisarle que vaya lo mas temprano posible- asegure en voz baja.

-Yo creo que tienes que avisarle a la doctora que no este en ese momento aquí , por que conociéndolos también intentaran lastimarla- sugirió Troy.

-Yo misma la protegeré, nadie la tocara- afirme entre dientes.

-El motín será mañana por la tarde, cuando nos estén haciendo nuestro chequeo.

-Maldita sea.

No pude pegar un ojo en toda la noche, no podía dejar se pensar que ella estaría en peligro si estos malditos hacia el motín durante la revisión.

Al menos que me encierre con ella en la enfermería, tendré que entretenerla con algo para que no este en peligro.

-Troy?- pregunte esperando que me respondiera.

-Que paso?- pregunto medio dormido.

-Como vas hacer para proteger a la ayudante de la doctora?

-La esconderé a como de lugar- contesto el con furia en sus palabras.

-Te das cuenta lo que estamos por hacer?

-Salvar las vidas de dos mujeres indefensas?- pregunto el obvio.

-Estamos protegiendo a dos mujeres que de alguna manera nos importan y tal vez eso nos lleve a la muerte por traicionar a los nuestros.

-Nosotros no formamos parte de ese grupo de sabandijas, nosotros vamos a salvar a las dos y punto. Puedes escapar con la doctora por la ventana de la enfermería que da al arroyo- declaro el serio.

-Que haras tu?- pregunte curiosa.

-Meteré a la ayudante en una de las celdas de alta seguridad, no creo que vayan hasta ahí.

-Buena idea, espero que la doctora confié en mi como para escapar conmigo...

___________________________________

Celda 593Donde viven las historias. Descúbrelo ahora