02

13.4K 745 212
                                    

✧—— ✧ * ⋆ * ✧ * ⋆ * ✧ * ⋆ * ✧ —— ⋆✧

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

✧—— ✧ * ⋆ * ✧ * ⋆ * ✧ * ⋆ * ✧ —— ⋆✧

Sentí como algo se deslizaba por mi cara, abrí los ojos lentamente.

—¡Zayra!

La serpiente se encontraba paseándose por mi cara. Me levanté rápidamente dándome cuenta de que estaba tirada en el suelo.

—Agh, perfecto.

Miré el reloj, todavía tenía 1 hora para que empezaran las clases.

Me vestí, me aseé y bajé a la sala común.

Miré hacia la esquina. Ahí se encontraban Mattheo y una chica de Slytherin besandose.

—Ejem.— tosí incomodamente. —¿Podríais besaros en otra parte?

Mattheo se levantó del sillón.

—Seguiremos con esto después, nena.— le susurró Mattheo a la chica.

Se acercó a mí lentamente mientras la chica se dirigía a su habitación.

—¿Sabes lo que acabas de hacer?— su cara estaba a centímetros de la mía. —Acabas de dejarme una maldita erección.

—¿Y qué quieres que te diga?

—No debes de decirme nada, solo debes de hacerme un favorcito.— acercó sus labios a los míos pero lo empujé.

—¿Sabes dónde están los demás?— le pregunté cambiando de tema.

—Estarán haciendo la rutina de todas las mañanas, ya sabes, pajearse.— dijo pícaramente.

—Genial.— susurré por mí misma. —Pues ve a hacer tú también la rutina de todas las mañanas.— le sonreí falsamente y me fui rumbo al Gran Comedor.

En el pasillo me encontré con un chico alto, con pelo castaño y realmente atractivo; era de Hufflepuff.

—¿Perdida?— me preguntó sonriendo agradablemente.

—No, estoy yendo al Gran Comedor.— dije alejándome de él.

—Pues creo que vas por el camino equivocado.— me volteé a mirarlo con una ceja alzada. —Estas yendo en dirección al aula de Transformaciones. Ven, te llevaré al comedor.— yo reí nerviosa.

—Todavía tengo que acostumbrarme.— dije siguiéndole.

—Estoy seguro de que en un par de días te sabrás bien todos los recorridos.

—Me sé algunos, Draco me habla mucho de esta escuela.— expliqué rodando los ojos.

—Oh, sí, es verdad, eres hermana de Draco.— yo asentí. —¿Cuál era tu nombre?

—Dayana.

—Pues, encantada Dayana, yo soy Cedric Diggory.— me tendió su mano para estrecharla. —Ya estamos.

𝑺𝑬 𝑴𝑰𝑨 ✫𝔱𝔬𝔪 𝔯𝔦𝔡𝔡𝔩𝔢✫ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora