4 años en Beauxbatons en vano... ¿Quién lo diría? La supuesta perfecta hija de los Malfoy trasladada a Hogwarts por tener varios problemillas en la escuela de Beauxbatons.
Pero que solo tuviera problemas en aquella escuela no significa que en Hogwa...
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Nos encontrábamos en la torre de astronomía. Tom no había aparecido en toda la tarde, así que me fui junto con Mattheo a ver las estrellas de aquella fría noche.
—¿Por qué querías que me quitase el colgante? —le pregunté.
—Es algo peligroso —me respondió.
—¿Por qué?
—No recuerdo el nombre, era parecido a la palabra Horror.
Lo miré con una ceja alzada hasta que los dos echamos a reír.
—Tu sí que eres un horror —me acurruqué a su lado.
—¿Tienes frío? —me preguntó.
—Un poco, pero estoy bien.
—¿Por qué crees que Tom te ha cogido el colgante? —cuestionó Mattheo.
—Para dárselo a tu padre —respondí—. A tu padre le gusta lo peligroso, ¿no? Como a Tom.
—Tom no es tan peligroso como dicen —confesó Mattheo—. Bueno sí, pero no. Si te tiene aprecio puede hacer cualquier cosa por ti, pero si le caes mal, puede joderte la vida hasta derrumbarte.
—No me des más detalles, por favor —dije haciéndole reír.
—Lo que quiero decirte, es que creo que Tom quiere protegerte, nada más.
—Tom no quiere proteger a nadie —protesté.
—Eso es lo que tú piensas, pero no lo que quieres pensar.
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Al día siguiente desperté en mi habitación. Probablemente me quedase dormida esa misma noche y Mattheo me trajo hasta mi habitación.
Me vestí mi uniforme y fui camino al Gran Comedor para desayunar.
—Buenos días, princesa durmiente —saludó Mattheo cuando me senté a su lado.
