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—¿Hay alguien ahí?— pregunté con los ojos medio cerrados mirando a la salida de la enfermería.

—¡Sssh!— escuché a alguien. —¡Callate, Fred, o despertarás a alguien!

—¡¿Por qué no os callais los dos?!— susurró otro que no parecía ninguno de los gemelos.

Moví la pierna levemente. No me lo podía creer, la podía mover perfectamente.

Me levanté y apoye mi fría y desnuda pierna en el suelo. Sentí una agradable brisa entrar en mi.

Me fui acercando a la salida cuando me encuentro con un medio bulto visible. Es decir, había tres personas intentando esconderse con la capa invisible.

—¡Déjame sitio, idiota!

—Ejem.— tosí haciendo que quitarán la capa rápidamente.

—¡Hola, Dayana! ¿Cómo estás?— preguntó Fred intentando salvar la situación.

—No muy bien, acabáis de darme un susto pensando que alguien querría venir a asesinarme.— dije sarcásticamente.

—¿Tienes hambre?— preguntó George, lo miré con el ceño fruncido.

—Cedric me dijo que el otro día buscabas la cocina, así que he traído a los gemelos para que vayamos.— sonrió Harry.

Y así fue, nos encontrábamos bajando unas escaleras y entramos a una habitación. Estaba completamente vacía, pero en ella había un cuadro.

—Chicos, me habéis dicho que ibamos a la cocina, no a una exhibición.— hablé sarcásticamente.

—¡Ja! ¿Una exhibición?— rió Fred.

—Vamos, acércate al cuadro.— George me agarró del brazo llevándome al gran cuadro.

—Muy... bonito... supongo.

—Vamos, hazle cosquillas en la pera.

—¿Co-cosquillas en la pera?— pregunté desconcertada.

—Tu solo hazlo.

Al hacerlo, un pomo apareció en él, como si de una puerta se tratara.

George abrió la puerta e hizo una reverencia para que yo entrara primera.

—Las damas primero.

Entré a la gran cocina. No vi a nadie, solo una enorme cocina llena de comida, supongo que sería para el desayuno de mañana.

Los chicos pasaron detrás de mí, mientras yo veía asombrada.

—¡Señor Potter!— escuché un gritó chillón detrás de mí.

𝑺𝑬 𝑴𝑰𝑨 ✫𝔱𝔬𝔪 𝔯𝔦𝔡𝔡𝔩𝔢✫ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora