4 años en Beauxbatons en vano... ¿Quién lo diría? La supuesta perfecta hija de los Malfoy trasladada a Hogwarts por tener varios problemillas en la escuela de Beauxbatons.
Pero que solo tuviera problemas en aquella escuela no significa que en Hogwa...
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Desperté con los rayos de luz que entraban desde mi ventana. A pesar de la nieve y el frío que hacía fuera del castillo, la luz no se escondía tras ninguna nube y sus rayos traspasaban los fríos cristales de Hogwarts.
Cuando me vestí y salí de mi habitación, me encontré cara a cara con Mattheo.
—Buenos días, princesa. ¿Qué tal has dormido?
—No me llames princesa —dije bajando las escaleras hasta llegar al salón mientras Mattheo me seguía.
Realmente no era muy agradable encontrarse con Mattheo a primeras horas de la mañana, porque lo único que hacia era incordiar.
—¿Y como deseas que te llame? —preguntó—. ¿Madame? ¿Señorita? ¿Belle?
—Deberías practicar ese francés, Mattheo —dije sentándome en el sillón al lado de Theo.
—¿Me enseñarías mientras practicamos otras cosas? —me preguntó Mattheo pícaramente sentándose en el sillón restante.
—¡Eres un guarro, tío! —dijo Theo echándole un cojín a la cara.
—¡Pero serás cabrón! —se ofendió Mattheo devolviéndole el golpe con el cojín.
—¡Chavales! —Blaise llegó corriendo—. Katie Bell se ha recuperado. Está en el comedor.
Los tres nos levantamos rápidamente y seguimos a Blaise. Era un gran chisme saber que Katie se había recuperado.
Justo cuando llegamos al comedor, vimos a Draco pasar rápidamente por nuestro lado.
—¿Dra...? —preguntamos los cuatro mirándole, pero éste nos ignoró.
—¿A dónde coño va? —cuestionó Blaise.
—Qué más da. Vamos a ver qué pasa con Katie —dijo Mattheo sin poder esperar a saber el chisme.
Cuando nos estábamos acercando a los estudiantes, Harry pasó corriendo rápidamente a mi lado. ¿Acaso había una maratón y me la había perdido? ¿Quién iba a ser el siguiente en correr?
—Yo que tú, iría a buscar a tu hermano —la voz de Tom me hizo voltear rápidamente.
—¿Por qué lo haría?
—Porque Potter va detrás de él.
—¿Cómo sabes eso? —pregunté.
—Yo lo sé todo, Dayana —sonrió misteriosamente—. Es más, mejor ve a avisar a Snape.
—¿A Snape? ¿Por qué a él?
—Porque Harry tiene algo que solo Snape entenderá. Tu hermano puede estar en peligro si Harry lo ha usado.
