𝟏. 𝐌𝐄𝐋𝐀𝐍𝐂𝐎𝐋Í𝐀

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Dedicatoria:

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Dedicatoria:

Supongo que al final somos de quienes se atreven a quedarse a nuestro lado sin importar que tan difícil se vuelva el camino.

— Héctor Cortaza A.

Capítulo 1


13 de febrero.

Un golpe a una bolsa a veces es mejor que darle un puñetazo en la cara a alguien.

Bueno, al menos para mí, ya que quiero golpear a alguien, pero como lo más probable es que le termine destruyendo la cara... Pues prefiero darle golpes a una bolsa de boxeo.

Estoy tan enojada y frustrada, me siento furiosa con la vida.

Seis meses.

Seis meses desde que Alastor se fue a Europa para mejorar su vista. Bueno, hacer un intento de traerla de vuelta, puesto que los doctores de aquí no podían lograr nada. Estuve y estoy de acuerdo con que se haya ido. Su madre se esforzó buscando esa clínica para ciegos en donde iban a ayudarlo y aunque me partió el alma, solo lo vi marcharse. Sin embargo, nos habíamos hecho la promesa que no dejaríamos que esto se desgaste.

Pero las promesas... A veces se rompen.

Realmente lo intenté. Me esforcé porque todo siga como antes, pero por obvias razones no lo había logrado. Vernos por una pantalla por un par de minutos al día no era estupendo, ni divertido o me hacía sentir bien. De hecho se estaba abriendo una grieta entre nosotros más y más a medida que hablábamos. Siempre discutimos por alguna estupidez. Cualquier cosa detonaba una pelea que luego "resolvíamos" con una charla que dejaba las cosas muy tensas.

Yo lo intentaba, pero...

Desde hace meses me siento desgastada, muy cansada y sin ganas de nada. Incluso he dejado de realizar tanto ejercicio como antes.

Me siento harta.

De verdad no quiero seguir peleando con él, pero la cosa se ha desgastado y no sé cómo sostenerlo si Alastor tampoco pone de su parte.

— ¡Clarisse, vas a romper la bolsa!

Ese grito me saca de mis pensamientos y dejo de golpear, me quedo viendo el pequeño tajo que le hice sin siquiera darme cuenta. Jasón me regaña diciendo que debo calmarme y solo suelto un prolongado suspiro. Se acerca detrás de mí preguntándome qué es lo que me sucede, pero me siento demasiado perdida como para contestarle. Solo murmuro un "no pasa nada, estoy bien" para sacármelo de encima. No parece muy convencido, pero me recomienda que lo mejor es que me vaya a mi casa. Así que decido irme, porque lo más probable es que no iba a poder contenerme más.

Habían pasado seis meses desde que Alastor se había ido y yo no soy de esas personas que dicen "oh, la persona que amo se ha ido''. Me iré a encerrar a llorar y no hacer nada de mi vida". No. Además, si llegaba a hacerlo, Ada me patearía el culo para que salga de la cama. Estuve mal y triste, pero nunca detuve mi vida. De hecho fui un par de veces a verlo, las primeras semanas y fue bueno para los dos, me sentía bien. Hasta que dejé de ir y las cosas se pusieron raras. Seguí saliendo con mis amigos, con Ada íbamos a comer a diferentes lugares, seguía trabajando y consiguiéndome muchísimos más clientes. Incluso he salido con Clara en varias ocasiones para sacar a Cálix o solo a hacer algo. Es una chica bastante divertida. Hasta me encontré en unas fiestas con Idylla, quiso corromperme, pero seguí por el buen camino.

VIRAHA #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora