15 de abril.
Uno, dos y tres golpes. Golpe tras golpe hasta que mis nudillos dolieran.
Extrañaba descargar mis frustraciones en una bolsa de boxeo, volver a experimentar esa sensación era como respirar aire fresco.
El ejercicio siempre me pone de buen humor y me ayuda a centrarme, pero esta vez se me estaba complicando mucho porque no dejaba de pensar en todo lo que había sucedido. No podía parar de revivirlo una y otra vez.
Necesitaba a mi mejor amiga para pelear, para que escuche cuales eran las mierdas que rondaban en mi cabeza. Pero el problema era... que ella era el fantasma que atormentaba mi cabeza.
— Clarisse.
Ignoro el llamado que viene a mis espaldas y solo me aparto un poco para comenzar a darle patadas a la bolsa. Le doy más golpes hasta que un silbato suena en mi oído y hace que suelte un quejido, cubriéndome. Me costó volver a escuchar al hijo de perra, me había quedado un pitido horrible sonando en mi pobre tímpano.
— ¡Joder! – le grito mientras aún intentaba que mi audición vuelva a la normalidad — ¿Qué mierda te pasa?
— ¿Qué te pasa a ti? Pareces demente y asustas a los clientes.
Lo miro con el ceño fruncido y volteo para ver a los lados, casi nadie nos rodea. Solo un par de personas que están concentrados en lo suyo o disimulan muy bien. La verdad es que poco me importan.
— Solo estoy entrenando – respondo con simpleza y vuelvo a la misma posición para seguir golpeando, pero Jason me toma del brazo para detenerme —. Suelta.
— Creo que necesitas hablar con alguien, algo te pasa.
¿Tanto se me nota? Me frustra muchísimo que sigan insistiendo en que algo sucedía, tampoco disimulaba tan mal. Doy sólo dos pasos hacia atrás para alejarme y le hago una seña hacia la bolsa.
— ¿Quieres ponerte en su lugar y entrenar conmigo?
No parece muy convencido. Así que vuelvo a acomodarme para comenzar a golpear otra vez, pero de repente me caigo con fuerza al piso. Volteo la cabeza encontrándome con mi jefe viéndome desde arriba con una mueca, no parece arrepentido por lo que acaba de hacer. Me pongo de pie sin dudarlo y antes de que pueda alejarse, le doy un puñetazo en el estómago que lo deja jadeando.
Pasan unos segundos hasta que puede levantar la cabeza y sus ojos azules se encuentran con los míos, le doy una sonrisa antes de lanzarme hacia él a pelear.
Puñetazos van, puñetazos vienen. Golpes y patadas en extremidades. Nunca había tenido una pelea cuerpo a cuerpo con Jason, pero no puedo negar que es bueno en lo que hace. Mientras nos golpeamos me comenta que él fue entrenado por su padre desde que es pequeño en varios estilos de pelea, incluso en boxeo y eso hizo que tenga gran amor al deporte, aunque no lo demuestre.
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VIRAHA #2
Teen FictionSEGUNDA HISTORIA DE UNA BILOGIA. ES NECESARIO LEER LA PRIMERA. Viraha. Este término del hindi podría describirse como «el descubrimiento del amor a través de la separación». Hay quien cree en eso de darse un tiempo como pareja y hay quien no; quien...