𝟏𝟒. 𝐀𝐋𝐁𝐀

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15 de marzo.



Ayer fue un día bastante entretenido para mí. Me divertí viendo como Ada y Clara casi se agarran de las mechas porque las dos eran muy buenas en el juego y las dos ganaban o perdían por muy poco. Provocando que ambas se piquen y se vuelvan más competitivas.

Yo solo comía mi chocolate mientras las observaba matarse.

Por suerte ninguna mancho nada con sangre, sino las iba a tener que obligar a lavarlo y no es fácil de sacar.

Luego de un par de horas, Alastor vino por Clara y me invitó a pasar la noche en su casa, obvio que acepté y por eso ahora me encuentro sentada en su sofá viendo una película mientras que él canta una canción en la cocina. Según él, me está preparando una comida especial que debo probar o me iba a morir.

Creo que exagera, pero por las dudas la pruebo.

— No se habla de Bruno, no, no. No se habla de Bruno... ¡Más!

Me vuelvo a concentrar en la enorme televisión que tengo enfrente y justo están cantando una canción en español, la cual entiendo poco.

La película se llama "Encanto" y solo la estoy viendo porque Deimon, el hermano de Alastor, me ordenó que tenía que hacerlo cuando estábamos hablando por video llamada. No está tan mal, de hecho tiene ciertas canciones pegadizas, pero hay algunos personajes un poquito estresantes.

Seguro mis padres hubieran querido tener a Isabella como hija y les tocó todo lo contrario.

Eso me hace reír y Alastor aparece con una bandeja en las manos, viéndome con ambas cejas alzadas.

— ¿De qué te ríes?

— La película, no es nada – me adelanto a decir — ¿Qué es lo que estás cocinando? Ya pasaron como tres horas, tengo hambre.

— Solo ha pasado media hora – comenta divertido y deja la bandeja sobre la pequeña mesa delante de nosotros. Hay un par de brochetas cargadas de vegetales y unos cuencos con diferentes salsas.

Tiene un aroma muy rico, pero todavía sigo un poco reacia a comer tanto vegetal.

— Mm... ¿Qué es?

— Brochetas – me explica con una sonrisa de orgullo la manera en que cocinó todo y que vegetales utilizó, algunos ni siquiera sabía que existían. Me lo quedo viendo fijo hasta que termina de hablar y se cruza de brazos — ¿Has entendido algo?

— No, pero te ves muy guapo hablando de cosas que te gustan.

— Siempre me veo guapo, La Vie – se sienta a mi lado cuando me guiña el ojo y toma una de las brochetas poniéndolas frente a mi cara, lo que me hace alejarme —. Prueba, está muy rico.

VIRAHA #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora