𝟔. 𝐈𝐍𝐌𝐀𝐑𝐂𝐄𝐒𝐈𝐁𝐋𝐄

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16 de febrero.



— ¡No puedo creer que hayas vuelto!

Anabella se arroja a los brazos de Alastor riendo, completamente emocionada. Me levanto del sofá para recibir a nuestros amigos y el italiano se mueve hacia atrás aun con la morena en brazos, la cual no deja de hablar de lo feliz que está.

Le sonrío a Ada que rueda los ojos con la escena de Alastor y Anabella, permito que pase y justo atrás viene Pyros con una botella de vino en la mano. Lo miro con una ceja alzada.

— Es para celebrar que mi mejor amigo volvió, no puedes culparme.

Cierro la puerta cuando todos están dentro y celebran que Alastor haya vuelto, se ven tan felices que me hace sonreír. Bueno, casi todos. Me volteo viendo a mi costado que se encuentra mi mejor amiga teniendo cara de culo y parece que refunfuña sobre no sé qué. Me acerco invadiendo su espacio personal y no me golpea, nada más gruñe.

— ¿Qué te pasa? – le susurro solo para nosotras, ya que los otros tres están demasiado ocupados hablando.

— El imbécil de Pyros me despertó, odio que me despierten y más para venir a estas estupideces.

Aprieto mis labios evitando reírme y niego con la cabeza. La tomo del brazo para arrastrarla a la cocina. Ella comienza a quejarse de que no va a preparar nada y me volteo deteniendo nuestro camino.

— ¿Te piensas que te haré cocinar con este humor? No estoy tan loca, seguro nos envenenas. Te llevo para que tomes cerveza.

Su sonrisa macabra aparece y ahora se nota menos disgustada, vamos a la cocina y le entrego una de las botellas de cerveza. Yo abro la mía y me siento en una de las mesadas para verla, no está bien peinada y creo que la ropa que tiene puesta es la del pijama. Le sonrió divertida cuando me ve con una ceja enarcada.

— Mañana volveré a casa – le comento y Ada suelta un suspiro dramático.

— ¿Tan pronto? Con Manchas hemos estado tan tranquilos.

— Estoy segura de que me extrañan tanto que no pueden admitirlo en voz alta.

— Ajá.

Ruedo los ojos y le doy un trago a mi bebida, ella me sigue observando de manera fija, como una maldita acosadora, y me inclino hacia delante viéndola. Voy a hablar, pero ella se me adelanta.

— ¿Estás bien?

Su pregunta me deja confundida, no entiendo a que se refiere.

— ¿Cómo?

— Que si estas bien con esto – apunta con la cabeza hacia la sala —. El día que terminaste con Alastor estabas hecha mierda, no tenías ganas de nada y ahora pareces feliz, pero... — se queda en silencio y frunzo el ceño – No lo sé, Clarisse. Este tipo te lastimo.

VIRAHA #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora