Si en algún momento le hubiesen dicho que un tipo lo secuestraría porque deseaba que lo llamara papi, él amablemente le diría si quería que le pagara un psiquiatra y estaría preocupado por su recuperación.
Ese no era el caso.
Jungkook aún está molesto por su desobediencia, pero afortunadamente Lisa y Minho se habían escapado de la muerte, lo único malo de la situación es que no les permitieron volver a sus labores junto a él, fueron asignados a otras áreas.
—Taehyung, usa la falda rosa.
Chasquea la lengua, ni siquiera a su madre le permitió alguna vez que eligiera su ropa.
Hanna (la tipa que casi arruina su cabello) le desagrada en sobremanera, parece que quiere controlar cada mínima interacción entre él y Jungkook. Le da mala espina y no la soporta, ¿es mucho pedir que la alejen de él?
—Soy bebé Taehyung para ti, no te he permitido que me tutees así que evita tomarte ese tipo de libertades. Yo elegiré mi ropa y bajaré a desayunar cuando esté listo, déjame solo.
—Disculpeme, bebé Taehyung. Lo esperaré abajo.
Prefiere algo sencillo, por lo que toma un pantalón y una camisa con un estampado de su banda favorita. Después baja las escaleras, quedándose unos minutos afuera del comedor, escuchando la conversación de Hanna y Jungkook.
—¿Crees que deba levantarle el castigo a Tae? No lo sé... dejar que Seokjin lo visite y que Lisa vuelva a acompañarlo.
— No, Jungkook. Taehyung tiene que aprender a no desobedecerte.
El suspiro del azabache es audible para Taehyung, quién se mantiene en su posición, sumamente enojado por lo que acaba de escuchar.
—A todo esto, ¿dónde está?
—En su habitación, haciendo berrinche, dijo que no bajaría a desayunar. Lo mejor es que te marches a trabajar.
Con eso es suficiente para que Taehyung entre al comedor, luciendo una despampanante sonrisa que acabará con él teatrito de Hanna.
—¡Buenos días, papi!—saluda al pelinegro plantandole un beso en la mejilla, ambos adultos se encuentran sorprendidos—. Quise vestirme bonito para ti, pero no supe como hacerlo porque Hanna me dejó solito. Así que me vestí así, ¿me veo bien?
Hanna se atraganta con su propia saliva al escuchar las palabras del peliazul, lo observa con los ojos desorbitados.
—Te... te ves muy bonito, bebé.
—Gracias, papi—toma asiento y observa a Hanna con atención—. Y... ¿a qué hora te vas?
—Oh, si... lo siento—con rapidez abandona la habitación y sólo ahí Taehyung se permite desvanecer su sonrisa.
—No la soporto, Jungkook. Alejala de mí.
—¿Ya no soy papi?—cuestiona con un deje de burla en su tono de voz.
—No diré eso de nuevo, a menos que...
—¿A menos qué...?—lo incita a continuar con su oración.
—Hagamos un trato: yo te seguiré llamando papi y a cambio, tú dejarás que Lisa vuelva a acompañarme a todos lados y a Hanna no la volvemos a ver jamás.
—No es así de fácil, bebé.
Taehyung no se considera un manipulador de primera, pero sabe hacer lo necesario para salirse con la suya.