Taehyung no se siente bien; ¿quién lo estaría después de lo que le pasó? Había depositado un poco de su confianza en Jungkook como para tener su primera experiencia sexual con él, incluso se estaba esforzando por corresponder ese sentimiento de "amor" por parte del pelinegro, sin embargo, ahora se siente dolido y como si se hubiera traicionado a sí mismo.
Suerbe su nariz, decepcionado por la manera en la que había idealizado a Jungkook.
—Es un idiota.
Trata de convencerse de que no necesita nada de él, pero falla miserablemente.
Llora, llora como un niño pequeño al que le han quitado su juguete favorito. Su reflejo en el espejo de la habitación le muestra a un chico con el rostro demacrado; Jungkook rompió su promesa. Lo había obligado a que su cabello volviese a su castaño natural, además su vestimenta consiste en una falda azul cielo y una blusa blanca, su calzado son unos tenis del mismo color que su blusa.
Él no puede sentirse más humillado, su opinión no fue tomada en cuenta. ¿Dónde quedaba su trato?
La puerta de la recámara está cerrada, desde que las chicas que cambiaron su aspecto salieron ha estado de esa forma, no le permiten salir de ahí y mucho menos le dan información sobre el paradero de Lisa.
"—Son órdenes del jefe Jeon."
Se recuesta en la enorme cama y abraza una almohada sus lágrimas empapan la tela de ésta, hasta que finalmente el sueño lo vence.
(***)
Las caricias en su cabello logran que sus ojos se abran lentamente, espera encontrarse con el pelinegro causante de sus desdichas, en cambio, la mirada tranquila de Seokjin lo recibe, se reincorpora y nuevamente echa a llorar.
Su llanto se incrementa mientras el mayor lo arrulla.
—Hy-hyung, yo n-no hice na-nada malo. Se lo prometo—dice, desesperado—. No sé porqué Jungkook se está comportando así, él... ¿Él ya se cansó de mí y quiere alejarse?
Talla sus ojos, regalandole una imagen adorable a su hyung.
—No, cariño, no es eso. Jungkookie es un completo imbécil sin que se lo proponga.
Los sollozos de Taehyung son lo único que se escucha en la alcoba, a los pocos minutos la puerta se abre, dejando ver a Hanna.
—¡Oh, el bello durmiente por fin despierta!—exclama con una felicidad más falsa que su busto—. Ugh, te ves fatal, niño.
—No discutas sobre quién se ve peor, porque saldrías perdiendo, ridícula—defiende Jin.
Taehyung no se molesta en dejar de llorar, no le importa verse débil y darle el placer a Hanna de verlo tan vulnerable. No es para menos, se encuentra tan decepcionado por haberse permitido sentir algo por Jungkook, que lo único que quiere hacer es llorar hasta quedarse seco.
—Como sea—refuta la de mechas azules —. Kookie quiere que vayas a cenar con él.
No responde, se acomoda en la comodidad de su cama y deja que las lágrimas bajen por sus mejillas de forma silenciosa.
Está más que claro que desde ahora le importa una mierda el trato que hizo con Jeon, así que él no tiene porque obedecerlo cuando Jungkook se encargó de romper su promesa y quebrantar la confianza que empezaba a surgir entre ambos.