Jeon Jungkook siempre fue alguien centrado, sabía lo que era correcto y las cosas que eran mejor descartar; a sus veinte años tomó el mando de la mafia de su padre. Llevó una vida monótona y aburrida hasta el día de su despedida de soltero, donde viajó junto a Namjoon a Corea para pasar el fin de semana con Yoongi, su amigo de la infancia y su próximo socio.
Se suponía que en esos dos días Yoongi lo sacaría a divertirse a bares o antros, sin embargo, su hyung tenía otros planes, pues los llevó a un concurso donde se presentaría el chico al que llamaba bebé. La única excusa que dio fue: quiero apoyarlo. Después se haría pasar por un estudiante 《pues parecía uno por su estatura y complexión》 solo para estar cerca de Jimin.
Ahí fue cuando lo vió, el chico por el que dejaría ir todo: Kim Taehyung.
En cuanto regresó a Denver canceló la boda, su prometida se sintió herida, pero lo aceptó y quedaron como buenos amigos.
—Kookie—lo llama Hanna, su amiga de la infancia y a la que considera una persona de su entera confianza—, tenemos problemas.
Entierra su cuchillo en la pierna del hombre que está lloriqueando sobre la mesa de torturas, le da vueltas al arma blanca en la extremidad del contrario, observa con una pizca de fascinación como la sangre resbala por el muslo del mayor hasta manchar la mesa y parte del suelo.
Ignora la voz de Hanna, demasiado absorto en torturar al hombre que por la mañana intentó matarlo.
Retira el cuchillo y lo limpia minuciosamente con un pañuelo, después se acerca a los materiales que tiene en otra mesa, sin soltar la primera arma.
—¿Recuerdas con que mano me apuntaba, Hanna?
—Izquierda—responde la mujer sin titubeos.
El azabache asiente y toma la sierra.
—Dedos o mano.
—Dedos, de uno por uno.
Jungkook sonríe, satisfecho por la respuesta de su amiga.
—Pero ahora no es el momento, Jungkook. Tienes que resolver un enorme problema.
—Me estoy desestresando.
—Tienes que revisar tu teléfono, Namjoon está desesperado por localizarte.
Rueda los ojos y hace un puchero, con la expresión de "nunca me dejan divertirme" plasmada en su rostro. Deja todo en su lugar para después llevar su vista a su camisa blanca.
—Manché mi camisa—chasquea la lengua y ve al hombre con indignación—. Todo es tu culpa, ¿ahora como le explicaré a mi bebé el porqué tengo sangre en las mangas de mi camisa?
Con el ceño fruncido toma su celular, escucha y lee los mensajes de sus amigos. Su humor cambia rápidamente.
—Namjoon—dice en cuanto su mejor amigo responde al teléfono.— ¿Qué fue lo que sucedió?
—Kim Lila sabe todo sobre Yoongi, él te culpa a ti.
—¿Cómo sucedió esto? Esa mujer no tenía porqué saber nada.
—Taehyung la puso al tanto de todo.
—Eso es imposible, él no...—se detiene a sí mismo cuando sopesó la idea.—¿De qué celular enviaron el mensaje?
Puede percibir a traves de la línea la indecisión Namjoon, finalmente el joven suspira y dice:
—Lalisa Manoban.
El cuchillo recién limpiado se clava en la garganta del hombre, lo saca y entierra en varias zonas de su cuerpo hasta que su brazo se siente adormecido.
Un grito de furia abandona la garganta del pelinegro, apresa su celular con fuerza, aún teniendo a Namjoon esperando por indicaciones.
—Trae a Lisa al sótano.
—Jungkook, no puedes... si Rosé se entera no...
—¡No te pregunté sobre lo que hará Rosé, te ordené que la trajeran al sótano!—exclama, enterrando nuevamente el cuchillo.
—Está bien.
Lanza el celular a algún lugar de la habitación y sube las escaleras para salir del sótano, con Hanna siguiendole los pasos.
La mujer se esfuerza por ocultar su sonrisa cuando observa hacia donde se dirige Jungkook. Se detiene y deja que Jeon haga lo que quiera, ella no estará ahí para evitar que le haga daño a Taehyung.
Por mí que lo asesine. Piensa.
—¡Taehyung!—grita Jungkook, entrando a la alcoba del peliazul.
Los ojitos de su bebé se abren en demasía, formando una mueca de preocupación al verlo cubierto de sangre.
—Papi, ¿estás bien? ¿te encuentras herido? ¿quieres que llame a alguien para pod...
—¡Deja de fingir, maldita sea!
La boca de Taehyung se entreabre ligeramente, sin saber porqué se le está tratando de esa forma. Por lo general, Jungkook se esfuerza y le tiene mucha paciencia.
—Se supone que no debías saberlo, seguro Seokjin te fue con el chisme, pero tampoco es para que te enojes así. Yo no sabía que te gustaba mucho esa alfombra, prometo que te la pagaré; pero por favor ya no me mires así, papi.
Dice las palabras con tanta rapidez que Jungkook se esfuerza por comprenderlas, no obstante, su enojo no disminuye, ni siquiera le importa la expresión de arrepentimiento de Taehyung.
Su mano -ensangrentada- toma posesión del cuello del menor, con fuerza desmedida lo estampa en la pared más cercana, ejerciendo suficiente presión para dejarlo sin oxígeno por unos segundos, en los que disfruta de la lucha de Taehyung por zafarse de su agarre.
—¡No sólo me pusiste en peligro a mi y a mi familia, también a Yoongi, Hanna, Namjoon e incluso a Jimin!—las lágrimas de su bebé no le hacen sentir ni una pizca de remordimiento.— ¿quieres volver con tu madre? Pues déjame aclararte algo, Jeon Taehyung, después de esto jamás volverás con ella.
—N-no se de que estás ha-hablando, me estoy esforzando para ena-enamorarme de ti, yo...
—Mientes—sisea—. Ahora debo arreglar la estupidez que hiciste, antes de que Hoseok se entere.
No le da tiempo de preguntar o decir algo, pues ya había salido de la habitación.
Los Jeon no soportan las desobediencias y mucho menos las traiciones, incluso Taehyung tiene que recibir un castigo por haber pasado por encima de su autoridad.