Los gemidos salen incontrolablemente de la boca de Taehyung, cada embestida de Jungkook lo lleva casi al borde del orgasmo. Su rostro se encuentra empapado de sudor y lágrimas, una imagen sumamente erótica para el azabache.
Es casi imposible que alguno pueda decir como llegaron a esa situación, porque sucedió de una forma tan espontánea que incluso ellos no logran comprender.
Un grito de placer es arrancado de la garganta del menor, dando por culminado el acto cuando ambos llegan a su liberación.
Jungkook sale de él y se retira el condón, después se dirige al baño para tirarlo a la basura, segundos después regresa con toallas húmedas para limpiar las piernas y abdomen de su bebé. El pecho de Taehyung sube y baja con rapidez, exhausto.
—¿Te arrepientes?—cuestiona Jeon, ansioso por el silencio que hay entre ambos.
El castaño duda un poco antes de negar; no estaba para nada arrepentido, de hecho él mismo había meditado mucho su decisión, pero no espero que sucediese tan pronto.
—No me arrepiento, me alegro que haya sido contigo.
(***)
—Kook, ¿quieres que te sirva el desayuno?—pregunta Hanna.
El nombrado hace un mohín ante el mote del que varias veces se ha quejado, sin embargo niega ante la pregunta y no dice nada más. La de mechas azules resopla, pues aunque Jungkook se encuentra de buen humor no le ha dirigido ni una mirada.
—Kook, ¿puedes siquiera observarme cuándo te hablo? Me esforcé mucho para arreglarme como a ti te gusta y no tengo tu atención.
—Lo lamento Hanna, pero yo jamás te pedí que hicieras algo como eso cuando sabes de sobra que no me interesa observar a nadie más que no sea Taehyung.
La mujer aprieta los puños y fuerza una sonrisa.
—Tienes razón, fue estúpido de mi parte haber pensado otra cosa.
—Me alegro que lo reconozcas —una tercera voz resuena en el despacho, logrando que Jeon levante la cabeza de sus papeles y mire al intruso.
Seungmin hace acto de presencia con una sonrisa de oreja a oreja.
—Jungkook, mi hermano me llamó. Necesita saber si ya has escogido a la persona que irá a encontrarse con Wang.
—Aún no, pero ya tengo a alguien en mente.
—Está bien, date prisa —dice, saliendo del despacho como si nada—. Oh, Tae te está buscando.
Jeon se tensa, pero no deja que el más pequeño lo note, asiente de a poco.
—Maldita sea—masculla, irritado por la presencia de Seungmin en esa casa.
—Kook, déjame ser yo la que haga el trato con el señor Wang, estoy segura de que lo podré convencer—casi suplica la mujer.
Jungkook la mira extrañado por la actitud que toma tan de repente.
—No, Yoon se hará cargo de esto.
—Yoongi no puede ir a Corea, Namjoon está ocupado con los negocios de tus padres y a Seokjin le falta experiencia... soy la única persona de confianza que puede hacerlo. Permíteme demostrártelo, por favor.
—No sé que tratas de hacer Hanna, de verdad que no te entiendo ni un poco, pero mientras te mantengas lejos de Taehyung te permitiré hacerlo.
—¡Ya tuvimos esta conversación, Jungkook!
—Uno, no me alces la voz. Dos, ya hemos llegado a la conclusión de que te comportas como una perra en presencia de Taehyung y eso lo molesta; eres mi amiga, pero no permitiré que mi bebé se sienta incómodo por tu causa.
—Ya, entiendo. Lo prefieres a él por encima de mí.
—Eso es más que obvio, Hanna. Kim Taehyung es la persona que amo, tú sólo eres una amiga.
La mujer luchó para no derramar ni una sola lágrima y trató de sonreír.
—Iré a empacar para ir este fin de semana con Wang.
—Bien.
Oh Jungkook, tú de verdad cometiste un error.