45

418 40 21
                                    


"Me diste vida nueva y cada deseo se cumplirá en tu amor"

Bethany

Empujo la puerta de mi habitación con torpeza, usando mi hombro, ya que tengo mis manos ocupadas, estoy sosteniendo los tenis con una mano y mí maleta con la otra. Dejo caer los tenis y la mochila que está sobre mi espalda a los pies de la cama y acto seguido me echo sobre el colchón, que en éste momento me da la sensación de estar flotando en una nube. Suspiro y me estiro un poco en mí lugar, todos mis huesos crujen; mis ojos pesan tanto y se unen sin pedir permiso, bostezo una vez más, y cuando estoy por caer en el abismo del sueño, un pensamiento invasivo se planta en mí mente, la imagen del taxi en mal estado se revive.

"Pude haber sido yo".

Abro mis ojos, y me doy cuenta de que no debería dormir sin antes dar la gracias.

¿En dónde estaría en éste momento? ¿En el hospital? ¿Habría sobrevivido? ¿Qué sería de mí papá y mis hermanos al saber la noticia? ¿Cómo se habría sentido Jeremy?

De sólo pensarlo se me eriza la piel, es un hecho que todos vamos a morir, y que el único requisito para morir es estar vivo. También sé que nadie está preparado para irse, aún cuando sabemos a dónde iremos después de dejar éste mundo,pero siempre surgirá algo más que queramos hacer, una meta más que queramos alcanzar, una promesa nueva que desearemos verse cumplir.

No sé qué lección quiere enseñarme Dios, además de hacerme entender que en todo momento me está cuidando, pero con ésta situación de hoy sólo sé que quiero aprovechar mejor el tiempo.

Quiero vivir cumpliendo el propósito que Dios tiene conmigo, vivir en constante agradecimiento, me haría feliz servir hasta el cansancio y saber que mi último respiro fue dedicado a Dios.

Pero también me haría feliz morir sabiendo que amé y que fui amada.

Sonrío y lo hago con melancolía.

Quisiera también que la vida me alcance para recuperar el tiempo perdido con mi mamá.

Y sólo espero que éstas peticiones no sean egoístas.

—Papá, ¿Dónde estaría en éste momento si tú no cuidaras de mí?

* * *

Alguien empieza a mover mi hombro con insistencia. El olor a perfume impregna el lugar y me aturde hasta el punto en que logra despertarme.

—No—Balbuceo agitando mis manos.

—Vamos hija, tienes que despertar—Reconozco la voz de mí papá.

Encienden la luz de mí habitación, en respuesta me cubro con la cobija, y me acurruco haciéndome una bolita.

—Bethany, es tarde hija, generalmente eres la primera en levantarte.—Susurra.

—¡Ay papá!—Me quejo removiendome en mí lugar—Siempre dices eso, que es tarde cuando en realidad son dos horas más temprano. Déjame dormir.—Ni siquiera puedo abrir los ojos, se sienten pesados, deseosos de seguir descansando.

—Me parece que tu alarma no sonó—Se levanta de mi cama—Saldremos en 30 min—Dice antes de marcharse—Creo que deberías darte prisa. Sabes que no podemos llegar tarde.

Más de ti ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora