15

66 8 0
                                    

— No, no hagas esa expresión. — chasqueo su lengua y negó repetidas veces con su cabeza. — No eres el único en este caso. Hay muchas personas muy buenas alrededor de este mundo manteniendo todo bajo orden. — mencionó mientras se estacionaba a un lado de la carretera, en algún momento se alejaron del centro y ahora, era él contra un dragón. — y tú, Jeon Jungkook has tenido el descaro de no tomarlo en cuenta.

— Yo no-no sé a qué se refiere.

— Claro que no lo sabes porque no es de tu conveniencia estar al tanto, pero te tengo dos preguntas para ti; ¿es tan cautivante? ¿tan cautivante o intimidante para que le dieras la espalda a lo que realmente te convenía?

Si. Es exactamente eso.

Y no lo sé, no sé qué realmente me conviene en este momento.

— Tomaré tu silencio para confirmarlo. — sentenció tensando su mandíbula y apretando el volante. — Esto podía ocurrir, lo sabía, pero aun así lo deje a disposición a un simple estudiante.

— Entonces déjeme ir. No gana nada conmigo aquí. — le soltó, girando a su dirección. — Lo único que ha conseguido es perder su tiempo y dinero en, como usted dice, un simple estudiante.

— No seas insolente, Jeon Jungkook. Tienes más que perder que yo. — lo calló. — ¿Qué son un par de wons? Van y vienen, igual que las oportunidades. Y lo mejor de haberte encontrado es que tú los necesitas más que yo.

Jungkook tenía su orgullo herido, había sido despreciado por Carter. Con la mirada que le dio al ingresar a esa habitación había obtenido un adelanto de lo que le esperaba, pero lo ignoró. Lo ignoró por repetir en su cabeza los pequeños momentos que mantuvieron juntos. Tenía el orgullo herido por su idiotez, había descuidado muchas acciones que lo conducirán a donde se encuentra ahora. Y, sobre todo, tenía el orgullo herido porque dentro de cada oportunidad había un recordatorio que él no era completamente independiente y estaba completamente fuera de sus manos vivir cómodo.

Sus labios temblaron.

– ¿C-cómo supo de ella?

— El muchacho, el guardaespaldas. Es el único que pasea sin cuidado por la Universidad y sus alrededores. No me tomó mucho tiempo fijarme en la muchacha que cubría todo su cuerpo que lo acompañaba por las noches. Al principio creí que eras idiota y no lograrías más que un simple acercamiento, pero me disté con guante blanco cuando preguntaste sobre la organización y si ella sometida a más presión. Dudaste mucho al formular tu pregunta y sobre todo aquel gesto de pena perenne en tu rostro cada que avanzaba la conversación. ¿Tienes algún tipo de empatía por una psicópata? — le señalo golpeando el volante.

— Ella no es una psicópata.

— Maravilloso. Ahora la defiendes. — exhalo con molestia. — ¿Sabes cuántas vidas ha cobrado? ¿Sabes cuántas muertes horrorosas arrastra en su sombra? No, no sabes nada de ella. — su tono molesto se hizo presente de forma tosca. Sin embargo, al recibir mi silencio, enfureció. — ¡¿Quién es?! ¡Dime! por un demonio. Dime quién es esa mujer y lo que te hizo. Yo te vi, te vi junto a ella por la noche. Iba totalmente vestida de negro y cubriendo su jodido rostro. Y tú, idiota, ibas con el rostro descubierto al igual que su guardaespaldas. ¿No te detuviste en algún momento a pensarlo? ¿No se te ocurrió que jamás bajaría la guardia?

"Asegúrate de cubrir tu rostro".

— Es un zorro, es tan astuta como un zorro. No puedo descartar la idea de que ella sabe de ti y de mí. Solo piénsalo, ¿Para que dejaría que la acompañaras?

— Está preguntándole a la persona incorrecta. — susurro dejando caer su mirada en la guantera.

— ¡Ja! Estoy justo con la persona que debo estar. — su tono de voz había abandonado la rabieta para tornarse más neutro y vacío. — Me dirás ahora mismo qué es lo que sabes de ella.

𝐁𝐔𝐋𝐋𝐄𝐓 - 𝐉𝐉𝐊 © (Completa) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora