28

56 6 0
                                    

Ambición, la ambición ha sido el pilar de todas las familias poderosas alrededor del mundo. Recorre junto a su sangre y es desarrollada de dos maneras.

Sangtae y Carter son, en esencia, la representación de ambas.

— Es él.

— Si, idiota. — el golpe de su compañero cayó en su brazo de forma tosca. — Es el mismo mocoso con cara de espanto.

Ambos rieron ante el mal chiste mientras observaban a Jungkook pensar una y otra vez si tocar o no la puerta que lo separaba de Carter. Se mecía de adelante hacia atrás en un vaivén como una manera de distraer sus nervios, sus dientes sostuvieron su labio inferior y por fin estiró su brazo para dar dos toques firmes a la superficie de madera.

Remojo sus labios buscando las palabras adecuadas para disculparse por el mal momento, sabía que sus acciones jamás fueron encaminadas para hacer enojar a Carter, tal vez temía que una vez más malinterpretaran su buena voluntad.

No oyó ningún ruido desde el interior.

Volvió a golpear la superficie en tres ocasiones seguidas y sus latidos se comenzaron a acelerar por causa del estrés.

La necesidad de ser escuchado lo agobiaba, la idea de que ella creara sus propias conclusiones no lo dejaría en paz.

— ¿Buscas a alguien en especial?

El muchacho de lentes de lectura y gesto confundido giró sobre sus talones hacia el dueño de la pregunta. Su fruncido ceño se hizo más profundo al ver de quienes se trataba. Dos sujetos de estatura promedio y mirada fanfarrona, lo recorrián de pies a cabeza despertando un frío en su nuca que lo alertó.

Por algún motivo se le hacían conocidos.

Ambos sujetos vestían con ropa oscura, que desde el punto de vista de Jungkook lucía sucia. Una vez más, fue observado desde sus pies hasta su cabeza como si lo estuvieran estudiando a detalle y no perderse ningún punto.

Tal como un depredador acechaba a su presa.

— No es su problema. — contestó y apartó su mirada de la dirección en donde se encontraban los hombres. Ignorar su presencia sonaba como una buena idea.

Estos rieron de forma escandalosa y exagerada mientras se empujaban entre ellos con algunas bromas que mantenían entre sí, para Jungkook solo se volvía cada vez más incómodo estar allí.

— Esa no es una muy buena manera de responder una pregunta, Jeon Jungkook. — negó el que era más robusto chasqueando su lengua. — Hasta donde sabemos, Carter odia a las personas groseras.

La bilis del de lentes subió hasta su garganta al oír su nombre y el de la castaña salir de la boca de ese sujeto.

El silencio que se formó entre los tres hombres fue motivo para que dos de ellos rieran del pálido rostro de uno.

Debía ser una broma. ¿no?

—¿Qué ocurre, Jeon? — mofó. — ¿Acaso no sabías que no eres el único que conocía ese apodo? — su risa no se hizo esperar, era igual de inquietante que sus palabras. — Los secretos recorren más bocas que un halago.

Una vez más guardó silencio. Su respiración se empezaba a volver pesada, trató de controlar sus erráticos latidos. Era inquietante como esos dos lo observaban. Se sentía en peligro. Acorralado.

Temía distintas situaciones, temía por Carter. Si este era su mundo, la sola idea de ella enfrentando a hombres como esos le atormentaba. Sujetos que abusaban de su fuerza no serían sorpresa para ella, pero no se perdía la posibilidad de que en algún momento no pudiera salir bien librada.

𝐁𝐔𝐋𝐋𝐄𝐓 - 𝐉𝐉𝐊 © (Completa) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora