𝐁𝐔𝐋𝐋𝐄𝐓 - 𝐉𝐉𝐊 © (Completa)

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La leve sonrisa dibujada en mi rostro con la que me despedí desapareció al momento de que Carter saliera de la habitación. El dolor de mi cabeza era insoportable, sentía la necesidad de vomitar y que allí se fuera mi dolor. El enfermero me advirtió antes de dejarme que no hiciera esfuerzos, pero no pude evitarlo.

Mi cuerpo podía arrepentirse, yo no.

El hormigueo en mis labios continuaba igual que cuando terminó nuestro beso, con el mismo sabor y emoción. Podría recuperarme completamente si me sumergía en sus mezquinos besos.

— ¿Señor Jeon? — el enfermero entró a la habitación y se acercó a mí con una mueca en sus labios.

— ¿Si?

— ¿Por qué los cables se han movido? — pregunto ahora mirándome. — Fui claro, no debe esforzarse. No sirve de nada el esfuerzo que hacen los doctores si usted no escucha.

Mi mamá hubiera dicho lo mismo... aunque sus regaños son en tonos suficientemente elevados como para alertar a mi padre y a mi hermano.

— Lo siento.

— ¿Qué es... — se detuvo al bajar sus ojos hasta un punto en específico y luego elevar ligeramente la ceja. — Señor Jeon, si hubiera dicho la verdad no habría dejado ingresar a su visita.

¿A qué se refier...

No puede ser.

Mis ojos se abrieron lo suficiente mientras tomaba en puño las sábanas y cubrí mi entrepierna como pude. Quiero que la tierra se abra y me trague en este preciso momento. Baje mi mirada avergonzado, sentí como mi rostro se calentaba mientras que el hombre frente bufaba con una risa. Esperaba que ella no lo hubiera notado.

— Mire el lado positivo, Señor Jeon. La contusión en su cabeza no afectó ese tipo de funciones. — dice con un gesto aprobatorio.

— ¿Fue tan fuerte? — rogue internamente olvidar la vergüenza que sentía.

— Digamos que sí y a la vez no. — revisó la reclinación de la cama para que mi cuerpo reposara completamente recto. — El golpe fue muy específico, para tu buena y mala suerte. Tuvo la fuerza suficiente como para dejarte inconsciente, pero no la suficiente para dejarte alguna marca permanente o dejarte alguna lesión interna.

— Es bueno oír eso... aunque mi cuerpo duele como el infierno.

— Si... algunas cosas no son perfectas. — elevó sus hombros. — Los sujetos que los asaltaron no sabían lo que hacían, con el enorme hematoma que tienes en el abdomen fácilmente tuvieras un par de costillas rotas. Tienes muy buena musculatura. — usando su bolígrafo hizo una pequeña presión en la zona haciendo que se me escapara un jadeo. — O eran principiantes o solo buscaban hacerte sufrir un rato.

¿Asaltaron? Por un momento dudé de aquella excusa, pero rápidamente recordé el motivo por el que estaba aquí.

— Ambas suenan tetricas.

— Verdaderamente, si. — asintió. — Seoul suele ser muy seguro. Claro, exceptuando cuando la sala de emergencias explota por los "encuentros" de las pandillas. — volvió a hacer una mueca. — Son cosas que salen de nuestras manos.

— Debe ser cansado para ustedes.

— Lo es. — concordó. — Por eso debes colaborar con nosotros y descansar para darte el alta.

Lo vi anotar algo en unos papeles antes de dejarme nuevamente solo en la habitación. Me maldije cuando recordé el pequeño problema que se había formado entre mis piernas. Cómo vería a la cara a Carter luego de esto.