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Todas las ocasiones en que tuvo la oportunidad de detenerse, cada una de ellas le recordaban lo débil que era. Sucumbía en una necesidad casi primitiva de ejercer dolor, casi como si pudiera alimentarse de él.

Una sensación de asco creció en su estómago, quería vomitar, pero no era incapaz de quitar los ojos del espejo.

— ¿Me lo merezco?

¿Realmente merecía que Jungkook me mirara así? ¿Como si encontrará algo bueno en mí?

No. La respuesta siempre sería no.

Su piel pálida decorada por pequeñas pecas, labios enrojecidos y cabello desordenado eran extraños. Sentía que no era ella.

Tan sumergida en detallar cada una de sus características, tan asqueada de su propia piel.

Sin esperarlo, escucho como la puerta se cerraba y el rostro de Jungkook fue lo primero en instalarse en su mente.

Un lindo pelinegro de mirada brillante atravesaba el umbral de la entrada con una pequeña sonrisa, que a pesar de ser adorable ocultada los demonios que atormentaban a su dueño.

Jungkook no quería arruinarlo.

— Hola. — saludo una vez estuvo lo suficientemente cerca.

— Hola.

La respuesta que recibió fue rápida y casi mecánica. Carter no sabía que hacer o decir, los nervios la atacan de una forma entraña, no se sentía pequeña e intimidada, se sentía amenazada.

— ¿Dormiste bien? — preguntó Jungkook mientras que sus ojos buscaban guardar los detalles de la castaña en su memoria.

— ¿A dónde fuiste?

— Yo pregunte primero.

Carter mordió su lengua para detener algún comentario grosero.

— Si... No tuve pesadillas.

— Es bueno saber que mi compañía funciona.

El tono risueño de Jungkook no fue capaz de arrancarle una sonrisa a Carter, más bien solo obtuvo una mirada que parecía juzgarlo.

— El alcohol noqueó mis sentidos.

— Solo admite que te sentiste cómoda al dormir en mis brazos.

No supo cómo, o por qué, su rostro empezó a arder luego de oír aquellas palabras. Jungkook al percatarse de esto no pudo evitar que su sonrisa se hiciera más grande.

Su mano buscó la de ella para entrelazar sus dedos y luego elevarla hasta sus labios.

— Luces hermosa. — sus labios tocaron los pálidos nudillos de Carter. — El cabello desordenado te queda muy bien.

Sin respuesta alguna, la castaña sintió la necesidad de alejarse. Cuando trató de apartar su mano del pelinegro fue tomada por sorpresa desde su cintura.

— Te agradecería que mantuvieras tus manos lejos de mi.

— Eso no decías hace algunas horas.

Como si le hubieran lanzado un balde agua helada, abrió los ojos a tope e instintivamente trató de recordar algo.

— No estaba tan ebria.

— Jungkook quédate conmigo, por favor. — hizo el intento de imitar la amarga voz de Carter. — Ven besame siempre.

— ¡Oye! Yo no dije eso.

— ¿Cómo que no? — inquirió elevando sus cejas de forma graciosa. — Casi me ahogo con tanta emoción.

𝐁𝐔𝐋𝐋𝐄𝐓 - 𝐉𝐉𝐊 © (Completa) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora