AMANTES NO AMADOS

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La espada se equilibraba magníficamente sobre el lado derecho de la cadera, el torso de Loki ondulaba mientras los brazos subían y bajaban, con sus manos largas y finas quebrando el aire con movimientos de mariposa... esta vez, dos músicos acompañaban la danza con cuerdas y percusiones, velas aromadas iluminaban la alcoba y Thor, embobado, observaba sentado a los pies de la enorme cama, el hermoso espectáculo que tenía enfrente.

-¿Tienes miedo de que use la espada de una manera diferente a esta?- susurró con voz insinuante, mientras la  cadera se movía sin dejar caer el arma- ¿Te gusta lo que ves?

-No te tengo miedo, si quisieras hacerme daño ya me hubieras saltado al cuello hace mucho tiempo- respondió el rubio, riendo y extendiendo la mano para acariciar brevemente su muslo torneado- Y me gusta mucho lo que veo, y lo que no veo...

Loki tomó la espada y saltó arriba de la cama, colocando la punta de la afilada hoja directamente en la garganta de Thor, sonrió divertido al notar que no se amedrentaba y en cambio, humedecía sus labios con un sorbo de su copa de vino. El Jöttun colocó su sandalia dorada sobre el pecho poderoso del rubio, como un símbolo de dominio y clavó su mirada de rubí en las varoniles formas de un cuerpo perfecto, también a él le gustaba lo que veía.

Los músicos se quedaron quietos por un instante, y el silencio reinó... ahí estaban ahora, desafiándose mutuamente con la mirada,  el gesto y la actitud insolente, un movimiento y ocurriría una tragedia. Loki dejó caer su túnica transparente y tornasolada, dejando al aire su cuerpo estilizado, su cadera se cubría con los velos sujetos de la cadena de oro, y Thor colocó ambas manos en su pierna, comenzó a acariciarlo... Loki arrojó la espada sobre la alfombra y su sandalia fue desabrochada hábilmente.

-Largo...- gruñó Odinson, agregando un ademán para que los músicos les dejasen a solas.

Besó el pie desnudo antes de solicitar el otro y retirar la respectiva sandalia, casi de inmediato, la última prenda del Jöttun cayó sobre su rostro. Loki dejó escapar una risa traviesa, mientras Thor descubría al fin, toda la hermosa desnudez de aquella piel celeste.

-Es tu turno...- murmuró el pelinegro, deslizando sus manos a lo largo de su pecho y su abdomen, sensual y provocativo.

Más que velozmente, Thor se arrancó la ropa, Loki se mordió el labio inferior, con antojo, con deseo... aquel cuerpo varonil parecía perfecto, a pesar de ser color de rosa y ¡Sangre de Ymir! Le atraia... Y esa noche no estaba ebrio... ninguno de los dos lo estaba... cada decisión tomada era consciente y  voluntaria.

Los dos arrodillados, desnudos y frente a frente, sobre una cama blanca y un fuego tibio... Thor fue directo a apoderarse de los rojos y finos labios, pero el Jöttun lo esquivó ofreciendo su cuello de cisne, cambio que el rubio aceptó gustoso para comenzar a devorarlo, lamía su piel, besaba su curva, cada pliegue, cada hueco... gruñó con placer al sentir las manos frías y finas posarse en sus pectorales, y correspondió acariciando las caderas... haciendo movimientos circulares para llegar hasta el firme y suave trasero.

-Loki...- murmuró, recostándose sobre él, necesitaba todo el contacto piel a piel, porque en sus venas corría un fuego que necesitaba urgentemente apagar, pero el otro era como una pequeña comadreja, que se escabullía y se movía para impedir ser aplastado por los músculos calientes y firmes. Hizo coincidir sus centros, logrando que los miembros de ambos se tocaran... y con la habilidad evidente, los unió, para iniciar a frotar uno contra el otro mientras su cuerpo ondulaba... un gemido de placer incendió todavía más al asgardiano, que le permitió continuar jugando con su cuerpo.

-¿Quieres un poco de atención?- preguntó divertido, porque tenía al Dios del Trueno, con toda su fama de ser también un dios del sexo, con cara de alelado, impaciente por el momento de hacerlo suyo. Sin esperar respuesta se cambió de posición, para colocarse justo bajo el centro íntimo de Thor y tomar control del enorme y ya  bastante erecto mástil, lo admiró en toda su plenitud, duro, caliente, con el glande congestionado y goteando líquidos lubricantes... también adoró la sonrosada y suave bolsa escrotal, la apretó un par de veces y la eligió como el lugar para iniciar la siguiente etapa de su juego sexual. Thor brincó al sentir aquella lengua burlona lamiendo la línea del periné, una y otra vez la sintió, mientras las manos se ocupaban en masajear su escroto y en masturbarlo...

EN DEFENSA DEL AMOR.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora