EL DESTINO QUE JAMÁS DEBIÓ SER BORRADO.

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Loki lo recibió en los brazos... todavía dolorido y sudoroso, después de un trabajo de parto largo, en preparación para la cirugía del nacimiento. Su segundo hijo (el primero a los ojos de todos los demás) lloraba a todo pulmón, descansando sobre su pecho celeste, cuya respiración acompasada, y su voz llena de amor, recitando las runas de protección de los recién nacidos, lo fueron llamando lentamente a la calma. Entonces, su pequeño retoño dejó el llanto, abrió los ojos de fuego y pareció que escuchaba atento, la voz de su padre.

-Es hermoso... es perfecto...- murmuró, besando la frente del recién nacido.

-El Rey Harokin viene hacia acá...- le anunció el Sanador, a sabiendas que la noticia terminaría de destozarle el corazón al Jöttun.

-Gracias por tus cuidados- le dijo Loki, suavemente, sin alzar la voz para no molestar a su bebé- Por ser tan fiel... que los Dioses antiguos te recompensen... y si está en tu voluntad... cuida de él, te lo suplico, que no pase enfermedades, que crezca sano y fuerte...

-Procuraré siempre que el Príncipe permanezca feliz y sin penas... y deseo a su Alteza todo el valor y entereza para pasar este trago amargo...

El Sanador dió un paso atrás, hizo un ademan a los guardias para indicarles que abrieran las puertas y dar paso al Soberano de Norvell. Entonces Loki se despidió de su hijo, "te amo, contigo dejo un trozo de mi vida, la razón de los latidos de mi corazón... que llora y sangra por la ausencia de lo que más adoro, perdí un hijo por su bien, hoy pierdo otro por una injusticia... no sé que será ahora de mí."

Harokin entró, a paso altivo y visiblemente feliz... su heredero tan anhelado, su primogénito, por fin había nacido. Y las noticias eran excelentes, un varón grande, sano, de cabellos rubios, piel sonrosada y ojos de fuego, con ligeras marcas en la frente y en la espalda, que daban también fe de pertenecer a la familia real de Jötunheim. El niño heredaba lo mejor que podía heredar, según su propio criterio, de ambos padres... aunque, a decir verdad, si nacía un niño de piel azul, también hubiese sido bien recibido. por algo había elegido a Loki para que le diera ese niño.

-Bien hecho- le dijo, sin una emoción específica en el tono de su voz, tomando al bebé en las manos- Así que eres tú mi primer hijo, el llamado a ser el guerrero más fuerte y poderoso de Norvell, y quizá de todos los mundos externos... y eres Príncipe de Jötunheim por derecho propio... me gustas, me gusta tu vitalidad... y me gusta la fuerza de tus pulmones, tu llanto es fuerte y fiero... serás un digno heredero mío...

Loki permanecía recostado sobre la mesa de exploración, todavía no le era posible movilizarse con la sedación de la cirugía, requería todavía al menos un par de días de cuidado y reposo. Con la mirada fija en el techo, no respondió a las palabras del Rey, ni se volvió a mirarlo, como tampoco quiso mirar al hombre que acompañaba a su esposo y que permanecía a una distancia discreta.

-Nómbralo ahora, Rey de Norvell- solicitó el Shamán, llevando oro en polvo que mezcó en una sustancia aceitosa y aromada a sándalo, con la que cruzó la frente, el pecho y las manos del bebé- Y si sobrevive tres meses, le darás tu reconocimiento...

-Siempre he deseado nombrar a mi hijo como lo que será, un fuerte guerrero, así que se llamará Härjann, guía de guerreros...

-Härjann- murmuró Loki en voz muy bajita, sonriendo con ternura.

Harokin lo escuchó y entonces reaccionó, no hubo piedad para el padre del niño, estaba sentenciado desde antes, desde que tuvieron la más agria y terrible desaveniencia de su difícil matrimonio. Y esta vez no habría perdón, el orgullo del Rey estaba herido, muy herido, porque Loki le confesó que alguna vez, le pagó sus traiciones con la misma moneda... no confesó el nombre de su amante, pero le dijo que podía ser cualquiera, porque no le guardaba fidelidad y su agradecimiento, no incluía su celibato. Harokin recibía a Balder a la vista de todos sus Ministros, sus súbditos e incluso de emisarios de otros reinos, incluídos los Jötnar, que reclamaban a Loki el mal matrimonio que ahora era público, pero a pesar de que su comportamiento comenzaba a ser escandaloso, volando de boca en boca la osadía de anteponer a su amante por encima de su esposo, el Rey se indignó ante la traición del Jöttun.

EN DEFENSA DEL AMOR.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora