EN DEFENSA DEL AMOR.

ACEPTÁNDONOS

Steve lucía bien, la barba cerrada, bien recortada, le sentaba espectacularmente, usaba un traje algo apretado o era que los músculos trabajados estaban por reventarle las costuras. Se sorprendió un poco cuando lo recibió Stephen Strange... por mejor decir, que lo recibiera, en la casa de Tony, usando una bata de casa, con un libro entre las manos... a las dos de la mañana... Los dos se barrieron con la mirada, obviamente, los pensamientos estaban en compararse con el amor y atenciones que Stark les brindó y les brindaba a cada uno.

-¿Haces horas extras, Stephen?- lo cuestionó, sin poder contener la ironía en sus palabras- Los libros de la biblioteca Stark deben estar muy interesantes para que un Maestro de las Artes Místicas se desvele leyendo...

-Bueno, de hecho, elegí una buena novela para irme a la cama... Tony aún no termina su reunión de negocios y planeaba hacer tiempo hasta su llegada. ¿Deseas esperarlo conmigo?- Respondió Strange con calma y sin perder la sonrisa- Te serviré un vaso de jugo de frutas, porque creo que no bebes... ¿Verdad?

-No, no bebo alcohol, y creo que tampoco lo esperaré- replicó Rogers, algo molesto consigo mismo por reaccionar así y sosteniendo el vaso de jugo que apareció en su mano- Pero si no te incomoda, me gustaría saber si Peter está aquí...

-¿Peter? No... Esta semana estaría contigo, Steve... ¿Rompió su toque de queda?

-Fui por él a la reunión de sus amigos, en casa de su supuesto nuevo novio... y resulta que la familia Osborne, con el muchacho incluído, están fuera del país, de vacaciones... Discuto a menudo con Tony, lo acuso de no vigilar bien a Peter, de alentarlo a sentirse casi un Vengador, de ser permisivo y dejarlo que se arriesgue... y resulta que yo no soy mejor padre...

-Vamos, Steve, Peter tiene catorce, casi quince años... es una edad complicada y él debe vivirla aprendiendo a descubrir sus poderes, a dominarlos y usarlos sabiamente... además, debe superar el divorcio de ustedes dos, imagina... después de quedarse sin familia, con su Tía tan lejos... Peter necesita mucha comprensión y apoyo, más que reglas y restricciones...

-¿Esos consejos le das a Tony?- sonrió el Capitán América, volviendo a cubrirse bien con su cazadora de cuero, pues afuera nevaba bastante fuerte. Hizo un ademán de despedida, y se enfiló de nuevo hacia la puerta.

Ambos escucharon la voz de JARVIS, la inteligencia artificial que asistía al famoso Ironman, darle la bienvenida y avisar de su presencia en la habitación. Seguramente, el ver a su ex y a su actual pareja juntos, charlando amistosamente, hubiese ameritado una frase de broma, sarcástica y oportuna, que hiciera sonrojar a Steve y morir de risa a Stephen, pero... la presencia del rubio en el segundo día de la semana de su turno de cuidar a Peter... solo le indicaba una cosa, y de inmediato reflejó su contrariedad en el gesto y en los puños apretados.

-Se te escapó... ¿Verdad?

-Sí...

-Dicen que ese hombre, ese mercenario, por el que nuestro Peter perdió la cordura, es imposible de asesinar... pero quiero ver que se regenere desde las partículas subatómicas en que voy a convertirlo cuando lo encuentre...

***

La nave crucero en llamas fue escoltada por varios Drakkar voladores, cuidaron su entrada a los cielos Asgardianos y la guiaron hasta un área despejada donde realizó una riesgosa maniobra para aterrizar... de inmediato un escuadrón Einherjar coordinó el auxilio de los viajeros, el incendio mayor comenzó a apagarse y los tripulantes comenzaron a ser rescatados...

-Es una nave Jötnar...

No era tanto el daño por el ataque previo o por el aterrizaje forzoso como por el fuego. A pesar de ser una característica que podían manipular, los Gigantes de hielo eran extremadamente sensibles a las temperaturas altas... entre mayor el calor, más era su debilidad, incluso su tamaño disminuía y por supuesto, elevaba el riesgo de muerte entre los heridos.