EN DEFENSA DEL AMOR.

AMORES DE CONTRABANDO

Thor se echó encima la capa de pieles para cubrir su cuerpo desnudo, y caminó hasta el balcón, donde su amado contemplaba la tormenta de nieve que se avecinaba. El frío le caló hasta los huesos, y se estremeció al ver al otro reclinado sobre el barandal de piedra, desnudo también, pero sin prenda alguna que cubriera su piel celeste, lo abrazó amorosamente y dejó que la hermosa testa cornamentada descansara sobre su poderoso pecho, después del amor, llegaba el momento de las confidencias...

-¿Y las marcas de su piel? ¿Por qué desaparecieron?- preguntó Loki, con voz suave, refiriéndose a la ausencia de las marcas que delataban en su hijo, su sangre Jötnar.

-No estoy seguro... cuando salimos de Midgard y llegamos a casa, todo parecía igual, Padre y Madre, y cada persona que lo conocía recordaban a Ari, recordaban su origen verdadero, lo llevé a su alcoba y me quedé a su lado hasta que concilió el sueño, quise estar seguro que sus pesadilas se fueron para siempre... te puedo asegurar que los tatuajes vivos de su piel estaban ahí... y al amanecer, ya su piel no tenía marcas, Ariéh no recordaba haberlos tenido nunca... y todos en Valhalla recordaban una historia muy diferente.

-¿Y cuál es esa historia?

-Que tuve un hijo en una aventura extramarital, pero nadie sabe con quién, piensan que con alguna dama cuyo honor protejo al no decir su nombre, y que le arrebaté al niño a la madre por las costumbres, porque los varones pertenecen a la casa del padre, pero creen que Ari llegó a este palacio desde que era un bebé. Y es una verdad que todos aceptan, Jane no está nada contenta con él, piensa que se lo impuse en las condiciones de nuestro contrato matrimonial y siente celos de que yo mantenga a esa amante secreta todavía, pero todos le aman, saben anécdotas de cuando era más pequeño y yo sé que nada de eso sucedió... lo juro, es tan extraño como sorprendente. Las Nornas cumplieron escribiendo no solo un nuevo destino, sino un pasado diferente para nuestro hijo.

-Más extraño es guardarme todo el amor que siento por Ari y no poder demostrarlo...- suspiró Loki- Contener mis brazos para no estrecharlo, apretar mis labios para no besarlo... verlo correr por los jardines mientras mi alma se colma de alegría y no poder gritarles a todos: "Ese es mi hijo, de mi vientre... del amor más inesperado, fuerte y verdadero"

-¿Del amor que sientes por mí?- se envaneció Thor, acariciando la negra cabellera y buscando un beso de los labios finos- ¿Así lo describes... fuerte y verdadero?

-Así lo siento- respondió, pegándose más al musculoso y perfecto cuerpo del Dios del Trueno- Como una alegría dentro de mí... como el canto de las hadas del hielo cuando aparecen las flores azules en primavera... florecen solo dos semanas al año, y ellas deben recolectar su miel para sobrevivir... y salen de sus escondites, y trabajan, pero cantan... cantan y sus voces suenan como mil campanillas de cristal... y es tan hermoso... y así resuena mi corazón, y mi alma... cuando estoy junto a tí...

Thor lo escuchaba embelesado... ¡Dioses eternos! ¿Cómo pudo vivir tanto tiempo sin él? ¿Cómo pudo tratarlo antes como un esclavo? ¿Cómo pudo negarse a sí mismo aceptar aquel maravilloso amor, y esa divina cercanía?

-Y con esa hermosa intensidad has despertado mi corazón, Loki... te amo eternamente. Yo te haré inmensamente feliz, te juro que...

-Silencio- interrumpió el Jötunn, colocando un dedo de uña esmaltada en color negro sobre los labios del Asgardiano- Soy consciente de la situación en la que me estoy metiendo... seguramente mi padre maldeciría mi pobre juicio, pero no tengo intenciones de detenerme... tú eres un hombre casado, Thor, tienes una esposa, bonita, pequeña y dicen que muy inteligente... pero la elegiste, y ella es tu consorte ante las leyes. Así igual que yo, tengo un contrato matrimonial, y aquel que me ha desposado llegará muy pronto... quizá solo tenemos esta noche, quizá solo tenemos estas horas para pertenecernos... mañana no lo sé, así que no pronunciemos palabras que no se pueden cumplir...