SIN NADIE EN QUIEN CONFIAR.

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-Supongo que estarás preocupado por mi reunión imprevista con el Padre de Todo, querido- declaró Harokin, sirviendo una taza de té caliente y llevándola al alcance de Loki, quien dormitaba en la mecedora mientras arrullaba a Ari entre sus brazos- Pero solo hablamos un poco de negocios y otro asuntito que seguro te interesará...

-Yo no te cuestiono, lo que tú me digas es correcto para mi- respondió Loki, tomando la taza y dando un sorbo pequeño.

-Pues solicité ayuda para Ari- agregó el otro, atento a su reacción- El Rey de Asgard está dispuesto a recibirnos en la ciudad dorada, enviará a su mejor Sanador y el niño será atendido... sanará... creo que es un gesto de buena voluntad que debes agradecer

Loki dejó el té en la mesita, acostó de prisa a Ari, besó su frente mientras rezaba runas de protección, moviendo su mano sobre el cuerpo de su hijo. Después, alzó la mirada hacia Harokin, caminó acercándose mientras, con un ademán deslizó la túnica blanca que vestía, quedando desnudo.

-Lo que haces por mi hijo... no tengo como pagarlo...- murmuró el Jöttun, entornando los bellos ojos de rubí y bajando la voz, humilde y sumiso- Te pertenezco, Harokin...

El Rey sonrió, admirando la hermosa desnudez del pelinegro, la turgencia de su piel celeste, los tatuajes vivos de su linaje real... los labios delgados, las uñas esmaltadas, los anillos dorados en sus cuernos graciosos... levantó un poco su barbilla para tomar su boca y besarlo... en una caricia lenta y tierna... Loki cerró los ojos y suspiró, dispuesto a hacer el amor toda la noche.

-Hace tiempo ya dejaste de ser un esclavo, y aunque tampoco eres mi consorte definitivo por cumplimiento de un matrimonio arreglado... Lo que hago por ti,  mi amor,  y por este niño que yo considero nuestro... no lo cobraré de esta manera... he aprendido a respetarte y no volveré a  tomarte por mi solo deseo, esperaré que tu corazón me mire con cariño y tu cuerpo sienta ganas del mío... quise decir, que acepté ir a Asgard, y debemos mostrar agradecimiento a Odín.

Harokin levantó la túnica y con cuidado, volvió a cubrir al Jöttun. Lo tomó de la mano y alargó la que le quedaba libre para tomar la taza de té y arrojarla por la ventana.

-Si interrumpes las dósis del bebedizo, puedes volver a despertar mi fertilidad...- dijo Loki.

-Tú... ¿Lo sabes? ¿Sabes que bebías noche a noche, la pócima que terminaría con tu capacidad de tener hijos... y nunca me reclamaste?

-Al principio derramaba la  bebida cuando nadie me veía... pero cuando comprendí que era tu deseo, comencé a tomarlo... pertenecerte no es solo en la cama, es poner mi vida y mi voluntad por entero en tus manos... lo juré,  juré agradecerte y lo estoy cumpliendo. Pudiste abandonarme con los traficantes de personas, pudiste matarme cuando descubriste mi estado de gestación... o pudiste asesinar a mi niño, todo era tu derecho... pero no hiciste nada de eso.

-Loki... la única verdad es que te has metido en mi corazón... y solo deseo que no me hables más de agradecimiento. Quiero que me hables de amor... no por la fuerza, el tiempo te convencerá y entonces, seremos completamente felices. Te lo repetiré las veces que sea necesario... no hay para mí otro amor que el tuyo, lo eres todo para mi.

***

-¿Problemas en el paraíso, Majestad?- cuestionó Balder, con su mejor y más suave tono de voz- No es sencillo creer que echaron al soberano de este mundo de su propia cama...

-Mira a quien han traído los Dioses, Balder Odinson, el guerrero más asediado del Yggdrasil- replicó Harokin, sorprendido caminando solo en el jardín, mientras lanzaba significativas miradas en dirección al ventanal cerrado de su alcoba- Mi inquietud no se debe a nada personal, son asuntos de gobierno los que me roban el sueño...

EN DEFENSA DEL AMOR.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora