LOKI TIENE EL CONTROL.

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-Nunca había hecho el amor en un ambiente sin gravedad...- sonrió Loki, aferrándose al fuerte cuello del rubio y acompasando su respiración agitada después de tener su tercer orgasmo. Thor empujó las últimas gotas de su eyaculación, sacudiendo su miembro en la nada, pues aunque con más placer hubiese terminado dentro del pelinegro, un resto de precaución lo llevó a derramarse mejor fuera de él- Fue divertido y muy sensual...

Ambos miraron curiosos algunas gotas de semen que flotaban a su lado, iniciando un eterno camino a la inmensidad.

-Buen viaje...- murmuró Thor, empujando las gotas lejos de ellos usando la punta de su dedo.

Luego se prendieron labio a labio... iniciando su descenso a la plataforma de la nave, lentamente, girando mientras sus cuerpos desnudos brillaban y liberaban polvo de estrellas. "¿Qué es eso?" preguntó Thor, mirando las partículas como brillantes diminutos emanar de su piel. "Sólo es un poco de magia limpiadora... no quiero regresar al lado de Malekith todo mojado y oliendo a tí..."

-Entonces... ¿Quieres hacer esto para vengarte de Harokin?- preguntó Thor, dándole la mano con caballerosidad para que entrase al interior.

-Si no te parece que son suficientes mis motivos...

-Lo son, por supuesto... pero si hacemos la denuncia ante el Consejo de los Mundos, seguiremos la vía correcta...

-No quiero seguir la vía correcta, Thor... tus leyes, las leyes del Yggdrasil y de los mundos, todas tendrán siempre una falla: Harokin es un Rey, y al Rey nadie lo juzga... ¿O acaso tú te atreverías a denunciar y juzgar al poderoso Odín? Responsable de tomar miles de prisioneros en sus guerras, de ejecutar a voluntad a aquellos que considere enemigos... no, cariño, no... yo actúo por mi cuenta y te lo vuelvo a pedir: No interfieras...

-Pero acabas de probar que aún me amas... ¿Acaso no cuenta mi palabra de que te ayudaré, que no permitiré que nadie...?

-Thor, basta... ¿No lo alcanzas a ver? Siempre has sido el orgulloso guerrero, el consentido de Odín, el gran Dios del Trueno... tu vida no se ha perturbado para nada, eres vencedor, amo dominante, te casaste con a persona que elegiste, proyectas una vida perfecta, una familia amorosa, tu futuro es brillante y está asegurado, no rindes cuentas de tus actos... pero si de verdad quisieras ayudarme, entonces te arriesgarías a perderlo todo... sólo por mí. Y yo no habría perdido un hijo, ni dos... porque tu intervención me hubiese salvado desde el instante que siendo tu esclavo, me dijiste que me amabas, pero no tuviste el valor de romper con todo lo que te conviene de tu mundo perfecto, tan solo por un Jöttun... ya no, Thor... ya es tarde...  tengo bastante claro que no te necesito para cumplir mi venganza...

-Te hablo en nombre de nuestro sagrado amor...

-Tu única responsabilidad, es cuidar de nuestro hijo... de tu hijo, de aquel al que ya renuncié. Ari te necesita y el único sagrado amor que debes profesar, es a él... a mí no me chantajees. El que yo te ame, no cambia en nada mis propósitos... Harokin me causó un dolor grande y no quedará impune, sufrirá... te lo garantizo yo.

***

-Heimdall, Guardián del Puente del Arcoiris, el noble Rey Odín, desea saber quien viajó por el Bifröst y cual fue su destino...

-Puedes decirle a Su Majestad, que la esposa del Príncipe Thor, Jane Foster y su amiga mortal, decidieron que se aburrían en Bilskirnir y fueron a Midgard, esa razón me dieron y yo las envié. También informa que no he podido encontrar al pequeño Príncipe Ariéh, mis ojos lo buscan sin cesar, pero ha sabido encubrirse, y espero que pronto baje su velo de magia y pueda localizarlo.

Fandral asintió y regresó a rendir su informe, mientras que, en Midgard, Bruce Banner y Natasha dieron la bienvenida a las viajeras. El crédito sin límite era deslumbrante para cualquiera, y en esa salida de chicas, tanto Nat como Wanda se les unieron alegremente, llegando a la puesta del sol con media tienda a cuestas, y mientras devoraban sushi y vino tinto, comenzaron a probarse nuevamente, las prendas, los accesorios y las joyas que cada una había elegido.

EN DEFENSA DEL AMOR.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora