Ingranazhe (Varias Parejas) INAZUMA ELEVEN FANFIC AU YAOI

Capítulo 10: Dándole al pueblo lo que más anhela.

Notita: Este fic tiene ya 27 capitulos en otra plataforma, me hicieron notar el error en el nombre de Clario, he escrito ORVEN hasta aquel capitulo y es ORVAN, una disculpa por las molestias que esto pudiera representar.

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Dos días antes, aquella noche en que todo se arruinó por correr en dirección errónea, buscando llegar a casa y no huir de Clario, no, eso era una mentira, ese no fue su principal desacierto, probablemente no debió tentar a los oficiales a herirlo para tener un mayor poder, tampoco, tampoco era ese momento: No huir de Demonio rápidamente. Definitivamente la peor equivocación fue jugar con el asistente de Kageyama demasiado tiempo, debió ser más rápido, ahora sabían muchas cosas de él, su lugar de origen, que era un speler y al mismo tiempo tenían una descripción de su rostro.

Aceleró, juntando tanta adrenalina como el dolor le permitió, no sería tan largo, apenas habían 40 minutos entre los distritos, y a esa velocidad tal vez podría reducirla 10 minutos, definitivamente ese era un pésimo día, el universo le restregó en la cara que debió quedarse a dormir en casa porque era el peor día para existir, pues no llegó como esperaba, podía ver el lugar de su destino desde la posición en la que estaba paralizado, odiaba la forma en que sus piernas dejaron de hacerle caso a sus deseos, solo estaba de pie, mirando el lugar al que debía llegar. Tuvo que haber perdido mucha sangre para ese momento, cualquier otro estaría muerto por la pérdida, él no, lo bueno de que el dolor sea tu maximizador es que es más complicado hacerte daño, en perjuicio; los síntomas debían ser terribles para que representarán un aporte significativo a su fuerza, en otras palabras , las consecuencias solían ser peores. Odiaba usar su poder, porque era un arma de doble filo y en ese momento la daga sin mango había perforado su piel.

Estaba oscuro, apenas habia luz suficiente para los que podrían volver a casa, por algún evento nocturno o trabajos de largas jornadas, era tenue el tono amarillo que brillaba, tintineaba como si el fuego en el farol bailara, burlandose del problema en sus piernas o tal vez alentando a sus ojos a terminar de fallar, todo se borraba, convirtiendo los objetos en manchas gigantes a su alrededor, juntó lo que quedó de su dolor para avanzar aunque fuera lento, hasta llegar a esas puertas de cristal que solo se protegían por unas rejas previas ¿Porque lo protegía si él tenía en sus manos a los mejores ladrones? bueno, tampoco podía importarle menos en ese momento los detalles que el mediador tuviera para resguardar su fachada de comercio. Llegó hasta la puerta, la cual no pudo abrir, no tenía entendimiento suficiente del medio que lo rodeaba en ese momento, su cabeza ya daba vueltas; Su respuesta en busca de ayuda o atención fue golpear. Golpeó con fuerza, el impacto de sus puños contra el cristal reforzado hacía suficiente ruido, él necesitaba ayuda, en su estado actual en lo último que pensó, fue en tener que pagar por el cristal en cuanto sonó, avisando que se estrelló. Casi rompió sus puños contra aquella superficie transparente, pero logró que la persona que dentro vivía y trabajaba saliera a su rescate, apenas lo tuvo frente suyo soltó un suspiro de alivio, dejó a su cuerpo ceder frente al cansancio que venció al dolor, terminando con lo que quedaba de su conciencia, para rendirse sobre los brazos que apenas y lograron alcanzar su peso.

No sabría qué pasó después hasta despertar, la ansiedad que despertó en la persona que lo atrapó , que se llenó con su sangre, cuantas veces lo llamó antes de cargarlo hacia su casa, sin importarle el camino de sangre que dejó al principio, tras detener la hemorragia salió corriendo de ahí tanto como sus piernas le permitieron todo esto para ir a buscar al miembro de ONCE que limpiaría la sangre, mientras en su viaje trataba de tener señal para comunicarse con el médico. Endo no podría divisar la preocupación que ocasionó en su mediador, porque para el castaño solo era su empleado, pero no tenía a nadie más, apostó a ser valioso, y vaya que lo era, porque dejó solo su negocio con un camino de pistas hasta su persona,buscando llegar al ángel que le iba a curar.