Billie Eilish - Happier Than Ever
lunes, 08 de junio, 2015.
Día 08.
Habían pasado tres días.
Raquel estaba sentada en el comedor de su casa comiendo un plato de cereal, lentamente. Estaba destrozada, se sentía la peor persona del mundo. Alicia tenía razón. Había hecho las cosas mal. No debió decirle a Sergio que durmiese con ella, debió dejar que se vaya él a la sala, porque no iba a dejar que ella se regresara ahí. No debió seguirle aquel beso. No debió de dormir con él estando ebria, no debió. En su cabeza solo resonaban aquellas palabras de Alicia "Tía, eres una desgraciada" "Estás haciendo lo que te hicieron" "No es porque Ágata sea mi amiga, es por ti, por lo que te estás convirtiendo".
Había sido capaz de dejar que un hombre engañase a una mujer, con ella.
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sábado, 06 de junio.
8:00 am
Raquel se despertó de golpe y se sentó en la cama gracias al sonido de su alarma. Se tomó la cabeza entre las manos y dio un ligero grito que hizo que Sergio se asomara del baño, asustado. Ella había puesto su alarma antes de ponerse totalmente ebria, en medio de aquella fiesta, fue a la habitación a ponerla y dejar el móvil a un lado de su cama, porque tenía que trabajar ―Y sabía que podría terminar así de mal― Su último día de trabajo del mes que le obsequió Bernardo. Sergio salió de la habitación y ella solo quería dejar de escuchar aquel aparato ruidoso. Se giró para tomarlo y apagarlo. Se pasó las manos por la cara mientras murmuraba un par de palabras obscenas debido al dolor de cabeza que se le estaba generando. Escuchó nuevamente la puerta y sintió a Sergio acercarse a ella.
―¿Debería decir buenos días? ―preguntó en tono burlón provocando que ella le mirara. Esta lo hizo de mala forma hasta que vio que tenía en sus manos una pequeña tabla que tenía un vaso de agua y una pastilla.
―Gracias. No tenías que haberte molestado ―tomó la pastilla, la posicionó en su boca y tomó agua. Tras haberla tragado, siguió bebiendo todo el vaso hasta acabarlo.
―Sé que me habías dicho que no te gustaba medicarte porque hay cosas que se pueden curar sin necesidad de fármacos ―comentó Sergio, ajustándose las gafas―. Pero esto lo amerita, ¿no?
Ella asintió.
―En definitivo.
―¿Por qué has puesto tu alarma? Había entendido que te dieron días de descanso ―preguntó curioso sentándose a su lado. Él no se enteró que trabajó el día anterior porque se desapareció toda la mañana.
―Sí, hoy es mi último día. Tenía que acabar la semana, por lo menos. De haber sabido que me pondría así de mal... no hubiese tomado mucho. No vuelvo a tomar.
Él se rio nervioso. Sabía que podría acordarse de algunas cosas, y tenía miedo.
―Me siento mal, pero seguro que lo estuve también ¿no? ―dijo apenaba acariciando la sábana. Él sólo la miró por un segundo y luego volvió a bajar su vista hacia la tabla vacía que tenía en las manos―. Tomaré tu silencio como un sí. No me digas, no quiero saber.
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De junio a julio | Serquel
RomanceAlicia le pide a su amiga Raquel el gran favor de que la acompañase durante su último mes de embarazo, que le indica quedarse junto a ella y su marido Andrés en una de sus propiedades que tienen a las afueras de Madrid. La situación le obliga tambié...