Capítulo dedicado a Sharon y a Nayeli.
jueves, 04 de junio, 2015.
Día 04.
Raquel se despertó y lo primero que hizo fue girarse para darse cuenta de que Sergio no estaba ahí. La noche anterior cuando Alicia y ella llegaron a la casa se fijaron que el coche de Andrés no estaba, pero él ya estaba acostado descansando. Por lo que la lógica indicaba que Sergio se lo había llevado y se había ido. Raquel no se enteró si anoche llegó a dormir y seguía sin saber tras despertar y no verlo a su lado. Se quedó mirando el techo y realmente pensó que fue lo mejor que pudo pasar, pues tras aquel beso, no sabía cómo lo volvería a ver. Si muerta de la vergüenza por haberle seguido o pensó si debería enojarse, pero no tenía sentido alguno. Se quedó pensando en lo que debería hacer. Si hacer como que no haya pasado nada y ver como actuaba él, corroborar el tipo de persona que es, ya que Alicia le había insinuado un par de cosas y al final ella no lo conocía del todo y podría ser que realmente está aparentando ser alguien más. No quería pensar que su amiga la estaba traicionando. Todo eso, a las siete de la mañana pasando por su cabeza, definitivamente era un martirio.
Escuchó unos pasos que se detuvieron en la puerta de la habitación y su corazón se aceleró por unos segundos. Pesando que podría tratarse de él y ahora ¿Qué iba a pasar? Se incorporó en la cama y espero que se abriera la puerta para reaccionar.
Este pasó y apretó los labios, no fue una sonrisa, pero tampoco fue ignorada. Se estaba adentrando en dirección a su lado de la cama cuando Raquel se dignó a hablarle.
―¿Llegaste a dormir?
Tonta. Como le vas a preguntar eso. Pensó.
―¿Dormir juntos ya nos tiene comprometidos? ―le sonrió y Raquel se quedó sin palabra.
Definitivamente aquel comentario no era de la persona que le había dicho anteriormente que no le sería infiel a su pareja si de verdad le quisiera. No sabía si ella ya estaba teniendo realmente otra percepción de él tras lo de Alicia o ya se estaba empezando a revelar quién era en realidad. Notó que estaba haciendo como si nada hubiese pasado, y creyó que era lo mejor pues si estaba saliendo con Ágata y se atrevía a haberla besado, era totalmente lo mejor. Tenía una cara de pánico y este lo notó por lo que decidió seguir.
―Disculpa, creo que fue un mal chiste ―rio por lo bajo al notar su seriedad.
Ahora ya lo veía como el Sergio que conoció los primeros días. Sin contar las veces que se habían visto anteriormente claro, porque así no puedes decir que conoces a alguien con solo verlo. Raquel estaba verdaderamente confundida.
―Si llegué ―volvió a hablar y le señaló sus gafas que estaban en la mesa de noche de su lado.
Era verdad, no se había fijado que no las traía puestas ni que sus gafas estaban ahí. Raquel asintió y se preparó para levantarse de la cama y salir de esa habitación en cuanto antes. Comenzó a tomar sus cosas para arreglarse en el baño de adelante, no quería seguir teniendo una conversación con él. Tenía su estuche de maquillaje, se colgó su bolso del trabajo y empezó a buscar ropa que ponerse. Sintió a Sergio acercarse a ella y tembló. Una vez que había agarrado unos jeans, una blusa de manga corta blanca sencilla y su ropa interior que intentó esconder entre la blusa y el jean, se volteó y sabía que tendría que topárselo frente a frente de nuevo y eso le causaba un auténtico escalofrío.
―Te puedes arreglar aquí ―murmuró ya con las gafas puestas―. Venía solo por mis gafas, salí rápido porque Andrés me habló y creí que había pasado algo, pero solo quería saber dónde había dejado sus llaves ―rio un poco y al no ver reacción de Raquel, supo que había arruinado aquella oportunidad que tenía con ella.
ESTÁS LEYENDO
De junio a julio | Serquel
RomanceAlicia le pide a su amiga Raquel el gran favor de que la acompañase durante su último mes de embarazo, que le indica quedarse junto a ella y su marido Andrés en una de sus propiedades que tienen a las afueras de Madrid. La situación le obliga tambié...