Capítulo 20. Conocernos

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Raquel despertó y por un momento, se sintió desorientada. Volteó hacia abajo, donde vio como Sergio la tenía abrazada por su cintura. Se giró cuidadosamente a verlo, y este estaba plenamente dormido. Devolvió su mirada hacia la mesa de noche, y se estiró un poco para tomar su móvil. Tenía una llamada perdida de Andrés de hace 23 minutos. Eran las 10:36 am.

―Sergio... ―le llamó levemente. Este se removió, pero no abrió sus ojos―. Hey...

―¿Hmm? ―preguntó intentando abrir sus ojos.

―Andrés me.... ―murmuró y este al oír tal nombre, reaccionó rápido, quitando su brazo de su cintura―. Me marcó, tranquilo.

Este se volteó para apoyar su espalda completamente sobre la cama y se pasó las manos por la cara. Seguido tomó sus gafas de la mesa de noche y volvió a mirar por un momento el techo. Raquel solo lo estaba observando hacer dichos movimientos, era primera vez que lo veía despertar de una manera tan diferente.

―¿Dormiste bien? ―preguntó cuando volteó a verla. Ella asintió.

―Es la mejor vez que he dormido desde que llegué aquí ―sonrió y este le siguió.

―Me alegra.

Dicho esto, se paró de la cama para dirigirse al baño. No le dio un beso de buenos días, que vamos, no era algo necesario, no eran nada como para que se diesen ese tipo de cariño, a pesar de que la noche anterior habían follado. Él le había preguntado si era muy pronto decirle te quiero y ella le correspondió con un beso. Después de eso, cayeron rendidos en la cama y ambos se durmieron casi al instante. ¿Será que estuviese esperando su respuesta? Lo sintió completamente distante y eso, le hizo pensar que tal vez, solo se trató de un polvo y aquel "te quiero" solo fue por la emoción de una reconciliación de amigos... con derechos. Porque eso era lo que eran.





Miércoles, 17 de junio.

11:58 pm.


―Ya van a dar las doce ―comentó Sergio mirando su reloj―. ¿Quieres... ir a descansar?

Raquel le observó un momento y después volvió su vista al frente. Asintió después de unos segundos que, para él, fueron eternos. Este sacó su móvil para escribirle a Andrés que se iban, para cuando tuviese el tiempo de verlo, sepa lo que hicieron. Se paró de su asiento esperando que ella lo hiciera también para poder marcharse.

Tras llegar al auto de Andrés, este le miró intentando saber como llegó ahí.

―Vine con ellos ―respondió Raquel aquella pregunta que parecía no atreverse a preguntarle.

―¿Tu auto está en casa de Andrés? ―esta asintió―. Vale, ¿quieres que te lleve a tu casa o...?

―Estamos más cerca de casa de Alicia, no tiene caso que me lleves hasta ahí.

Bien. Pensó Sergio.

―¿Ya cenaste? ―preguntó cuando le abrió la puerta del auto. Esta no contestó, y entró. Esperó a que este entrara también para responderle.

―Ya, compramos algo Andrés y yo antes de que llegaras aquí ―dijo cuando lo vio de reojo abrocharse el cinturón.

―De acuerdo.

Y arrancó.





―Tus cosas siguen en...

De junio a julio | SerquelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora