Capítulo 3

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Unas semanas más tarde…

Kate disfruta de la comida acompañada de su mejor amiga, Lanie Parish, está estudiando para ser forense; afirma tener cierta pasión por ver el interior de las personas y con interior se refiere a TODO su interior.

-Tía, tienes un aspecto horrible, si te presentases ahora para una película de miedo serías la protagonista.- Lanie y su sinceridad, la joven tiene la misma edad que Kate, es de tez morena, pelo oscuro y unos ojos muy expresivos.

- Gracias por tus piropos, en serio.- responde Kate dándole un codazo, las amigas cotillean, charlan y casi siempre del tema principal, la graduación que será en un mes. En ese momento entra Rick a la cafetería, lleva una camisa bastante ajustada y unos vaqueros, Kate le saluda desde la mesa.

- ¿A quién saludas con tanta efusividad?- Pregunta Lanie al mismo tiempo que se gira para ver quién es esa persona, abre los ojos al ver al joven.- ¿Acabas de saludar a Richard Rogers?

- Sí, ¿le conoces?

- No personalmente pero sí que he escuchado cosas.- Kate se acerca a su amiga todavía más, aparta la bandeja.- ¿qué cosas?

- ¿Eres su amiga?

- Lanie.- la mirada que recibe ésta es suficiente para hacerle hablar.- dicen que vive en un barrio pobre, ya sabes, marginado. Vive con su madre en un apartamento cutre.

- ¿Y cómo saben eso? ¿Acaso le siguen hasta su casa?

- Eso es lo de menos, ese chico no es de nuestra categoría Katie, es pobre.- Kate vuelve a buscar al chico con la mirada, lo percibe a lo lejos en una mesa comiendo solo acompañado de sus apuntes, ¿y qué si no tiene dinero? Le ha demostrado que puede llegar a ser mejor que cualquier persona de su barrio.

- Dejando a un lado este percance, ¿con quién vas a ir a la fiesta de la graduación?- Buena pregunta, Lanie tiene novio, capitán del equipo de lucha pero ella ahora mismo está soltera y sin ganas de tener a nadie después de lo ocurrido con Ashton semanas atrás.

- No lo sé Lanie y no quiero que me busques a nadie, ¿entendido? Te conozco demasiado bien.- su amiga suelta una risa muy falsa, el móvil de ésta comienza a sonar.

- Es Javi, ¿nos vemos luego?- Kate se queda sola en la mesa, recoge la bandeja y sin pensarlo se acerca hasta Rick.

- Hola Kate, ¿qué te trae por aquí?

- ¿Puedo sentarme?- El joven señala una silla vacía, Kate recibe miradas no muy agradables, se han clavado en su espalda pero le importa una mierda lo que piensen los demás; el curso prácticamente ha terminado.

- ¿Y esas hojas?- A Kate le pica la curiosidad, los exámenes han terminado y ambos han obtenido calificaciones de categoría.- es una historia que estoy escribiendo.- responde él casi susurrando por temor a que alguien le escuche.

- ¿Y de qué trata?

- Es de un luchador, un héroe que pretende conseguir la justicia en su ciudad.

- Suena interesante, ¿y ese protagonista tiene nombre?- Rick le pasa una hoja de posibles nombres, todavía no lo ha decidido.- me gusta el número 7.

- ¿Derrick Storm?

- Creo que le pega a ese tipo de hombre, pero tan sólo es una sugerencia.- Rick subraya el número siete, ya tiene nombre gracias a la chica con la que ha soñado estos últimos días.

- Tengo que irme a casa, mis padres tienen una sorpresa por mi graduación.

- ¡Kate espera!- Rick se maldice por su tono de desesperación, la chica se gira.- ¿querrías quedar conmigo algún día para tomar un café?

- Me encantaría.- ésta coge prestado el bolígrafo y apunta algo en una servilleta de la cafetería.- es mi número, llámame.- y dicho esto se marcha con un movimiento que consigue que Rick pierda el equilibrio; guarda la servilleta como un tesoro.

Algo más tarde…

-¡No me lo puedo creer! ¿Es para mí?- Kate da saltos de alegría al ver el precioso Toyota Prius azul eléctrico que sus padres le han regalado.

- Te lo mereces cariño, has obtenido la calificación más alta de tu promoción.- Kate besa y abraza a sus padres con entusiasmo y llena de júbilo.- ¿puedo estrenarlo?

- Por supuesto pero ten cuidado, a las ocho en casa para la cena.- Kate quita el enorme lazo rojo que envolvía el coche, se mete dentro y lo admira, es maravilloso. Decide ir a hacerle una visita a su amiga, se va a morir de la envidia cuando lo vea.

En el apartamento de Rick…

El joven entra con una gran sonrisa, ha estado así desde que salió de la universidad, se sorprende al ver a su madre esperándole también con la misma expresión.

-¡Madre! ¿Has salido antes?

- Ven, siéntate, tengo algo para ti.- Rick obedece, deja su historia en la mesa y se sienta en el pequeño y descolchado sofá de segunda mano.- por tu expresión deduzco que es algo bueno.

- Toma.- Martha le entrega una cajita de terciopelo alargada.- ¿Qué es esto?

- Es mi regalo de graduación, vas a trabajar en la editorial que querías, necesitarás esto para comenzar.- Rick odia que su madre utilice el dinero para derrocharlo pero su pensamiento cambia al ver la hermosa pluma que se encuentra en la caja.

- No…no puede ser…es…- las palabras se aglomeran en su garganta, luchan por salir todas a la vez pero está demasiado asombrado.

- La pluma que viste hace unas semanas, te quedaste embobado mirándola.

- Madre, su precio era de doscientos dólares, ¿cómo has podido comprarla?

- No te preocupes por eso, ¿te gusta?- Rick se abalanza para abrazar a su madre, es un pequeño regalo que le ha hecho sentir el hombre más grande del mundo.

- Mi primera novela te la dedicaré a ti madre, y será escrita con esta pluma. Te lo prometo.

Caminos entrelazadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora