Capítulo 1

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Kate se deja caer en la cama soltando un gran suspiro, tuvo suerte y llegó cinco minutos antes que el profesor el cual se puso en modo radio y no hizo ninguna pausa, menos mal que ella es inteligente y graba todas las clases; luego pasa los apuntes a limpio.

- Hola cielo.- su madre de unos cuarenta años, pelo castaño pero dejando entre ver algunas canas en la raíz, ojos verdes y una gran sonrisa, entra a la habitación de su hija de 21 años.

- Te tengo dicho que no me gusta que entres aquí, es mi…- su madre le coloca el dedo en el labio.- tu Santuario.- responde ella terminando la frase que habrá escuchado como miles de veces.- tan sólo quiero saber cómo te ha ido el día.

-  Pues agotador, como siempre, estoy deseando que esto termine para poder mudarme con Ashton.- su madre no aprueba que su hija esté saliendo con un joven que ha estado un par de veces encerrado por posesión de drogas pero es imposible que Kate cambio de opinión.

- ¿Estás segura de qué quieres eso? Cariño, tienes un futuro prometedor como abogada, sabes que puedes estar de prácticas ayudando a tu padre.- Kate pone los ojos en blanco, eso es lo que no quería escuchar, un sermón que tiene aprendido de memoria.

- Ya soy mayor de edad mamá, estoy estudiando derecho porque es lo que papá y tú queréis pero yo quiero viajar, ver el mundo.- Johanna se levanta y mira por la ventana, ha empezado a nevar.- todavía quedan unas semanas, espero que recapacites sobre esa alocada decisión.

Y dicho esto se marcha para terminar la cena, Kate reprime un grito de furia, primero casi llega tarde por ese joven al que nunca había visto, y ahora el mismo sermón de su madre; ¿es que el mundo no puede dejarla tranquila? Se pone los cascos, busca la carpeta de Ellie Goulding para evadirse de la realidad que tanto odia.

En otra parte de la ciudad algo más abandonada…

Rick deja su mochila en la silla de su pequeño cuarto, observa cómo los copos de nieve se posan en su ventana. Enciende la luz de la cocina que está junto a un acogedor comedor, dispone sólo de una mesa tamaño mediano y unas cuantas sillas; busca en la nevera algo para preparar la cena, su madre llegará tarde, como es habitual.

-Brrr…- una mujer de unos cuarenta y pocos entra maldiciendo el mal tiempo y el frío que se le ha metido hasta en las orejas.- ¿Richard?

- Estoy aquí madre, ¿cómo te ha ido el día?- La mujer pelirroja, con ojos azules iguales a los de su hijo y una gran personalidad besa la mejilla de su hijo de casi 22 años.- los he tenido mejores, hoy sólo me han dado esto de propina.- unos cuantos billetes caen a la mesa.- lo siento mucho cielo.

- Mamá, te matas a trabajar para sacarnos a los dos hacia delante, esto es suficiente para aguantar el resto de la semana.- Martha cada día está más orgullosa del hijo que ha criado sin la ayuda de ningún hombre, es posible que Richard le diese problemas en el instituto pero cambió radicalmente cuando le ofrecieron una beca para estudiar en Stanford. Desde entonces no ha vuelto a ser el joven rebelde que subía vacas hasta el despacho del director.

- La cena está casi lista, ¿quieres darte una ducha? He podido arreglar la calefacción, hoy agua caliente.- madre e hijo utilizan la ironía y el humor para hacer que sus problemas sean insignificantes aunque vivan en uno de los peores barrios de la ciudad de Nueva York, dan gracias por tenerse el uno al otro.

- ¿Sabes madre? Hoy me he chocado accidentalmente con una chica que no había visto nunca por la universidad.- Rick se lleva un trozo de carne a la boca, lo mastica y saborea hasta que al final lo traga.- ¿y qué ha pasado?

- Se ha enfadado conmigo, creo que si hubiese tenido un arma…su dedo estaría en el gatillo a punto de disparar.

- Eres un exagerado, ¿te has disculpado?

- Pues la verdad es que no.

- ¡Richard! Tú eres un chico educado, ¿por qué no lo has hecho?

- Porque se puso a gritarme, que la culpa había sido mía cuando estaba claro que ella tampoco prestaba atención. Ni siquiera se ha despedido.

- Personas como ésa chica son las que no entiendo, ¿es que no tienen un poco de educación y respeto?- Rick no puede evitar pensar en el rostro de esa chica, pelo castaño claro, ojos verdes con un cierto tono que no ha llegado a adivinar todavía; además de una piel delicada y tersa.

- No tiene importancia madre, seguro que no volveré a verla, ¿qué probabilidades hay?

Volvemos a la casa de Kate…

-Lo siento mamá.- susurra Kate mientras su madre prepara los platos.- no quería hablarte de esa forma pero es que estoy algo estresada por los finales.

- Yo te quiero Katie, ya lo sabes, me preocupo por ti. Vas a seguir los pasos de tu padre y los míos, estoy muy orgullosa.- Kate abraza a su madre, puede parecer que es una persona seria y a veces testaruda pero es que ella se ha forjado esa personalidad; tenía miedo de que le tomaran como una pringada el primer año, por eso está saliendo con un chico como Ashton aunque no le guste lo más mínimo.

- No voy a mudarme con Ashton, rompí con él anoche.

- Oh cielo, aunque no voy a negar lo evidente. No me gustaba para ti.- Kate sonríe ante el gesto de su madre.- por eso hoy me he distraído y me he dado de bruces con un joven que no había visto nunca.

- ¿Y qué le has dicho?

- Que había sido culpa suya, estaba molesta por la clase anterior y…ese chico se llevó la peor parte.

- Si lo vuelves a ver te disculpas y le cuentas el por qué de tu comportamiento.

- Eso sí lo vuelvo a ver…- responde ella con cierta culpabilidad, no puede quitarse a ese chico de la cabeza, tenía algo especial.

Caminos entrelazadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora